75 preguntas sobre la NMG

Nueva Medicina Germanica Ryke Geerd Hamer Preguntas 01-25 NMG
Tomado del antiguo BLOGCINDARIO y publicado por PASADO FUTURO . . .

«Me gustaría analizar en este artículo algunas de las frases, pensamientos e ideas, que surgen en la mayoría de personas que aprenden por primera vez algo sobre la Nueva Medicina. En algunos casos, estas ideas surgen por una mala comprensión del tema, derivada de una deficiente explicación o de una lectura o reflexión superficial sobre el asunto o del prejuicio inducido adrede por las falsedades, omisiones selectivas, medias verdades o tergiversaciones inteligentemente vertidas en algún artículo propagandístico contra la Nueva Medicina. Espero aportar algo de luz sobre el tema».

1) «Hamer no ha descubierto nada nuevo, desde hace tiempo se sabe que el estrés puede causar enfermedades».

Este argumento es muy frecuente, incluso entre médicos y profesionales de la salud. En realidad, el Dr. Hamer nunca ha dicho que su descubrimiento consista en afirmar que el estrés causa enfermedades. De hecho, la Nueva Medicina niega que el estrés cause enfermedades.

Lo que afirma la Nueva Medicina es que las enfermedades son causadas por conflictos biológicos. Y que los conflictos biológicos, en su primera fase (Fase Activa), se manifiestan con síntomas vegetativos (referidos al sistema nervioso vegetativo) de estrés, como son: manos frías, pies fríos, pérdida de apetito, dificultad para dormir, etc. En otras palabras, el estrés es una consecuencia del conflicto biológico.

Por supuesto, no todo estrés supone un conflicto biológico, ya que se puede tener estrés por causas físicas, o por causas psicológicas, no relacionadas a un conflicto biológico. Pero si hay conflicto biológico, hay estrés (en la Fase Activa del conflicto).

2) «Que el cáncer puede ser causado por un conflicto es absurdo, porque los niños también hacen cánceres y no tienen conflictos».

Esto es falso por varias razones:

a) En ese argumento se usa el término «conflicto» en el sentido corriente de la palabra, no en el sentido que Hamer le da, que es como conflicto biológico. ¿Cómo sabe la persona que hace tales afirmaciones que los niños no tienen conflictos biológicos, si ni si quiera sabe lo que es un conflicto biológico y cómo se produce?

El conflicto biológico puede tenerlo cualquier ser viviente, según su grado de complejidad evolutiva. Niños, adultos, ancianos, animales, etc. pueden experimentar conflictos biológicos en la medida en que sufran un shock causado por la privación súbita e inesperada de la satisfacción de alguna necesidad biológica propia de la especie de ese ser vivo (reproducción, sociabilidad, contacto, nutrición, sexualidad, etc).

El Dr. Hamer ha demostrado que los niños sufren conflictos biológicos haciéndoles tomografías cerebrales a bebés recién nacidos y a niños de todas las edades. Todos tienen el Foco de Hamer cerebral en la zona concreta del cerebro que se corresponde con su lesión orgánica.

Cualquier investigador que no esté convencido del asunto, puede reproducir el trabajo de Hamer y comprobar si en los cánceres infantiles hay o no un Foco de Hamer cerebral. Es así de sencillo. Pero, para esto debe conocer primero qué es un Foco de Hamer, cómo se diferencia de un artefacto (que en algunos casos produce la máquina con la que se hace la tomografía), y qué es un conflicto biológico. Debe conocer bien la Nueva Medicina para poderla someter a prueba.

b) Pero aún si tomamos el término conflicto, no como se usa en la Nueva Medicina, sino en el lenguaje corriente, el argumento que analizamos sería igualmente falso.

Decir que los niños «no hacen conflictos» o «siempre están felices» demuestra un desconocimiento manifiesto de los traumas psicológicos y de otros conflictos emocionales que pueden sufrir los niños, y de las consecuencias psicológicas, físicas y hasta sociales que tales problemas ocasionan.

Cualquier psicólogo infantil, psiquiatra infantil o trabajador social refutaría la afirmación de que los niños «no hacen conflictos» (en sentido psicológico) y se reiría de tal aseveración. Esto lo puede corroborar cualquiera de los lectores preguntándole a un especialista: ¿los niños pueden sufrir conflictos y traumas?

Es importante saber que la Nueva Medicina no señala que cualquier tipo de trauma o de conflicto causará una enfermedad. Por el contrario, especifica que los únicos conflictos que pueden causar enfermedad son los conflictos biológicos (como los descubre y define Hamer), no otro tipo de conflictos (estrés, preocupaciones, etc.).

3) «No creo que esa persona tenga conflictos y que eso explica su cáncer, ya que ella es una persona bastante feliz y que no se preocupa por tonterías».

Este comentario se escucha sobre todo en la gente común que ha «escuchado» hablar de la Nueva Medicina alguna vez. Si esta persona conociera la Nueva Medicina sabría que:

a) No señala que la felicidad evita el cáncer. La afirmación de que la persona es feliz es irrelevante. Hay gente muy feliz, pero que tienen un conflicto biológico en un área concreta de su vida. Y es ese conflicto específico y no la ausencia de felicidad general la que puede generar el cáncer.

b) Lo anterior explica también que existen personas amargadas, infelices, complicadas, resentidas, etc. que a pesar de su estado emocional negativo y hostil, no tienen cáncer. La razón es la misma: si no tienen el conflicto biológico correspondiente, da igual que sean felices o no, cordiales o desagradables, rencorosos o amorosos… nada de esto tiene relevancia causal para la generación del cáncer.

Ciertamente, una persona resentida, introvertida, que acostumbre a reprimir sus emociones, que viva en una conflictividad permanente con sus semejantes, etc. tiene más probabilidad de sufrir conflictos biológicos, y por tanto, de «enfermarse» más. Pero esta probabilidad es en términos generales; en el caso concreto, el cáncer dependerá de la aparición previa de un conflicto biológico específico y concreto según el órgano afectado.

4) «Lo que Hamer ha descubierto es extraordinario y demuestra que la enfermedad es una enseñanza, un maestro, algo que Dios pone en nuestro camino para evolucionar y crecer espiritualmente».

Estas afirmaciones, aunque son efectuadas de buena fe por algunos partidarios de la Nueva Medicina, son incorrectas tomadas literalmente. Y más específicamente, no están relacionada con la Nueva Medicina ni su contenido científico. Esto se hace evidente si se analizan las siguientes razones:

a) La Nueva Medicina no es una religión. Por lo tanto, ella no se refiere a los temas de la espiritualidad o la trascendencia del ser humano, por más importantes que estos sean para muchas personas. Sus bases están en la Biología evolutiva, no en la Teología.

b) Según la Nueva Medicina, la enfermedad tiene un sentido biológico, un sentido que se explica si se toma en cuenta la evolución de los seres vivos, sus necesidades biológicas, la forma de satisfacer esas necesidades y los comportamientos asociados a la satisfacción de tales necesidades. Por ejemplo: un tiburón tiene un comportamiento innato que le permite satisfacer sus necesidades específicas y que se expresan en los síntomas y signos de la enfermedad, y en su relación con el conflicto biológico.

Eso es todo. Si alguien quiere ver allí la mano de Dios, Yaveh, Jehová, de la Inteligencia Universal, de la materia, etc. es asunto personal de cada quien, y en última instancia un asunto filosófico existencial, y no tiene que ver directamente con la Nueva Medicina como ciencia empírica. De allí que no tiene sentido rechazar la Nueva Medicina por motivos religiosos ni existenciales.

Desde un punto de vista humano, se podría considerar que la enfermedad ha sido una lección positiva para determinadas personas en algunos casos. Hay personas que han pasado por una enfermedad grave, se han curado, y a partir de allí su vida ha cambiado para bien. Muchas de estas personas consideran a su enfermedad como un «maestro», como una situación que les dio muchas enseñanzas, la cual agradecen.

Este fenómeno es ciertamente muy interesante, y debería ser estudiado por psicólogos y médicos, y hasta por filósofos. Y quizás desde una visión humanista y ética, sea deseable que la enfermedad ayude a reflexionar a la persona sobre aspectos de su vida que antes daba por descontado, ya que mucha gente reflexiona sólo cuando pasa por momentos difíciles, no en el día a día.

Personalmente, soy partidario de aprender constantemente de los problemas y desafíos de la vida; sea que se trate de enfermedades, problemas sentimentales, laborales, etc. y de mantener siempre una actitud de reflexión y autocrítica que nos ayude a ser cada día mejor con nosotros mismos y nuestros semejantes.

Pero la anterior reflexión; por muy humana, digna y necesaria que sea; en nada se relaciona científicamente con la Nueva Medicina, ya que ella no dice que el paciente debe considerar a la enfermedad como un maestro divino, sino solo le explica el origen conflictual de la enfermedad, y lo que debe resolver. Si la persona considera que esa enfermedad es una oportunidad de crecimiento que le dio Dios, pues bien; eso ya es una cuestión personal, de filosofía de vida, de actitud espiritual ante el mundo, que incluso puede darle fuerzas y fe para participar activamente en su tratamiento. Pero no es indispensable esta creencia para comprender y usar la Nueva Medicina.

En otras palabras, y para ser más explícito, lo anterior no significa que los asuntos filosóficos, religiosos, metafísicos o existenciales no sean importantes o relevantes. Por el contrario, considero que la reflexión filosófica es parte inherente del ser humano; y la creencia existencial o metafísica en Dios, sea que se fundamente desde la razón como hacen algunos; o desde la mera fe como hacen la mayoría de las personas religiosas, o la no creencia en Dios (o la creencia de que Dios no existe), es un tema personal y una opción existencial individual muy íntima que cada quien es libre de adoptar, según su propia conciencia y filosofía de vida.

Sólo que nada de esto afecta la existencia y actuación de las 5 Leyes Biológicas, cuya existencia puede ser comprobada empíricamente y reproducida científicamente; y no mediante discursos retóricos, filosóficos o reflexiones metafísicas.

5) «Las investigaciones científicas donde se relaciona la depresión con la aparición del cáncer, han demostrado que no hay una relación causal entre ambas condiciones. Por tanto, Hamer está equivocado».

Lo primero que hay que decir, es que como comúnmente ocurre con las investigaciones de la medicina convencional, existen estudios contradictorios sobre la relación entre la depresión y el cáncer, o ciertos tipos de cáncer. En algunos trabajos se ha encontrado un incremento del «riesgo» de padecer cáncer de mama en personas depresivas.

En ese estudio se menciona, como parte de la conclusión: «Por otra parte, a pesar de que el estudio es meramente descriptivo, sus resultados nos pueden llevar a reflexionar sobre una posible asociación entre la existencia previa de depresión y el posterior diagnóstico de neoplasia de mama, sobre todo si se tiene en cuenta que, tanto el cáncer de mama como la depresión, son dos entidades que están aumentando alarmantemente en los últimos años».

Menciono esto solo para evitar el dogmatismo de pensar que existen respuestas categóricas en este tipo de estudios, que como dije, dan respuestas contradictorias.

Según la Nueva Medicina, es correcto que la depresión NO causa cáncer. En ningún lado las investigaciones del Dr. Hamer han señalado que la depresión cause cáncer u otra enfermedad. Por el contrario, el cáncer y otras enfermedades, incluyendo la depresión, son causadas por conflictos biológicos. Es decir, tanto el cáncer como la depresión tienen en común el poder ser efectos de conflictos biológicos.

El conflicto biológico y el Foco de Hamer que se produce en el lado derecho de la Corteza Territorial en el cerebro es lo que causa un desbalance bioquímico que causa los síntomas depresivos, pero tal desbalance puede ser la consecuencia de un conflicto biológico, no psicológico.

6) «Está científicamente demostrado que la radiación puede causar cáncer. Y eso también ocurre con muchas sustancias cancerígenas».

Ciertamente, está demostrado un aumento del riesgo de padecer cáncer en personas expuestas a ciertos tipos de radiación (especialmente, radiación ionizante). La radiación, ionizante o no, causa efectos directos sobre los tejidos corporales.

La Nueva Medicina no niega el efecto directo de la radiación sobre los tejidos, que es un hecho físico, sino la interpretación médica que se le da a tal evento. Muchos cánceres aparecen muchísimos años después de la exposición radiactiva.

Por ejemplo, en una investigación se demostró que los tumores sólidos se desarrollaron únicamente 20 años después de la exposición a la radiación atómica en 1945 (J. Cairns, Cancer: Science and Society, W.H. Freeman, San Francisco, 1978.)

Otro investigación crucial fue una sobre casos de cáncer de seno, en pacientes que habían tenido tuberculosis, los cuales se desarrollaron solo 15 años después de haber sido tratados con radiación de rayos X en los años 50 (J.D. Boice and R.R. Monson, J. Natl. Cancer Inst. 59 (1977),823-835).

En cuanto a las sustancias cancerígenas, lo único que se ha podido demostrar es una relación estadística entre ciertas sustancias y algunos cánceres, basada en estudios epidemiológicos, pero no se ha podido probar una relación directa de causa-efecto, reproducible en todos los casos en el ser humano. Además, los cánceres atribuidos a «sustancias cancerígenas» aparecen, al igual que en el caso de la radiación, muchísimo tiempo después de la exposición al pretendido carcinógeno.

Un ejemplo: una investigación científica demostró que la aparición de cáncer de pulmón, que desarrollaron los trabajadores de una fábrica japonesa de gas mostaza, se produjo 30 años después de que dicha fábrica fuera cerrada en 1945.

Sobre los llamados «carcinógenos», en un artículo se señala: «Aunque en los últimos años se ha aprendido mucho acerca del inicio y desarrollo de cáncer, todavía es difícil establecer relaciones claras de causa y efecto para posibles carcinógenos. Una dificultad para identificar carcinógenos específicos es su prolongado periodo de latencia, comúnmente de 15 a 40 años entre la exposición y la manifestación de la enfermedad. No obstante, los investigadores redoblan sus esfuerzos para advertirnos acerca de los carcinógenos potenciales. Debido a la estrecha relación entre carcinogenicidad y mutagénesis se usan algunas pruebas de corto plazo sobre mutagenicidad como pruebas de tamizaje para la carcinogenicidad. Sin embargo, actualmente ninguna de estas pruebas es suficiente para hacer un juicio definitivo acerca de la carcinogenicidad. La evidencia más concreta generalmente proviene de los estudios epidemiológicos realizados con seres humanos».

En otras palabras, las investigaciones sobre sustancias cancerígenas no permiten hacer afirmaciones tajantes y categóricas, como la hacen algunos científicos, sobre su poder causal en la aparición de ciertos tipos de cánceres. Que se adopte como una hipótesis de trabajo puede ser razonable; que se asuma como un hecho incontrovertible cuando no lo es, es anti-científico y dogmático.

El hecho científico que sí se ha comprobado es que todos los supuestos carcinógenos, sean mutagénicos o no, ya que no todos lo son (lo cual es un dato a tener en cuenta a la hora de examinar críticamente la teoría de la mutación genética del cáncer) tienen un periodo de latencia extremadamente largo (H.C. Pitot, Fundamentals of Oncology. Fourth ed. Marcel Dekker, Inc., New York, 2002).

Esta teoría de la mutación genética del cáncer, actualmente en boga, no puede explicar por qué después haber sido expuesto a dosis suficientes del pretendido carcinógeno, la aparición del cáncer solo se produciría después de años o décadas de haber sufrido dicha exposición (B. Vogelstein and K.W. Kinzler, The multistep nature of cancer, Trends Genet. 9 (1993), 138-141). Esta extraña y excesiva «latencia» es incompatible con esa teoría, sobre todo si se toma en cuenta que los efectos de las mutaciones, cuando se producen, son inmediatos.

Ante todos estos hechos científicos, surgen la siguientes preguntas críticas para un investigador de la Nueva Medicina:

a) Entre la exposición a la radiación o sustancia cancerígena y la aparición del cáncer, ¿no pudo existir un conflicto biológico que explicara el cáncer? Esta no es una pregunta para ser respondida solamente de forma teórica, sino que su respuesta debe ser ante todo experimental. Al existir un periodo de latencia tan largo, no se descarta la posibilidad que en ese tiempo la persona haga algún tipo de conflicto biológico específico. De allí surge la siguiente pregunta:

b) ¿Se descartaron en esas investigaciones la existencia de conflictos biológicos? Sabemos que la respuestas es NO, porque los investigadores desconocen la existencia de los conflictos biológicos.

c) En el caso de las radiaciones, ¿se valoró el efecto que el miedo que genera la propaganda que relaciona el cáncer con la radiación pudo tener en las personas afectadas? El miedo no causa cáncer, pero si sensibiliza al paciente para hacer de conflictos biológicos.

d) ¿Se estudió la condición socio-económica de las personas expuestas a la radiación? ¿Existe algún común denominador entre ellas, a parte de la exposición a la radiación?

e) ¿Qué siente una persona que «sabe» que al estar expuesta a dosis grandes de radiación padecerá un cáncer en los próximos años?

Todas las anteriores preguntas son absurdas y ridículas para un médico convencional; quien para estudiar las causas del cáncer sólo valora lo que actúa externamente sobre el organismo, pero no toma en cuenta la psique ni el cerebro como factores causales; pero son esenciales para un médico de la Nueva Medicina, quien toma en cuenta simultáneamente la psique, el cerebro y el órgano; y que no se impresiona por una relación estadística entre la radiación y el aumento del cáncer, si previamente no ha examinado en detalle la psique y el cerebro del paciente concreto y específico.

Se podría demostrar la relación entre radiación y cáncer de la siguiente forma: tomar un grupo de pacientes cuyo cáncer sea atribuido exclusivamente a la exposición radiactiva. Luego, examinar si tienen o no el Foco de Hamer correspondiente a su enfermedad. Si no lo tienen, la causa no es conflictual y allí no se cumpliría la Nueva Medicina. Habría que concluir, necesariamente, que la única causa es efectivamente la radiación, no un conflicto biológico.

Pero si todos los anteriores pacientes tuvieron el Foco de Hamer y el conflicto correspondiente, entonces no se podría afirmar que la radiación es la causa. Habría que explicar la incidencia de cáncer en casos de radiaciones, tomando en cuenta los factores que rodean la exposición radiactiva. Por ejemplo: miedo de las personas por padecer cáncer; situación socio-económica específica de esas personas; etc., y que propician conflictos biológicos. Esta prueba científica para valorar la radiación no se debe realizar en los órganos regidos por el Mesodermo Nuevo, cuyos órganos pueden experimentar proliferaciones celulares luego de una lesión externa, ya que parte de la función del Mesodermo Nuevo es la reparación de las lesiones.

Por ejemplo, la Nueva Medicina ha verificado que algunos tipos de «cánceres» como la leucemia (la leucemia no es un cáncer, sino la Fase de Reparación de la médula ósea, producto de un conflicto de desvalorización previo y resuelto, o producto de la destrucción química o radiactiva de la médula ósea) pueden ser provocadas por factores externos independientes de los conflictos. Esto puede ocurrir, como dije, en los órganos regidos por el Mesodermo Nuevo, que ante una agresión externa (química, radiactiva, etc.), manifiestan una proliferación celular reparativa en Fase de Curación. Por ejemplo: un callo óseo, una proliferación del tejido conjuntivo, etc.

Esta proliferación celular se detiene espontáneamente una vez que la reparación del daño previo esté completada, como por ejemplo: un callo óseo no prolifera infinitamente, sino que se detiene espontáneamente. Por tanto, aún en estos casos de «proliferaciones celulares» no conflictuales, la valoración del proceso según la Nueva Medicina es completamente diferente al de la medicina convencional.

7) «La medicina de Hamer se basa en muertes de personas».

Esto se repite críticamente por toda suerte de propagandistas contra la Nueva Medicina. Pero ¿cuál es la evidencia de esta afirmación?

Cuando se indaga en esta pregunta, nos encontramos con que la «evidencia» que se da a favor de esta categórica afirmación es meramente una evidencia anecdótica o casos aislados no documentados e incontrastables. Generalmente, se afirma que «X» paciente fue tratado por la Nueva Medicina y luego falleció. Y se pretende, con esta simplista relación temporal y sin conocer los detalles específicos del caso concreto, probar la falsedad de la Nueva Medicina. Por supuesto, para hacer creíble tal manipulación se usan imágenes dramáticas, visualmente impresionantes, con el fin de que el lector quede emocionalmente impactado y suspenda su juicio crítico y sus ganas de indagar por sí mismo en los detalles del caso concreto.

Pero un lector crítico no se conformaría con tal simplista aseveración, ni se impresionaría con las técnicas de propaganda y desinformación con las que quieren manipularlo emocionalmente, sino que se preguntaría:

a) ¿Fue cierto que la persona se trató con la Nueva Medicina? ¿Cuál es la evidencia de eso? ¿Qué médico la trató? ¿Qué experiencia tiene ese médico en la Nueva Medicina? ¿Usó correctamente ese médico los principios de la Nueva Medicina?

Es evidente que incluso un médico que conozca la Nueva Medicina puede aplicar mal, en un caso concreto, los principios de su propia práctica, con lo que la culpa (en caso de existir) sería de él, no necesariamente de la teoría o técnica que practica. Sería tanto como condenar a la toda la cirugía por el solo hecho de que, en un caso concreto, una persona falleció en una operación quirúrgica. Se toman casos aislados y se convierten, falazmente, en una generalización absoluta y categórica.

b) ¿Qué tan grave estaba la persona cuando se trató con la Nueva Medicina? ¿Había posibilidades reales de curación? ¿Era un caso terminal? ¿Había sido previamente tratado el paciente con quimioterapia? ¿Qué efectos produjo la quimioterapia? Si la persona obtuvo resultados positivos con la quimio, ¿por qué decidió comenzar el tratamiento con la Nueva Medicina? ¿Estaba desahuciada la persona o no?

En la Nueva Medicina se considera que la mayoría de los casos son potencialmente curables, pero esto a condición de que la persona sea tratada desde el comienzo por un experto y no que se auto trate leyendo un libro o página web, y se aplique con rigor sus sugerencias terapéuticas. Por ejemplo: que el paciente no entre en pánico, que no se adopten medidas terapéuticas cuyos efectos sean peores que la enfermedad, que se usen medicamentos y terapias eficaces que ayuden al organismo a recuperar la salud y no que lo destruyan, etc.

Si una persona está desahuciada, si está en pánico total, si está físicamente destruida por los efectos avanzados de su enfermedad y/o de un tratamiento agresivo y mutilante, las probabilidades de curación son muy pocas, y solo excepcionalmente podría curarse. Ni la Nueva Medicina ni ninguna otra terapia podría ser de ayuda ni prometer curaciones en casos como estos.

Pero estos detalles y matices son omitidos por algunos, ya que su finalidad no es indagar si la Nueva Medicina es correcta o no, sino desacreditarla a toda costa.

c) ¿Qué medicamentos recibió? ¿Fue tratada con morfina? ¿En qué dosis? ¿Fue obligada a recibir algún tratamiento en contra de su voluntad? ¿De qué murió exactamente la persona? ¿De las consecuencias biológicas de un cáncer o de otras causas como el efecto secundario de algún medicamento?

Muchos pacientes mueren por los efectos secundarios de los medicamentos, y en general como consecuencia del tratamiento médico convencional. Según un estudio del Journal of American Medical Association, realizado en el año 2000, las muertes por causas iatrogénicas (por intervención médica), constituyen la tercera causa de muerte sólo en los Estados Unidos.

Una recopilación más reciente y actualizada, efectuada por la revista de divulgación médica Discovery Dsalud, concluye que ya las causas iatrogénicas son la primera causa de muerte.

Conociendo y teniendo presente estos datos y hechos, un lector crítico e interesado en buscar la verdad, sea cual sea, incluirá ese factor en el análisis de la muerte de cualquier paciente. Ya no será manipulado con una afirmación acrítica, simplista y categórica según la cual «ese paciente murió por culpa de la Nueva Medicina», sin haber verificado previamente los detalles del caso concreto y comprobado las causas efectivas de muerte.

Sin examinar todos los detalles con exactitud, que permitan conocer con precisión y exhaustivamente un caso concreto, no se puede hacer un juicio responsable y riguroso sobre qué ocurrió. Es como si se culpara de asesinato a una persona que amenazó a otra, pero sin aportar las evidencias forenses, balísticas (de ser el caso) y físicas que demuestran más allá de toda duda razonable quien fue el autor del crimen.

Pero la mala intención de los que repiten esta afirmación, basándose en evidencia anecdótica y casos aislados no documentados ni contrastables independientemente, con fines solamente propagandísticos para desacreditar la Nueva Medicina, puede ser comprobada cuando le se presenta evidencia anecdótica o testimonios aislados a favor de la Nueva Medicina.

Al presentarle estos casos, no lo tomarán en cuenta, la rechazarán por «anecdótica», atacaran a la página o persona que presenta el caso, tergiversarán la información, etc.

Esto demuestra el doble discurso, característico de las personas deshonestas, como vemos con frecuencia en algunos políticos inmorales o gente con intereses espurios, que miden con una vara lo que le conviene y con otra lo que no le conviene, aún cuando se trate del mismo asunto. Usan la evidencia anecdótica contra la Nueva Medicina, pero no le dan ningún valor a dicha evidencia cuando es usada a su favor. La razón de esto es que su objetivo no es descubrir la verdad del asunto, sino desacreditarlo. No tienen dudas ni curiosidad sobre la cuestión, sino una firme e inamovible convicción negativa sobre la materia. Han dado el veredicto definitivo mucho antes de que comience el juicio. Por este motivo serán extremadamente crédulos de cualquier cosa, por falsa que sea, si es en contra de la Nueva Medicina; pero serán hipercríticos de cualquier evidencia que puedas presentarle a favor y usarán todo tipo de tácticas discursivas para rechazarla.

Es muy sospechoso también que nunca critiquen la cantidad de muertes que se producen por la intervención médica convencional. Se refieren únicamente a sus éxitos, pero se omite o minimiza la importancia de sus fracasos, con lo que se da una idea unilateral y sesgada de la cuestión. Tampoco critican los fraudes, errores estadísticos y metodológicos de algunas estudios médicos. Esto se debe a que su interés no es conocer la verdad ni difundirla, sino hacer propaganda de una solo visión del tema y condenar y estigmatizar a priori cualquier otro punto de vista.

En un artículo sobre técnicas de desinformación se lee: «Por otra parte, algunas palabras y expresiones no admiten réplica ni razonamiento lógico: son los llamados adjetivos disuasivos, absolutamente contundentes, maximalistas, que obligan a someterse a ellas y excluyen el matiz y cualquier forma de trámite inteligente. Su contundencia emocional eclipsa toda posible duda o ignorancia, principios estos de cualquier forma razonable de pensamiento».

Tenga esto presente cuando lea sobre temas controvertidos, y en especial sobre la Nueva Medicina. Podrá captar con absoluta precisión cuando quieren manipularlo mediante adjetivaciones disuasivas, emocionalmente cargadas, que lo predisponen en contra del tema para que no pueda pensar de forma sosegada y objetiva. Ese lenguaje se dirige a sus emociones, no a su razón.

Por eso es importante que el lector fomente el hábito de la duda metódica (suspensión de la opinión mientras se investiga a fondo un tema), que tolere la incertidumbre temporal mientras realiza la indagación sistemática y exhaustiva de los pros y contras de un tema analizado, que evite los juicios categóricos, lapidarios y superficiales basados en información insuficiente, defectuosa o no concluyente. Este hábito nos protege del dogmatismo y del autoengaño y fanatismo que trae consigo, a la misma vez que nos permite examinar sin prejuicios los méritos de las pruebas presentadas a favor y en contra del tema, reconsiderar críticamente nuestra posición ante nuevos elementos y aproximarnos progresivamente a la verdad. Y aún así, después de realizado todo este proceso intelectual laborioso y arduo, muchas veces tenemos que conformarnos con una opinión provisional, coherente con los elementos de juicios que tenemos por el momento, pero nunca dogmática y rara vez definitiva.

8) «Hamer promete que su Nueva Medicina cura todas las enfermedades».

Esta afirmación es radicalmente falsa. Hamer nunca ha dicho tal cosa. La Nueva Medicina no cura las enfermedades, quien cura la enfermedad es el propio organismo, con la ayuda y colaboración de un médico experimentado. La Nueva Medicina lo que hace es descubrir los mecanismos de curación y remisión espontánea de la enfermedad, y procura inducirla en cada paciente. Que se tenga éxito o no en cada caso es otro asunto.

Hamer ha señalado que, en principio, toda enfermedad producida por un conflicto biológico es curable. Luego, toda enfermedad causada por conflictos biológicos, que son la mayoría, son potencialmente curables. Pero de este hecho no se deduce que todos los pacientes se curarán. Por otro lado, cada paciente es diferente, aunque su enfermedad sea la misma, lo que supone individualizar la terapia, tanto a nivel psíquico, cerebral y orgánico, que son los tres niveles que siempre tiene en cuenta la Nueva Medicina.

De allí que ante una misma enfermedad, unos se curarán y otros no. Ello depende de todos los factores intervinientes en el caso concreto.

9) «He escuchado que la Nueva Medicina se basa en el dolor y que sus seguidores se alegran con el sufrimiento, ya que el Dr. Hamer cree que el dolor es bueno».

Esto es una tergiversación maliciosa. El dolor, biológicamente entendido, no es ni bueno ni malo. La Nueva Medicina descubre que la gran mayoría de los dolores se producen después de la solución del conflicto biológico, en la Fase de Curación. Por tanto, un dolor producido en esta fase es motivo de alegría, y sólo en ese contexto se puede considerar «bueno», ya que es un signo de que la persona solucionó el conflicto, con lo que la enfermedad está en proceso de reparación, lo que no significa que está todavía curada.

Un ejemplo lo encontramos en el cáncer de hueso. Durante la Fase Activa del conflicto de desvalorización se produce una necrosis o descalcificación ósea, llamada metástasis osteoclástica cuando aparece después de ser diagnosticado un cáncer previo. Si el conflicto se resuelve, las necrosis óseas son «rellenadas», mediante la proliferación de células osteoblásticas (llamada metástasis osteoblásticas si previamente se ha diagnosticado un cáncer, por ejemplo de próstata), y eso produce un dolor, a veces excesivo e insoportable, ya que se edematiza e hincha la membrana que recubre el hueso llamada periostio, que es muy sensible. Este dolor indica que el conflicto se resolvió, y es por ello que puede ser motivo de alegría u optimismo, y no por el dolor o el sufrimiento en sí.

El sentido biológico del dolor de hueso durante la Fase de Curación es mantener el hueso inmóvil, evitar que la persona se mueva debido al dolor, y con ello reducir las probabilidades de una fractura patológica, que es muy probable, ya que el hueso que se está recalcificando está debilitado por las necrosis previas causadas en la Fase Activa del conflicto. Si se logra llegar al final de la Fase de Reparación, sin que el paciente reactive el conflicto o haga otros (lo que ocurre con frecuencia, ya que el dolor intenso, constante e insoportable puede propiciar nuevos conflictos biológicos), el hueso quedará fuertemente recalcificado y más sólido que antes.

Entonces, no es el dolor en sí, ni el sufrimiento como tal, como tendenciosamente se ha querido presentar con fines desinformativos, el motivo de «alegría», sino la constatación de que el proceso de enfermedad ha entrado en curación biológica a partir de la solución del conflicto. Resolver el conflicto es la condición necesaria, aunque a veces no suficiente para la curación.

Hay que aclarar que el proceso de curación no es sinónimo de estar curado. La Fase de Curación es un proceso que lleva a la curación, pero que puede verse interrumpido por varias razones. En la Fase de Curación pueden darse complicaciones que pongan en riesgo la vida del paciente. Por ejemplo: nuevos conflictos inducidos por el pánico, el dolor o los síntomas; edema cerebral muy grande que cause complicaciones cerebrales; inflamaciones en los órganos que causen problemas mecánicos, etc. Por este motivo la Fase de Curación debería, en el mejor de los casos, ser supervisada por un médico experto que pueda salirle al paso mediante procedimientos médicos de todo tipo, incluyendo medicamentos, cirugía, etc, que permitan controlar y evitar las complicaciones de la Fase de Curación.

10) «¿Por qué hay gente que tiene un conflicto y no se enferma? ¿No convierte este hecho en inverificable a la Nueva Medicina, ya que si se enferma es porque hizo un conflicto y si no se enferma es porque no lo hizo?».

Estas preguntas tienen mucho interés ya que permite aclarar los malos entendidos fundamentales:

a) Toda persona que hace un conflicto biológico tiene simultáneamente una imagen cerebral (Foco de Hamer), que puede ser observada en una tomografía cerebral sin contraste (TAC); y también una lesión orgánica.

b) Por tanto, una persona que haga un conflicto biológico siempre estará «enferma» en la Fase Activa del conflicto. Pero eso no implica que los signos y síntomas de dicha enfermedad en el plano orgánico sean evidentes y diagnosticables al comienzo de dicha «enfermedad», especialmente por un médico que desconozca la Nueva Medicina y no sepa donde buscar.

Ante esta afirmación que acabo de hacer, algún lector crítico podría objetar: «entonces, si no hay signos ni síntomas manifiestos de enfermedad, ¿cómo saber si la persona está enferma o no? No se puede saber si la persona está enferma o no; con lo que no se puede verificar ni refutar lo que postula la Nueva Medicina».

En realidad, esta afirmación de nuestro lector crítico imaginario es totalmente equivocada ya que, si bien es cierto que en algunos casos, como el día siguiente en que la persona sufrió el conflicto, no se puede detectar su enfermedad en el nivel orgánico, que es el único que toma en cuenta la medicina convencional para el diagnóstico y la terapia, si se pueden detectar, y por tanto, contrastar (confirmar o refutar) algunos hechos que la Nueva Medicina predice que tienen que estar en los otros dos niveles (psicológico y cerebral) en caso de un conflicto biológico:

1) La persona debe tener un Foco de Hamer en la zona del cerebro correspondiente al conflicto biológico. Y esto se puede constatar desde el mismo momento en que la persona sufre el shock conflictual biológico. Esto permite una verificación de forma completamente objetiva.

2) La persona puede presentar síntomas vegetativos que son clínicamente constatables: manos y pies fríos, pérdida de apetito en mayor o menor grado; dificultades para dormir, estrés en mayor o menor grado, ritmo cardiaco acelerado, entre otras manifestaciones.

3) A nivel de la psique, la persona está constantemente, con mayor o menor intensidad, pensando en torno al conflicto, cómo resolverlo, etc. Este es un pensamiento casi obsesivo, en el sentido de que se instala en la psique de la persona y le cuesta dejar de pensar en él.

A nivel orgánico, la lesión orgánica solo es detectable a las semanas o meses de permanecer en conflicto activo. Y esta detectabilidad orgánica; que se puede verificar por radiografías, tomografías, exámenes sanguíneos, etc; a su vez depende de varios factores:

a) Del tipo de tejido al que pertenezca el órgano correspondiente. Si es un órgano del Endodermo o del Mesodermo Antiguo se producirá una proliferación celular que será visible a las pocas semanas. Si es del Ectodermo o del Mesodermo Nuevo se producirá una pérdida celular que generalmente es asintomática.

b) La intensidad y duración del conflicto. Si el conflicto es muy débil en intensidad, tardará más tiempo en hacerse visible la sintomatología. Un conflicto de más tiempo tendrá una sintomatología mayor que uno de menor tiempo de duración (suponiendo, en ambos casos, que la intensidad del conflicto es la misma).

c) Desde el punto de vista de los síntomas del paciente, en muchos casos la Fase Activa pasa desapercibida, ya que el paciente no siente nada, aunque objetivamente se pueda demostrar alguna alteración en el plano orgánico, o lo siente muy levemente y no acude al médico. Esto ocurre con frecuencia en las enfermedades del Ectodermo y en las del Mesodermo Nuevo, en las cuales en la Fase Activa del conflicto hay ulceración o necrosis de órganos que no producen síntomas importantes o que causen un malestar evidente en el paciente.

En estos casos, si el paciente resuelve el conflicto, es allí cuando sentirá con más fuerza los síntomas (de Fase de Curación), ya que durante esta fase el paciente tiene dolores, inflamación, fiebre, cansancio, malestar general, infecciones, etc. y la enfermedad le es diagnosticada, aunque en realidad lo que le fue diagnosticado es la Fase de Curación, consecutiva a la solución de un conflicto que pasó desapercibido.

En resumen, la enfermedad no aparece por arte de magia, sino que es un proceso biológico que se desarrolla y manifiesta en el tiempo. La Nueva Medicina es contrastable objetivamente desde el mismo momento en que se sufre el conflicto biológico; y esto se puede efectuar inmediatamente en el nivel psicológico (mediante una anamnesis del conflicto) y a nivel cerebral mediante una tomografía computada sin contraste. A nivel orgánico solo podrá detectarse cuando haya transcurrido cierto tiempo desde la aparición del conflicto biológico (ya que es el tiempo necesario para que se produzca la modificación orgánica), y tomando en cuenta los factores antes mencionados, que condicionan el tiempo de la manifestación de dicha patología.

En conclusión, es falso que «hayan personas que hacen conflictos (biológicos) sin que se enfermen». Que el médico o la propia persona no haya sabido identificar los signos (orgánicos) o no haya sentido los síntomas (por no haberse desarrollado suficientemente la enfermedad) no implica que no esté enferma, ni que tal enfermedad sea indetectable, usando los criterios objetivos de la Nueva Medicina. Simplemente se requiere de alguien que sepa qué buscar y dónde buscar, y sobre esos criterios contrastar objetivamente si se cumple o no la Nueva Medicina.

Lo que sí hay son personas que pasan por alguna tragedia o hecho que externamente parece muy dramático, muy doloroso (la pérdida de un ser querido; quedar en bancarrota, etc.), pero no han hecho un conflicto biológico. No se han dado las condiciones para la existencia de un DHS, y por tanto para que surja un conflicto tal como se define en la Nueva Medicina.

Así mismo, hay personas que aparentemente no han pasado por ningún hecho grave (a juicio de un observador externo), pero que subjetivamente ha constituido un importante DHS para la persona, y ha generado un conflicto biológico.

11) «¿Está la NMG en contra de las estadísticas? ¿Por qué la critica tanto el Dr. Hamer?»

La Nueva Medicina no está en contra de las estadísticas, sino de las manipulaciones que con ellas se hacen en la medicina convencional. Las estadísticas son una rama de las matemáticas, que bien usadas permiten hacer inferencias útiles usando para ello el cálculo de probabilidades. Pero en sí mismas no nos dicen mucho si no existe una teoría de fondo que permita interpretar los datos; por lo que si esa teoría de fondo es equivocada, las conclusiones e interpretaciones basadas en ella usando las estadísticas probablemente también serán equivocadas.

Ahora bien, dado que en la Nueva Medicina existen 5 Leyes Biológicas que son reproducibles y contrastables en todos los casos (que estén comprendidos en tales leyes), no tiene sentido usar estadísticas para establecer relaciones causales. En otras palabras, donde la relación de causa-efecto es reproducible en el 100% de los casos, no tiene sentido el empleo del cálculo de probabilidades y de las estadísticas para establecer la causa del fenómeno. Si se postula que A causa B en todos los casos, ¿qué sentido tiene preguntar qué probabilidad hay de que A cause B? Por otro lado, esta relación causal directa y precisa que establece la Nueva Medicina permite también su eventual refutación, si se consigue un caso exhaustivamente investigado en que A no cause B. De allí que la contrastación empírica (verificación o refutación) sólo puede hacerse mediante un estudio exhaustivo, riguroso y completo de cada paciente, y no mediante retórica, estadísticas o especulaciones teóricas o filosóficas.

12) «¿Qué visión se tiene en la Nueva Medicina sobre otras terapias y propuestas alternativas?»

Es importante comprender que en la actualidad existen tres tipos de medicina:

a) La medicina convencional: es la medicina oficialmente «reconocida». Se basa en hipótesis, y no ha descubierto ni una sola ley natural aplicable a las enfermedades. Las únicas leyes naturales que conoce son provenientes de otras ciencias autónomas y auxiliares, como la Química, la Genética o la Física. Pero la medicina convencional, en tanto «ciencia», no ha descubierto por sí misma ninguna ley propia. No conoce la causa de la mayoría de las enfermedades, salvo las causadas por traumatismos, envenenamientos y otros casos excepcionales, y se basa en estadísticas para establecer relaciones causales (factores de riesgo) en la enfermedad. Confía dogmática y acríticamente en las revistas médicas y no es comprobable ni refutable en casos individuales. Toma en cuenta solamente (o principalmente) los órganos, y descarta (o minimiza) la influencia causal de la psique y del cerebro en las enfermedades.

Sobre las revistas médicas hay que decir que es una actividad habitual y correcta en ciencia la publicación trabajos e investigaciones en revistas especializadas, ya que eso permite dar a conocer los trabajos y que éstos sean sometido a escrutinio científico por otros investigadores, que es lo que se denomina «revisión por pares o «peer review». Esta actividad tampoco se debe entender ingenuamente o de forma acrítica, sobre todo tomando en cuenta que existen estudios experimentales que demuestran como el prejuicio de los «revisores» afecta lo que se publica o no en las revistas científicas; y como algunos sesgos y errores de las revistas científicas más prestigiosas pueden dar resultados engañosos o equivocados. Los expertos también se equivocan y el consenso mayoritario no es garantía de verdad, sobre todo cuando dicho consenso se produce sobre la base de un paradigma falso o incompleto.

Por otra parte, no siempre la motivación de los científicos es exclusivamente la búsqueda de la verdad, sino muchas veces también lo es la búsqueda de prestigio, de financiamiento, de reconocimiento, etc., algo que propicia con cierta frecuencia el fraude científico dentro de la medicina.

Estos hechos deben hacernos muy críticos de los «consensos científicos» como criterio absoluto de verdad, especialmente en el área de la medicina donde existe una gran influencia de la industria farmacéutica, que no son organismos de beneficencia, en el financiamiento de estudios científicos a favor de ciertos medicamentos, lo cual crea serios conflictos de intereses y promueve el delito y la corrupción de la medicina, situaciones éstas que no son nada propicias a la búsqueda desinteresada de la verdad, que es el norte de la ciencia. En resumen, son correctas y válidas las referencias a revistas médicas, pero no hay que sacralizarlas hasta el punto de perder el sentido crítico respecto de ellas.

No hay que ser paranoico, pero tampoco tan ingenuos para pensar que no existen intereses económicos importantes que puedan influenciar considerablemente la actividad de los investigadores médicos y de las publicaciones científicas, que eventualmente puedan propiciar la traición al genuino y noble objetivo de la ciencia: la búsqueda desinteresada de la verdad.

b) Las medicinas llamadas alternativas o complementarias: en este concepto se incluyen todo tipo de terapias, técnicas y procedimientos no aceptados por la medicina convencional. Existen muchos tipos de ellas, algunas totalmente incompatibles y contradictorias entre sí, y que van desde prácticas inverosímiles como la curación por la fe hasta propuestas más plausibles como la fitoterapia.

Comparte con la medicina convencional el hecho de que no conoce ni una sola ley natural que pueda contrastarse empíricamente. Acepta muchas de las hipótesis de la medicina convencional, como la de las metástasis, y añade algunas suposiciones adicionales según el tipo de medicina, como por ejemplo: la existencia del «cuerpo energético» y su influencia en la enfermedad.

Como aspecto positivo, la mayoría de estas terapias tienen una visión holística o integral del paciente, ya que toman en cuenta su estilo de vida, su psiquismo, y otros factores descartados por la medicina convencional. Esto hace que tales terapias sean consideradas más humanas por muchos pacientes.

c) La Nueva Medicina, la cual se basa en 5 Leyes Biológicas naturales, que son reproducibles y científicamente contrastables en pacientes individuales. Considera a la enfermedad como una proceso que se entiende a la luz de la evolución biológica de los seres vivos, y que tiene un sentido biológico (finalidad) que es necesario comprender para poderla curar.

No acepta dogmas de ninguna especie ni se arrodilla reverencialmente ante las últimas hipótesis publicadas en revistas médicas, aunque se tomen en cuenta con prudencia y se examinen con sentido crítico, sobre todo tratando de contrastar la verdad de tales hipótesis, cuando sea pertinente, en la experiencia clínica. Se aceptan todos los hechos científicos rigurosamente comprobados por cualquier ciencia empírica, aunque se puedan cuestionar y criticar las hipótesis que se formulen para explicar tales hechos, y deriva todas sus conclusiones de la evidencia empírica obtenida del estudio exhaustivo de cada paciente en el triple nivel (psique-cerebro-órgano) a la misma vez que individualiza la terapia según los requerimientos objetivos del estado real del paciente.

Estas 5 Leyes Biológicas son la base de toda terapia, ya que ninguna terapia puede funcionar al margen o en contradicción con las leyes de la naturaleza. Esto significa que cualquier tipo de terapia, cuya eficacia haya sido comprobada clínica o experimentalmente, puede ser usada siempre que se tome en cuenta el contexto de las 5 Leyes Biológicas, ya que de lo contrario se estaría actuando ciegamente al desconocer el proceso integral que se desarrolla en la enfermedad y que determinan su curso evolutivo.

13) «¿Qué significa que la enfermedad tiene un sentido biológico?»

El sentido biológico se explica en la 5ta Ley Biológica. Que la enfermedad tiene un sentido biológico significa sencillamente que los síntomas y signos de la enfermedad tienen por finalidad ayudar a resolver el conflicto biológico. Solo eso. Ni más ni menos, que ese programa sea efectivo o no en un caso concreto, es otra historia. Esto ya se refiere a la eficacia de ese sentido, no al concepto del sentido mismo. Estas finas matizaciones y distinciones son esenciales para comprender la Nueva Medicina, porque se confunden los conceptos y eso impide captar conceptualmente el tema.

La principal incomprensión que se produce cuando se aborda por primera vez el tema del conflicto biológico, se debe a lo que a mí me gusta llamar el «sesgo antropomórfico», según el cual, el ser humano tiende a interpretar las cosas atribuyéndoles cualidades humanas, o asumiendo al ser humano como el centro del tema analizado, o creyendo que si el asunto estudiado no es aplicable al ser humano y a su visión de las cosas o a sus intereses, es falso o no existe.

Ese sesgo antropomórfico es, en mi experiencia, el principal elemento que impide comprender el sentido biológico que postula la Nueva Medicina, me estoy refiriendo a la compresión del tema, no a si se está de acuerdo o no con él, que sería otro asunto. Yo puedo estar en desacuerdo con algo que comprendo perfectamente bien; pero en muchos casos, también estamos en desacuerdo con cosas que comprendemos mal y con las que, de haber entendido bien el asunto, quizás estaríamos de acuerdo después de todo. Por otro lado, lo lógico sería que, antes de estar de acuerdo o no con algo, lo entendamos bien y en sus justos términos, y no en los términos impuestos por nuestros prejuicios o interpretaciones arbitrarias.

Cuando la gente escucha hablar de «sentido biológico», o del «sentido de la enfermedad», inmediatamente se imagina lo siguiente:

1) Que la enfermedad es buena.
2) Que eso del sentido es absurdo, ya que si fuera así la gente no moriría de la enfermedad.
3) Que la enfermedad tiene un sentido, porque Dios así lo decidió.
4) Que eso del sentido es falso, ya que la naturaleza no tiene sentido y los seres vivos han surgido por azar y sin sentido alguno.
5) Que el único que sentido que tiene la enfermedad es destruir al cuerpo.
6) Que el sentido tiene que ser perfecto e infalible, o de lo contrario no existe.

La lista de afirmaciones similares sería interminable. Pero el común denominador de todas ellas es que son completamente irrelevantes respecto del sentido biológico que descubre y explica la Nueva Medicina en las enfermedades (o programas especiales). Reflejan la interpretación de la persona que hace tales afirmaciones, e incluso su ideología o creencias, no lo realmente planteado por la Nueva Medicina.

¿Qué es lo que realmente plantea la Nueva Medicina sobre el sentido biológico?

a) Que los síntomas y signos de la enfermedad ayudan en general a la solución de conflicto biológico, en el caso de las enfermedades que afecten órganos endodérmicos, ectodérmicos y del Mesodermo Antiguo; o a prevenir el mismo tipo de conflicto biológico en el futuro cuando éste se solucionó, en el caso de enfermedades que afectan órganos del Mesodermo Nuevo.

b) Esto no es una interpretación o una «visión» de la enfermedad, sino un hecho empírico que se puede demostrar objetivamente:

Por ejemplo, un adenocarcinoma de estómago es causado por un conflicto biológico de no poder digerir la presa, se entiende por presa el objetivo, la meta deseada, alguna objeto que se quiera «atrapar», como una casa, una herencia, etc. Durante la Fase Activa del conflicto se produce un tumor en el estómago derivado de las células que producen ácido y pepsina (una enzima digestiva), las partes del jugo gástrico que ayudan a digerir los alimentos. Este tumor es hipersecretor, es decir, secreta una mayor cantidad de sustancias que permiten digerir la presa, lo cual, en caso de lograrse, resolvería el conflicto de «no poder digerir la presa».

14) «¿Qué dice la Nueva Mediicna sobre otras investigaciones que señalan que los microbios son causantes del cáncer?»

La idea de que los microbios son causantes del cáncer existe en una variedad de teorías alternativas, pero también como hipótesis dentro de la propia medicina convencional. Por supuesto, una lectura cuidadosa de todas estas hipótesis convencionales y alternativas, nos revela algunos hechos evidentes:

a) Muchas de esas hipótesis son contradictorias entre sí, por lo que no pueden ser todas verdaderas al mismo tiempo. En especial, algunos señalan a los virus como agentes causales del cáncer; otros a los parásitos; otros a los hongos, etc. Y casi todas ellas pretenden que su explicación es la única válida, o al menos la más válida, para explicar el origen del cáncer. No pueden estar todas en lo cierto.

b) Todas estas hipótesis tienen en común el desconocimiento de las 5 Leyes Biológicas.

c) Como consecuencia de lo anterior, estas hipótesis no toman en cuenta el Foco de Hamer en el cerebro, que puede causar complicaciones graves en la Fase de Curación, y el conflicto biológico. Su terapia es esencialmente incompleta.

d) Incurren en el mismo error que la medicina convencional: creer que la enfermedad existe solo en el órgano y que su curación está solo en el órgano. Aún en el supuesto de que estas terapias funcionaran (algo que no parece probable, dado que los microbios no son la causa del cáncer como luego veremos), estarían tratando solamente el órgano afectado, pero no su correlación cerebral ni psicológica.

El rol de los microbios en las enfermedades y en el cáncer ha sido descubierto en su amplio contexto biológico sólo a partir del descubrimiento de las Leyes Biológicas. Los microbios intervienen durante la Fase de Curación, y pueden actuar sobre úlceras con el fin de rellenarlas mediante una proliferación celular que eventualmente forme un «tumor» (en el caso del virus del papiloma humano y el cáncer de cuello de útero); pero también pueden intervenir en los tumores (adenocarcinomas) con la finalidad de eliminarlos, reducirlos o caseificarlos (los hongos y micobacterias en los tumores del Endodermo y del Mesodermo Antiguo).

Es por este motivo que en muchos cánceres se puede constatar la presencia de varios tipos de microbios. Pero deducir a partir de este hecho que la causa del tumor es el microbio, implica sacar una conclusión falsa, a la que se llega solamente si se desconocen las 5 Leyes biológicas.

15) «¿Qué pruebas científicas avalan la Nueva Medicina? Mi doctor dice que no hay evidencias científicas a favor de ella, y que no está oficialmente reconocida».

Una cosa es la evidencia científica (que se obtiene aplicando el método científico al objeto que se quiere estudiar) y otra cosa es la aceptación o reconocimiento oficial de una teoría por parte de la comunidad científica. Por supuesto, lo lógico e «ideal» sería que la comunidad científica aceptara las teorías en función de la evidencia científica; pero no siempre es ese el caso, como veremos. Teniendo en cuenta esta distinción, que no es evidente para todo el mundo y mucha gente, incluyendo científicos, la confunden, se puede afirmar que hay evidencia científica a favor de la Nueva Medicina, aunque ésta no esté todavía reconocida oficialmente por la comunidad científica.

De esta distinción entre evidencia científica de una teoría y su reconocimiento o no por parte de la comunidad científica (distinción que es sutil, pero crucial) se deduce lo siguiente:

1) Es posible que una teoría sea correcta y que haya evidencia científica que la respalde, pero a pesar de ello no sea aceptada o reconocida oficialmente por la comunidad científica, e incluso que sea violentamente rechazada por ésta. Algunos ejemplos históricos lo prueban:

a) El caso de Alfred Wegener, geofísico y meteorólogo alemán, quien formuló una teoría de la deriva continental, y fue rechazado y repudiado en su momento por la comunidad científica. En un artículo se señala: «La teoría fue recibida de manera uniformemente hostil, y en ocasiones incluso violenta, en buena parte por la inexistencia de una explicación convincente sobre el mecanismo de la deriva continental en sí. A partir de 1950 las ideas de Wegener ganaron rápida aceptación gracias al desarrollo de las modernas técnicas de exploración geológica, en particular del fondo oceánico. Reformulada a partir de recientes descubrimientos, la teoría de la deriva continental se encuentra hoy totalmente consolidada».

¿Qué puede llevar a una comunidad de científicos a recibir de manera «uniformemente hostil y violenta» una teoría alternativa que demostró ser correcta? ¿No es la función de un científico buscar la verdad, así sea contraria a sus prejuicios o a sus teorías firmemente establecidas? Se podría pensar, que dado que no existían las técnicas modernas de exploración geológica, era explicable la actitud de estos científicos. Sin embargo, eso no justifica actuar de forma «hostil y violenta» (conducta bastante anti-científica), ya que si no hay suficiente evidencia de algo, lo razonable es dudar de ello (suspender la opinión) e investigar a fondo para confirmar o refutar la teoría; y no rechazar dogmáticamente y de manera agresiva o usando tácticas anti-científicas (retórica, juegos de palabras, trucos semánticos, propaganda, manipulaciones, intimidaciones, insultos, etc.) la teoría alternativa en cuestión o a sus defensores científicos.

La soberbia, el prejuicio y la creencia ciega y acrítica en que se posee siempre la verdad y la razón en ciertos asuntos, tiende a generar actitudes intolerantes y fanáticas. Esto incapacita emocional e intelectualmente a la persona para reconocer y ponderar objetivamente la evidencia contraria a sus creencias, como lo ha demostrado la Psicología, que son ajenas al noble y humilde ideal de la ciencia de buscar permanentemente la verdad, sea cual sea. Y precisamente son los científicos quienes deberían estar más conscientes de sus prejuicios, y como ellos interfieren o pueden interferir, en la búsqueda de la verdad.

b) Otro ejemplo en el campo de la medicina lo encontramos en Ignaz Semmelweis, médico húngaro quien demostró que con la esterilización podía prevenirse la fiebre puerperal; y que ante tal situación fue recibido con violento rechazo por parte de sus colegas médicos. En un artículo se menciona: «Defendió con vigor su descubrimiento y la salud de sus pacientes, «hay que terminar con la matanza», escribió. Pero la resistencia y hostilidad de sus colegas fueron grandes. El mismo fue amenazado. Lleno de amargura dejó la clínica, su mente se alteró, y su vida terminó en un asilo… por una septicemia».

En otro artículo se señala: «Pero los médicos, envidiosos de su éxito, se declararon ofendidos de que se les achacara esas muertes y se juzgaron humillados por la obligación de lavarse las manos. Además, el espíritu corporativista de los médicos le hizo notar a Semmelweis su condición de extranjero, obligándole a renunciar».

¿Por qué el Dr. Semmelweis obtuvo resistencia y hostilidad de parte de sus colegas, e incluso llegó a ser amenazado, si estaba haciendo un aporte positivo a la medicina? ¿No se estaban resistiendo y oponiendo esos «científicos» a algo que podía ayudar a salvar a las personas? ¿Por qué la envidia y el espíritu corporativista de los médicos fue más importante para ellos que la búsqueda de la verdad y el deseo de ayudar a sus pacientes? ¿Es eso una actitud científica y racional? ¿Se repite eso en la actualidad, al estar más «corporativizada» la investigación médica? Juzgue el lector.

c) Otro ejemplo es el del científico Julius Robert Mayer, quien en 1842 enunció por primera vez el principio de conservación de la energía. En otro artículo se lee: «Se dice que el principio de la conservación de la energía, que es uno de los principios más generales de la Física, fue establecido por «dos médicos y un cervecero». Uno de los médicos fue Julius Robert Mayer, quien lo enuncia por primera vez en 1842. Sus observaciones están asociadas al color de la sangre y al contenido de oxígeno de la misma. Su trabajo de investigación es rechazado por los científicos alemanes de su época, por lo que el malestar asociado hace que por un tiempo deba estar en un hospital psiquiátrico».

Curioso que un descubrimiento tan importante para la Física y la ciencia haya sido rechazado por los científicos alemanes hasta el punto de causarle trastornos mentales.

d) Otro ejemplo más reciente es el de la científica Barbara McClintock, quien demostró la existencia de genes móviles, pero que en su momento fue rechazada y ridiculizada. En un artículo se comenta: «La idea de la existencia de genes móviles, que McClintock desarrolló después de estudiar decenas de generaciones de maíz híbrido, fue rechazada por absurda, y su autora fue condenada al ostracismo durante décadas, hasta que a principios de 1980 las nuevas técnicas de la Biología Molecular demostraron que tenía razón. Recibió el premio Nobel en 1983, cuarenta años más tarde de su crucial descubrimiento, siendo la segunda mujer, tras Marie Curie, que recibió un Nobel de ciencia en solitario».

Curioso que científicos entrenados para el análisis de temas complejos califiquen de «absurdo» un descubrimiento, que como se demostró después, era verdadero. Esto demuestra que lo verdaderamente absurdo era la actitud de los científicos que rechazaron esa investigación. ¿Por qué tales científicos, en vez de precipitarse en calificar de «absurdo» ese trabajo, no suspendieron el juicio mientras investigaban más a fondo el asunto? ¿Por qué apresurarse en emitir veredictos tan categóricos, defendiendo lo falso y evitando que la verdad saliera a la luz? ¿Qué los motivó a oponerse y rechazar tan irracionalmente la verdad, pero creyendo que tenían razón? ¿Donde quedó la autocrítica, la sensatez, la prudencia y la honestidad intelectual? ¿Cuál cree el lector que es el motivo que indujo a la «comunidad científica» de ese entonces a atacar la verdad, con retórica y calificativos como «absurdo»? ¿Qué concluye el lector de estos hechos?

Existen muchos ejemplos más que en la historia de la ciencia (¿y en el presente?) demuestran que el prejuicio, el dogmatismo, la soberbia, la falta de autocrítica, y los intereses creados pueden servir de poderosos móviles que en el nombre de la ciencia busquen tapar u ocultar importantes descubrimientos científicos potencialmente beneficiosos para la humanidad. Dado que en casi todas las áreas la mediocridad es la regla, y la genialidad la excepción, no es de sorprender que tales actitudes existan también entre los científicos. Quizás por esto fue que Einstein dijo: «Los grandes espíritus han encontrado siempre una oposición violenta de la mediocridad. La última, no puede entender cómo un hombre no se somete inconscientemente a los prejuicios hereditarios, sino que honestamente y con coraje usa su inteligencia».

2) Es posible también que una hipótesis o teoría falsa o incorrecta sea aceptada por la comunidad científica como verdadera. Un ejemplo de ello lo encontramos en el infeliz caso de Hwang Woo-suk, científico coreano cuyo prestigio y admiración por parte de sus colegas de la comunidad científica se desplomó al descubrirse que había cometido fraude. En una noticia se señala: «Si existe algo llamado el «sueño coreano», seguramente estaba personificado en Hwang Woo-suk. En el pico de su popularidad era considerado un héroe nacional. Sus colegas lo catalogaban como un pionero en su campo; los políticos recompensaban sus avances con dinero en efectivo; miles de personas se suscribían a un grupo online de devotos del genio; algunos hasta decían que estaba realizando el trabajo de Dios».

Es interesante notar como sus colegas lo consideraban una pionero en su campo, lo cual facilitaba la aceptación de su trabajo de una forma más acrítica y crédula. Hasta que no se descubrió el fraude, el trabajo de Woo-Suk era aceptado por la comunidad científica en base a una evidencia inventada. ¿Existirán otros casos similares en la actualidad cuyo fraude no haya sido aun descubierto? ¿Es posible que actualmente la comunidad científica acepte hipótesis y teorías que en un futuro se demostrarán como completamente falsas, pero que investigadores científico pioneros ya lo hayan señalado sin ser escuchados?

Otro ejemplo es el del científico noruego Jon Sudbo, quien falsificó varios estudios sobre el cáncer. En otra noticia se señala: «Las autoridades sanitarias noruegas le retiraron las licencias para ejercer de médico y dentista el pasado 21 de noviembre después de que el científico admitiera haber falsificado varios estudios sobre el cáncer oral publicados en las revistas The Lancet, The New England Journal of Medicine y The Journal of Clinical Oncology».

Adviértase que fue el propio científico el que admitió el fraude. Esto es importante enfatizarlo, ya que los revisores de las «prestigiosas revistas» (The Lancet, etc.) no fueron capaces de detectar el error, y publicaron sus artículos en varias ocasiones, y en varias revistas. ¿Dónde quedó el rigor de la «revisión por pares»? ¿Por qué publicaron algo fraudulento? ¿Por qué el fraude no fue detectado, sino hasta el momento en que el propio científico confiesa el fraude? ¿Existirán otros artículos científicos que en la actualidad sean fraudulentos, pero cuyo fraude no haya sido descubierto o «confesado» todavía?

Depositar una fe ciega y acrítica en las publicaciones científicas, y confundir lo que en ellas aparece con lo «científicamente comprobado» o con la «ciencia verdadera» o como la «última palabra» en materia científica, no sólo es una actitud extremadamente ingenua y conservadora, sino que refleja una profunda ignorancia tanto de la historia de la ciencia, como de las debilidades humanas y los intereses no científicos. Por ejemplo: corporativos, económicos o de búsqueda de prestigio personal, que se esconden detrás muchas actividades científicas.

Las publicaciones y revistas científicas son útiles y necesarias; y lo allí publicado debe ser tomado en cuenta, con sentido crítico y sin dogmatismo; y su pretensión de que se publiquen trabajos de calidad es una exigencia razonable y necesaria para depurar la investigación científica de errores, sesgos y mala calidad. Ellas deben ser un instrumento que optimice la investigación científica, no en un fin en sí mismo.

Convertirlas en el bastión exclusivo de la verdad, en oráculos cuasi-religiosos de lo que es verdadero o falso en la ciencia, en el último jurado de lo que es científico o no lo es, es una actitud irracional, acrítica y anti-científica. Aún cuando ningún científico admite expresamente que tiene una fe ciega en las revistas científicas o que sean el máximo tribunal de sus creencias científicas, es fácil comprobar que muchos sí las consideran así con solo dialogar un poco con ellos: sus argumentos siempre se basan, expresa o tácitamente, en que lo único científico es lo que ha sido publicado en una revista científica; y no admitirán nunca como científicamente válido lo no publicado allí. Ante esto uno se pregunta:¿creen o no tales científicos en la autoridad de las revistas científicas como máximo jurado de la cientificidad? ¿Sustituyen las revistas científicas a su capacidad de pensar por sí mismos? ¿Es esa la actitud propia e ideal de un científico verdadero? El lector podrá sacar sus conclusiones.

3) Por supuesto, el hecho de que uno o varios científicos sean rechazados, ridiculizados y difamados por sus colegas no prueba necesariamente que sus teorías son correctas. Al fin y al cabo, también hay personas que fueron ridiculizadas y sostenían teorías falsas.

El punto clave en esto es comprender que la verdad o falsedad de una teoría no se determina por el veredicto ni la aceptación de la comunidad científica, ni por el consenso mayoritario, ni por ser ridiculizado o no. La única forma de saber si una teoría científica es correcta o no, es sometiéndola a contrastación empírica, independientemente de si es aceptada o no por la mayoría de científicos en un momento dado.

Pero en concreto, ¿qué evidencia científica existe a favor de la Nueva Medicina? Es importante comprender que la Nueva Medicina postula en cada enfermedad (a nivel psíquico, cerebral y orgánico) un buen número de hechos comprobables. Si la persona tiene dos o más enfermedades, la cantidad de hechos comprobables aumenta considerablemente.

Estos hechos comprobables incluyen el tipo de conflicto biológico, la localización exacta del Foco de Hamer en el cerebro para cada enfermedad, la formación histológica que se forma en cada enfermedad según su hoja embrionaria, la crisis epileptoide, etc.

Toda verificación de la Nueva Medicina tiene por finalidad contrastar si en cada caso todos estos hechos se cumplen o no en cada paciente. Por este motivo, con dos o tres pacientes tomados al azar y que cada uno tenga varias enfermedades, se podrían contrastar cientos de los hechos que la Nueva Medicina predice que deben estar en cada caso y en cada enfermedad.

Este tipo de investigación se ha llevado a cabo por científicos independientes, algunos de gran prestigio profesional en sus respectivas áreas. Entre ellos se puede mencionar:

1) La investigación llevada a cabo por el equipo del Dr. Georg Birkmayer (en alemán su primer nombre es Jörg), un catedrático de medicina, cancerólogo y químico de prestigio, y autor de diversos trabajos científicos, quien en 1988 verificó la Nueva Medicina en siete pacientes tomados al azar, los cuales tenían varias enfermedades cada uno, encontrándose correcta la Nueva Medicina en todos los casos examinados.

2) La investigación efectuada por el Dr. Willibald Stangl, presidente de la Asociación de Oficiales Médicos de Austria, probó la Nueva Medicina en 250 casos tomados al azar. El resultado: 100% de concordancia con los descubrimientos del Dr. Hamer. Una reciente carta del Dr. Stangl manifiesta algunas reflexiones sobre el Dr. Hamer y la Nueva Medicina.

3) La investigación realizada en Bélgica en 1990 ante un grupo de médicos.

4) La verificación realizada en 1992 con 24 pacientes, cada uno con cuatro o cinco enfermedades, en la clínica universitaria de Gelsenkirchen, dirigida por el Dr. E. A. Stemmann, quien ha intentado desarrollar una teoría sobre la neurodermitis y el asma, basada en la Nueva Medicina y sin hacer referencia alguna al Dr. Hamer.

5) La verificación realizada en la Universidad de Trnava en 1998, en siete pacientes, donde se analizaron 20 enfermedades a la luz de la Nueva Medicina y se corroboró su veracidad. Esta investigación contó entre sus supervisores al vice-rector representativo de la sección de Investigación, el matemático Dr. Josef Miklosko. Él ha sido observador internacional en diversos asuntos políticos y ex vice-primer ministro de Checoslovaquia.

Se han realizado otras investigaciones más, por diversos grupos médicos a lo largo del mundo.

Si bien estas verificaciones no han sido tomadas en cuenta por la comunidad médica y científica, ellas demuestran que usando el método científico se puede contrastar si se cumplen o no los hechos objetivos y reproducibles que la Nueva Medicina predice que deben existir en cada caso de enfermedad. El Dr. Hamer ha pedido por años que estas investigaciones se lleven a cabo a gran escala y de forma pública. Incluso, ha invitado a científicos y representantes de sociedades médicas a observar el protocolo de verificación, sin que estos científicos muestren interés alguno por dicha verificación. Al parecer, la comunidad científica no está dispuesta por el momento a aceptar esa invitación y llevar a cabo la contrastación, lo que permitiría disipar las dudas (a los que la tienen), empíricamente y de una vez por todas, sobre si la Nueva Medicina es correcta o no.

La búsqueda del conocimiento es responsabilidad de cada persona, y no hay que esperar cómoda y arrogantemente a que alguien «me demuestre» tal o cual cosa. Si estamos interesados en buscar la verdad, hagamos el esfuerzo de buscarla por nosotros mismos y de ser capaces de pensar con mente abierta pero de forma rigurosa, crítica y honesta con nuestros propios medios y no en base a la autoridad o al consenso mayoritario que predomine en un momento dado.

Tampoco juzguemos como verdadero lo que es meramente «plausible» o «probable», ya que existen cosas probables que son falsas en el caso concreto. No confundamos lo falso con lo «implausible» o lo «improbable», ya que pueden existir cosas que pueden parecer improbables pero que sean ciertas cuando se examinan en detalle, como se demostró en los ejemplos anteriores donde la comunidad científica calificó de «absurdos» o «ridículos» diversos estudios e investigaciones que eran correctos.

16) «En algunas páginas he leído que la Nueva Medicina no es una terapia, sino un teoría que explica la enfermedad».

Este punto hay que explicarlo bien para evitar malos entendidos:

1) La Nueva Medicina sí contiene una terapia e indicaciones precisas para realizarla y es completa en sí misma, en el sentido de que con ella se puede realizar tanto el diagnóstico como la terapia.

2) Si por «terapia» se entiende, como lo hace mucha gente, el hecho simplista de «dar medicamentos para curar una enfermedad», pues en este sentido no es una «terapia». Las enfermedades las cura el propio organismo, al solucionar el conflicto biológico definitivamente. En este punto, los medicamentos y otras intervenciones médicas pueden, y en muchos casos deben, usarse como coadyuvantes al proceso de curación, para aliviar síntomas, dolores, complicaciones, etc.

La Nueva Medicina con sus 5 Leyes Biológicas ofrece un modelo explicativo de la enfermedad y de su evolución, incluyendo su eventual remisión, si se dan las condiciones para ello, y ese modelo permite explicar la aparición de la enfermedad y también su curación. Este contexto es la base de cualquier terapia y de cualquier tratamiento que se quiera realizar con éxito. Las diversas terapias (convencionales o alternativas) pueden usarse si han demostrado ser eficaces, pero a condición de que se usen en el contexto de las 5 Leyes Biológicas y tomando en cuenta el concepto amplio que la Nueva Medicina tiene de la terapia y sus indicaciones generales, que es diferente al concepto común, meramente químico y mecánico, de «terapia».

Por eso, la idea de terapia en la Nueva Medicina es completamente diferente a como se usa el concepto comúnmente, y esa distinción es importante para comprender que la Nueva Medicina sí tiene una terapia o tratamiento propio, aunque no en el sentido generalizado y simplista del término.

17) «¿Por qué hay personas que se han curado con métodos alternativos (ej: nutricionales, etc.) sin haber tomado en cuenta y sin conocer la Nueva Medicina? ¿No prueba esto que la Nueva Medicina es simplemente una teoría alternativa más?»

Sobre las curaciones producidas por tal o cual terapia, o en tal o cual caso, no se puede dar una respuesta precisa si no se examina el caso en sus detalles concretos. Lo demás sería simplemente especular a través de generalidades o prejuicios. Por ejemplo: un médico convencional dogmático o prejuiciado diría, aunque no tenga pruebas exhaustivas del caso específico, que la enfermedad no existió y que fue «mal diagnosticada». Esta es una posibilidad, pero mientras no se compruebe no se puede afirmar como un hecho cierto y comprobado en el caso específico. El que algo sea posible no significa que esa sea la explicación real y verdadera del caso concreto.

Para efectos de mi comentario a la pregunta planteada, partiremos del supuesto de que sí se produjo una curación inexplicable para la medicina convencional de alguna enfermedad después del tratamiento alternativo.

La Nueva Medicina conoce algunos hechos que podrían explicar estas curaciones, sin que éstas se atribuyan a la terapia alternativa:

a) La mayoría de las enfermedades aparecen durante la Fase de Solución del conflicto. En principio, estas enfermedades están destinadas a remitir por sí solas, si no hay recidivas del conflicto o si no hay alguna interrupción artificial de la Fase de Curación, por ejemplo: mediante terapias agresivas o que bloqueen la evolución natural de la Fase de Curación. Esto explica por qué la mayoría de las enfermedades tienden a remitir por sí solas.

b) Algunos medicamentos convencionales tienen la propiedad de interrumpir la Fase de Curación y alargar la enfermedad, o propiciar mediante sus efectos secundarios nuevos conflictos biológicos, o la reactivación del que ya existía.

Dado que muchas terapias alternativas tienden a darle prioridad a lo «natural», o a intervenciones «no agresivas», o cosas similares, esto trae como consecuencia que en ciertos casos la adopción de tales métodos evite las complicaciones antes mencionadas que el medicamento convencional hubiera causado. Esta visión no está exenta de riesgos y tiene una contra cara: si el paciente necesitaba una medicamento determinado, y no se le dio, sino que se sustituyó por algo «natural» que no tenga la misma eficacia, se le estaría causando un perjuicio más que un beneficio. Por supuesto, esto solo puede ser evaluado caso por caso.

c) Algunas enfermedades y su tratamiento convencional propician por su propia dinámica nuevos conflictos biológicos. Por ejemplo: en casos de una sintomatología intensa, o cuando la enfermedad es considerada «grave» y el diagnóstico y/o pronóstico es hecho en forma brutal e insensible.

En cambio, muchos médicos alternativos aparentemente tienen un mejor trato para con sus pacientes. No acostumbran a dar diagnósticos insensibles ni pronósticos fatalistas, y a veces prometen curar la enfermedad. Al ser partidarios de una visión «holística», toman en cuenta las emociones, el estilo de vida, las relaciones interpersonales, etc. del paciente y tratan ese aspecto también como parte importante de la «terapia».

Esto puede hacer que sin ser plenamente consciente del mecanismo exacto que está operando (por desconocer la Nueva Medicina), el médico alternativo esté resolviendo conflictos biológicos, o evitando que surjan nuevos al darle esperanzas al paciente. Esto por sí sólo es terapéutico, y puede producir en ciertos casos «curaciones», sin necesidad de asumir que la curación se produjo por la terapia alternativa en sí misma considerada.

Por supuesto, no siempre este será el caso, ya que el paciente puede tener una Fase de Curación intensa que por sí misma cause serias complicaciones (ej: a nivel cerebral) y ninguna esperanza o promesa del médico alternativo será de ayuda si no trata médicamente la complicación que se le avecina. Para ello lo ideal sería que conociera la Nueva Medicina; de lo contrario, ¿cómo sabe la magnitud de la posible complicación que el Foco de Hamer puede causar en el paciente concreto, si ni siquiera sabe lo que es un Foco de Hamer?

d) Lo anterior no implica ni insinúa que las terapias alternativas sean inútiles o ineficaces. Pero tampoco que sean útiles o eficaces por sí mismas. Si son eficaces o no, es algo que solo puede ser resuelto aplicando el método científico; y aquí no vamos a hacer ningún juicio o evaluación sobre las terapias alternativas.

En todo caso, funcionen o no, hay que tomar en cuenta las 5 Leyes Biológicas y en ese contexto deberían no solamente ser evaluadas, sino también usadas todo tipo de técnicas o terapias que puedan ayudar al paciente, optimizando así las probabilidades de éxito.

18) «La revista alemana Der Spiegel refiere una investigación por las autoridades alemanas, señalando que de 50 pacientes con cáncer que habían estado bajo el cuidado de Hamer, solo 7 sobrevivieron».

Es curioso que esto lo citen personas que a la misma vez y sin percatarse de la inconsistencia (o encubriéndola, para arteramente engañar a los demás), exigen evidencia científica a favor de la Nueva Medicina, pero citan evidencia no científica contra ella.

Sobre el reporte de Spiegel, habría que hacerle algunas preguntas y observaciones críticas:

a) Der Spiegel, aunque es una revista importante e influyente, no es una revista científica especializada. Por ese motivo su reportaje fue periodístico, basado en fuentes gubernamentales (autoridades alemanas), no en la investigación científica llevada a cabo por médicos para evaluar la Nueva Medicina.

Este punto es importante, sobre todo para desenmascarar la hipocresía y doble discurso de los que citan esta fuente. Si no es una revista científica especializada, ¿por qué la citan como evidencia contra la Nueva Medicina, a la misma vez que afirman que no hay publicación positiva sobre la Nueva Medicina en revistas científicas y que por tanto no es científica? Si le pagas con la misma moneda y le citas una revista, o incluso alguna verificación que sí ha sido realizada por científicos, donde se publiquen hechos a favor de la Nueva Medicina, «moverán el marco» y te dirán que eso nada prueba porque la revista no es científica…

Usan fuentes no científicas para sacar conclusiones erradas pretendidamente científicas (ej: que la Nueva Medicina no ayuda a curar o que es falsa); pero sin aplicar la misma vara si es a favor de la Nueva Medicina. Dicho de forma más simple: si cae cara, gano; y si cae sello, pierdes.

Y es que esta actitud consistente en «usar una doble vara de medir en sus análisis críticos», es característica típica y absolutamente previsible en cierto tipo de personas, por lo que no debe sorprender a nadie tal actitud.

b) ¿Qué autoridad alemana en específico señaló eso? ¿Se permitió que el Dr. Hamer diera su versión del asunto o solo se planteó lo que unilateralmente decían las «autoridades alemanas»? En el periodismo serio se acostumbra a que todos los interesados den su versión, planteen sus argumentos y ofrezcan las pruebas de su punto de vista. Esto para evitar el sesgo y la información tendenciosa.

c) ¿Fueron los 50 pacientes una muestra representativa de la terapia de la Nueva Medicina?

d) ¿En qué estado estaban los 50 pacientes? ¿Estaban desahuciados?

e) Por último, y lo más importante: lo que Der Spiegel omitió señalar, es que también una autoridad alemana (el Fiscal público de Wiener-Neustadt en Austria), tuvo que admitir en un juicio contra el Dr. Hamer, que según los documentos en su poder habían sobrevivido 6,000 de 6,500 pacientes con cáncer terminal, después de cinco años de tratamiento con la Nueva Medicina. «Cuando el Dr. Hamer fue arrestado, la policía buscó sus archivos de pacientes. Subsecuentemente, un fiscal se vio forzado a admitir durante el juicio, que después de 5 años, 6,000 de 6,500 pacientes casi todos con cáncer «terminal» estaban aún vivos. Y así, irónicamente, fueron sus oponentes los que proveyeron las estadísticas actuales probando el notable índice de éxito de la Nueva Medicina».

¿Por qué no menciona esto Der Spiegel? ¿Por qué sólo se menciona la información en contra? ¿Por qué suprime información a favor de la Nueva Medicina, aun cuando proviene de una fuente equivalente: una autoridad alemana? Al parecer, la autoridad alemana solo es un fuente fiable cuando da cierto tipo de información.

Dejando de lado estas inconsistencias o dobles discursos, es cuando menos curioso que se usen pacientes fallecidos para refutar tal o cual medicina o terapia. Sin explicar en detalle los casos concretos, la gravedad de la enfermedad, el estado del paciente, los medicamentos empleados y en qué dosis, qué médico en concreto la trató, etc; o para descalificar y difamar al médico tratante, sobre todo si se tiene en cuenta que la medicina convencional produce actualmente más muertes al año que cualquier otro tipo de terapia.

Usando la misma «lógica» según la cual el que un paciente muera demuestra la falsedad de una terapia o el carácter de «asesino» de un médico, tendríamos entonces que condenar a la medicina convencional; o culpar de asesinato a los médicos convencionales que trataron a Pavarotti, Rocío Durcal, Roció Jurado, Soraya, (por mencionar sólo unos pocos artistas famosos fallecidos debido al cáncer) por no haber curado a estas personas, que además tenían el dinero suficiente para tratarse con la mejor terapia que la medicina convencional les pudo ofrecer… pero que, sin embargo, lamentablemente fallecieron. ¿Fue por mala praxis de los médicos tratantes? ¿O por la ineficacia terapéutica de la medicina convencional? Juzgue el lector.

Por supuesto, si presentas algún paciente curado con tal o cual terapia, te pedirán como prueba hasta la huella dactilar de la cuñada del paciente… Se puede ver que la evidencia anecdótica de casos individuales la usan selectiva y tendenciosamente, según convenga.

La Nueva Medicina puede ser contrastada científicamente en cualquier momento. Si es falsa, es fácil demostrarlo. Sólo basta tomar cualquier número de pacientes tomados al azar, y encontrar un caso que la refute. Un caso que estando comprendido en sus Leyes Biológicas, no las confirme. La propaganda a favor o en contra no cambia este hecho y distrae la atención del tema de fondo: contrastar científicamente y de manera oficial la Nueva Medicina.

19) «¿Por qué tanta insistencia que en que la Nueva Medicina sea verificada oficialmente? Hay muchas terapias alternativas, y está la medicina convencional, y las personas tienen derecho a elegir qué alternativa emplear para recobrar su salud».

Es cierto que cada persona tiene el derecho a emplear tal o cual procedimiento para mantener o recuperar su salud. Este es un derecho básico, que ha sido incluso reconocido legalmente en muchos países. Nadie ha discutido ese derecho, o al menos no lo hacemos nosotros. Cuando se insiste en la verificación oficial de la Nueva Medicina, no se hace para cuestionar el derecho de las personas de tratarse con la terapia que ella elija, ni para forzarla autoritariamente a usar la Nueva Medicina u otra terapia.

De lo que se trata es que la comunidad científica lleve a cabo a gran escala una verificación científica de la Nueva Medicina, para que se convenza de su veracidad, o de su falsedad si la logra refutar experimentalmente. La razón de esto es obvia: con la Nueva Medicina las personas tienen objetivamente mayores probabilidades para realizar un diagnóstico exacto y un tratamiento eficaz y rigurosamente individualizado. Ante esto, las personas tendrán un elemento de juicio adicional a la hora de decidir qué terapia emplear.

La verificación oficial de la Nueva Medicina confirma y refuerza el derecho de las personas a elegir su terapia; esta vez con una medicina basada en leyes naturales que son contrastables en cada caso. Si las personas ignoran su existencia, sus alternativas estarían reducidas y su capacidad de decisión estaría limitada.

Lo ideal es que las personas decidan qué terapia emplear, pero que se informen bien y de manera exacta cuál es la terapia que están eligiendo y qué esperan de ella. Y lo hagan con razones fundadas y con conocimiento de causa, y no solamente en base a la fe o a la esperanza que le inspire tal o cual doctor. No es que la fe o la esperanza no sea importante, sino que se requiere también una fundamentación sólida o razonable de que la terapia en cuestión es efectiva y ofrece posibilidades ciertas de curación o mejoría. No todas las personas tienen fe, pero aun así tienen el mismo derecho a la salud que cualquier otro ser humano.

20) «La Nueva Medicina es absurda, ya que no toma en cuenta factores como la nutrición, la alimentación, el estilo de vida, etc. en el origen de la enfermedad. Solo cree que la enfermedad es psicológica».

Esta afirmación es falsa. La Nueva Medicina toma en cuenta los tres niveles del ser humano: la psique, el cerebro y los órganos. Si bien es cierto que el DHS empieza en la psique, sus efectos, impacto y evolución se produce en los tres niveles.

La Nueva Medicina no «cree» que la enfermedad sea «sólo» psicológica, pero tampoco cree que sea sólo orgánica. La enfermedad es siempre en los tres niveles (psique, cerebro y órgano), y su tratamiento se extiende a esos tres niveles.

La alimentación es esencial para una buena salud, y sus alteraciones (mala alimentación, desnutrición) pueden causar efectos directos como enfermedades por estados carenciales: beri beri, pelagra, etc.; o indirectos induciendo conflictos biológicos, como por ejemplo: causar un conflicto de «morirse de hambre» si la persona no tiene qué comer, lo que le afectaría el hígado.

Lo que sí niega la Nueva Medicina es que la enfermedad; que no sea por estado carencial, traumatismo o envenenamiento; se produzca sólo y directamente por una mala alimentación, al margen de la psique y del cerebro. Y esto se niega por el hecho de que hasta el momento, en todos los casos examinados en detalle nunca se ha encontrado un solo caso de enfermedad (de las comprendidas en las 5 Leyes) en la que no participen los tres niveles, y cuyo inicio haya sido el DHS.

Así mismo, una correcta alimentación es necesaria para afrontar con éxito algunas fases de curación. Por ejemplo, en casos de tuberculosis es importante asegurar un suministro adecuado de proteínas. Y en otras enfermedades en Fase de Curación hay que valorar y adecuar la alimentación a los requerimientos propios de esa Fase Curativa y del paciente en concreto.

El estilo de vida (noción amplia y a veces ambigua) también es importante, ya que ella determina las situaciones que eventualmente podrían propiciar ciertos conflictos biológicos o evitar otros, y por tanto aumentar las probabilidades de padecer ciertas enfermedades y no otras; algo que la medicina convencional interpreta como «factores de riesgo».

En resumen, ninguno de estos elementos queda excluido de la Nueva Medicina, sólo que su importancia es relativa y se contextualiza en el marco más amplio de las 5 Leyes Biológicas.

21) «La Nueva Medicina induce al consumo del cigarrillo, porque dice que el cigarrillo no causa cáncer».

Este argumento es un sofisma: encierra un serio error de lógica, que lleva a una conclusión falsa, y con la cual se pretende engañar a las personas y predisponerlas contra la Nueva Medicina.

Del hecho de que se afirme que el cigarrillo no causa cáncer no quiere decir que la Nueva Medicina induzca a su consumo, entre otras razones porque el cigarrillo contiene una serie de sustancias (alquitrán, nicotina) que ejercen directamente un efecto tóxico sobre el organismo y pueden generar directamente algunas enfermedades (bronquitis obstructiva, adicciones). Este simple hecho es suficiente para desaconsejar el consumo del cigarrillo.

En conclusión, la Nueva Medicina reconoce los efectos nocivos del consumo de cigarillo y no induce a su consumo, ni al consumo de ningún otro tipo de sustancia como drogas. De hecho, desaconseja enérgicamente el consumo de tales sustancias adictivas, especialmente de las drogas. Toda persona debería conocer esto y evitar así caer en adicciones, previniendo con ello los efectos psicológicos, cerebrales y orgánicos que tales sustancias causan en el organismo.

22) «¿Por qué el Dr. Hamer dice que las metástasis no existen?»

Las metástasis, entendidas como la aparición simultánea o consecutiva de otros tumores en pacientes con cáncer, existen. Lo que refuta la Nueva Medicina es la hipótesis de las metástasis que tiene la medicina convencional. En otras palabras, la Nueva Medicina no niega el hecho de las metástasis, sino que refuta la explicación que sobre ese hecho da la medicina convencional, que asocia el hecho a la hipótesis, como si fueran lo mismo.

23) «El cáncer de seno se cura, usando métodos convencionales, en el 80% al 90% de los casos. ¿Cómo explica la Nueva Medicina eso?»

Lo primero que hay que decir es que en Oncología la curación se entiende en el sentido de «curación clínica», entendida como la supervivencia de la persona dentro de los cinco años siguientes al diagnóstico de cáncer. Es decir, curación no supone para los oncólogos que la persona venció el cáncer y que puede olvidarse del asunto porque está sana.

Es importante conocer bien lo anterior, ya que eso explica la paradoja de que «se ha avanzado mucho en la curación del cáncer», como dice la propaganda que vemos en prensa, pero casi no conocemos a nadie curado de cáncer con tratamientos convencionales. ¿Cuántas personas con cáncer conoce el lector que no hayan fallecido tarde o temprano de esa enfermedad? ¿Qué porcentaje se «curó»? No le pido que piense en un caso aislado, sino en el conjunto de personas con cáncer que usted ha conocido y el balance entre los curados y los fallecidos.

El cáncer de seno tiene la particularidad de que no afecta a un órgano vital, y por sí mismo no produce la muerte. Lo que hace que las pacientes con cáncer de seno mueran son las metástasis, inducidas básicamente por el shock causado por la sospecha de padecer cáncer o por el diagnóstico de cáncer como tal. Los efectos secundarios de la agresividad de los tratamientos convencionales contra el cáncer también pueden inducir nuevos conflictos biológicos.

Sabiendo esto, y si se evitan esos nuevos conflictos biológicos, no hay razón alguna para que la paciente muera de cáncer. Aún si la persona ha sido tratada con métodos convencionales, y en tanto logre sobreponerse a dicha agresión «terapéutica» y no haga nuevos conflictos biológicos, se podrá curar permanentemente del cáncer. No «recaerá». Pero para ello, debe conocer y comprender a fondo las Leyes Biológicas.

24) «La medicina convencional puede curar la mayoría de casos de Leucemia mediante un trasplante de médula ósea. ¿Cómo explica eso la Nueva Medicina?»

Primero debemos aclarar algunas cosas:

a) La leucemia no es un cáncer, sino un conjunto de signos y síntomas de la Fase de Reparación de la médula ósea.

Su causa fundamental es un conflicto biológico de intensa desvalorización de sí mismo. Excepcionalmente puede ser generada por cualquier cosa que destruya gravemente la médula ósea, como radiaciones, quimioterapia, etc. Pero en todo caso, su presencia indica que el organismo intenta reparar una lesión previa de la médula ósea.

2) En la medicina convencional los hechos anteriores se desconocen. Y se estima que la leucemia es un tipo de cáncer que afecta la producción de glóbulos blancos (causando un aumento excesivo de ellos en forma de glóbulos blancos inmaduros, también llamados leucoblastos) debida a una degeneración cancerosa de las células madres o precursoras que producen la sangre.

En consecuencia, el tratamiento debe consistir en eliminar ese exceso de glóbulos blancos inmaduros, para lo cual se usa casi siempre la quimioterapia, la cuál tiene un potente efecto destructivo en la médula ósea, ya que allí las células se dividen con mucha rapidez. La quimioterapia logra efectivamente reducir esa cantidad de glóbulos blancos en sangre, precisamente porque destruye la médula ósea. De allí que la quimioterapia cause, como efectos secundarios, inmunodeficiencia y otros trastornos sanguíneos derivados del daño a la médula ósea.

La radioterapia también es usada con fines similares de destruir la médula ósea «dañada».

En cuanto al trasplante de médula, su premisa básica es que una médula ósea sana que se trasplante al paciente, puede permitirle a éste recuperarse de la «degeneración cancerosa» que ha sufrido en su propia médula ósea, y eventualmente eso le permitirá producir glóbulos blancos normales o sanos.

En la Nueva Medicina se conocen varias cosas al respecto:

a) La proliferación celular de la médula ósea en la leucemia se producirá únicamente durante la Fase de Curación. Una vez terminada esta fase, la cantidad de glóbulos blancos volverá a la normalidad, desaparecerán los glóbulos blancos inmaduros y se producirán solo glóbulos blancos sanos o maduros, ya que el organismo habrá reparado la médula ósea afectada, quedando esta reparada completamente, haciendo innecesario por tanto la fase leucémica de curación.

b) No es el transplante de médula ósea el que causa que el número de glóbulos blancos vuelva a la normalidad y desaparezcan las células inmaduras, sino la finalización de la Fase de Curación.

c) Si la dosis de quimioterapia (o radioterapia) no fue lo suficientemente destructiva para la médula ósea, ésta se recuperará perfectamente, aunque con cierto retraso. En caso contrario, el paciente fallecerá de diversas complicaciones (con o sin transplante de médula ósea) y sufrirá de «recaídas» de su enfermedad, ya que por cada dosis de quimioterapia el organismo tendrá que reparar nuevamente la médula ósea, con los síntomas típicos de la leucemia. Es por este motivo que es frecuente hablar de «remisión» y posterior «recaída» de muchos pacientes con leucemia.

d) Lo anterior no significa que la leucemia no presente riesgos reales. Por el contrario, durante la Fase de Curación se pueden presentar diversas complicaciones (a nivel del psiquismo, del cerebro y del hueso) que solo puede ser tratadas en cada caso por un médico experimentado y que conozca estas interrelaciones a la perfección.

En conclusión, si bien la leucemia es una Fase de Curación de una lesión previa de la médula ósea, ello no implica que se deba dejar sin tratamiento. Por el contrario, debe ser tratada en los tres niveles (psique-cerebro-órgano) según las particularidades de cada paciente y usando todos los métodos terapéuticos eficaces que estén al alcance y que no causen destrucción en el organismo. Todo esto en el contexto de las Leyes Biológicas y el conocimiento de la causa y evolución de la leucemia según estas leyes.

Los pacientes con leucemia se curan totalmente en muchos casos, aún después de un tratamiento agresivo, precisamente porque ya están en Fase de Curación, y sus complicaciones les son tratadas médicamente a tiempo. Y si la «terapia» convencional no ha sido lo suficientemente devastadora para ellos, como para causarles la muerte debido a efectos secundarios, se «curarán de su cáncer». Con el conocimiento de la Nueva Medicina y su aplicación por médicos experimentados y bien equipados con aparatos para cuidados intensivos (que son imprescindibles en casos graves), la tasa de superviviencia de pacientes leucémicos podría aumentarse considerablemente, sin necesidad de trasplante de médula ósea ni de terapias farmacológicas agresivas.

Por supuesto, cada caso es individual y la indicación terapéutica de cada caso sólo podrá valorarla un médico experimentado, quien es el único con el conocimiento técnico y científico necesario, y la experiencia suficiente para dar indicaciones terapéuticas o prescribir alguna terapia médica a los pacientes.

25) «La Nueva Medicina es una teoría más, ni más verdadera ni más falsa que otras medicinas alternativas, ya que «todo es posible» en materia de salud y enfermedad».

En realidad no «todo es posible», ya que las posibilidades están restringidas por leyes naturales. Ahora bien, es cierto que nuestro conocimiento de las leyes naturales puede ser falible e imperfecto, lo que debe hacernos no dogmático, y permitirnos estar siempre abiertos a que nuevos fenómenos corrijan el «mapa» de lo que considerábamos hasta ese momento ser una ley natural inmutable.

Un ejemplo podríamos encontrarlo en la Física, en la llamada Ley de Conservación de la Energía, que es una de las leyes físicas más importantes e irrefutables de la ciencia. Sin embargo, en el contexto de la mecánica cuántica, algunos investigadores han aceptado que dicha ley puede ser violada temporalmente. En un artículo se señala: «Sí, la conservación de la energía puede ser violada, pero la naturaleza asegura que eso se de siempre dentro de los límites de incertidumbre. En otras palabras, la energía debe ser devuelta, y los libros puestos derechos rápidamente. Pero el hecho de que pueda ser violada es importante, y aunque nunca puede ser observado directamente, sí tiene importantes consecuencias».

Según ese artículo, en el contexto de la mecánica cuántica es claro que la conservación de la energía puede ser violada temporalmente, aún cuando ese hecho sólo pueda observarse indirectamente (no directamente). Esto tiene importantes consecuencias no solo en Física, sino también implicaciones filosóficas, en lo que respecta a la comprensión e interpretación del Universo.

Mi punto al citar este ejemplo es mostrar que aún leyes naturales consideradas inviolables, pueden en ciertos momentos y ante ciertos fenómenos, ser sujetas a reevaluación y a reformulación. En realidad, según mi punto de vista, no es la naturaleza la que se refuta a sí misma, sino que nuestro conocimiento, modelo cognoscitivo o «mapa» sobre ella es frecuentemente parcial, limitado, falible e imperfecto. Esto implica que siempre es posible aprender más de la naturaleza, y que nuestros conocimientos e ideas acerca de ella estarán frecuentemente sujetos a nueva revisión o replanteamiento. Este solo hecho hace injustificado el pretender dogmatizar amparándose en nuestro conocimiento actual.

Pero lo anterior no significa poner en pie de igualdad a toda teoría, ni tampoco que no pueda afirmarse nada con cierta firmeza. La Nueva Medicina propone 5 Leyes Biológicas que hasta el momento no han sido refutadas en los casos en que se ha sometido a contrastación empírica. Esto no puede afirmarse de ninguna otra medicina (ni convencional, ni alternativa), las cuáles se basan frecuentemente en hipótesis, conjeturas y suposiciones, y donde la evidencia empírica (casi siempre restringida a la eficacia de medicamentos) sólo confirma dichas conjeturas en forma de estadísticas, no en todos los casos.

En consecuencia, colocar a la Nueva Medicina en un plano de igualdad con otras teorías demuestra un desconocimiento de lo que ella plantea, o un deseo de no reconocerla. Y aún cuando es teórica y lógicamente posible que futura evidencia empírica la refute (lo que obligaría a la reformulación de sus leyes, e incluso al abandono de alguna de ellas), el hecho es que eso no ha ocurrido hasta este momento.

En resumen, no es correcto afirmar que la Nueva Medicina es «una teoría más», lo que implica colocarla en un plano de igualdad frente a otras teorías médicas. La Nueva Medicina es claramente superior a otras teorías médicas, aunque solo sea por el hecho de que puede ser contrastada, y por tanto confirmada o falsada, de una forma más rigurosa y precisa en casos individuales.

26) «Hamer dice que su cáncer lo causó la muerte de su hijo Dirk, pero ese cáncer le apareció poco tiempo después de dicha muerte, y eso es imposible, ya que el cáncer necesita de muchos años para que se desarrolle. Por otro lado, él se trató y curó con la medicina convencional, no con su Nueva Medicina».

Ese párrafo encierra algunas falsedades:

a) El cáncer que sufrió el Dr. Hamer no lo causó la muerte de su hijo Dirk, sino el DHS (Síndrome Dirk Hamer) que esa muerte generó en el Dr. Hamer. En sus propias palabras: «Es el Síndrome de Dirk Hamer. Le denominé así porque el choque provocado por la muerte de mi hijo Dirk fue el origen de mi cáncer testicular».

Esta distinción es sutil pero esencial, y no comprenderla da lugar a muchas tergiversaciones y malos entendidos.

b) Que el cáncer necesite de mucho tiempo para desarrollarse es falso; y tal idea deriva de una hipótesis de la medicina convencional sobre el origen monoclonal del cáncer. Monoclonal se refiere a que el cáncer se origina a partir de una sola célula que sufre la degeneración cancerosa.

En un artículo se lee: «Actualmente se asume que el cáncer es el resultado de alteraciones en una célula que modifica su potencial de crecimiento, la respuesta a los mecanismos de control y función».

Por supuesto, la medicina convencional «asume» muchas cosas, pero en ciencia no se trata de asumir, sino de probar o refutar empíricamente las hipótesis.

Se puede ver con frecuencia como una persona con cáncer, pero sin metástasis al momento del diagnóstico, desarrolla al cabo de unos meses alguna «metástasis» (en el pulmón o en el cerebro). Si el cáncer tarda muchos años para crecer, ¿cómo se explica que en pocos meses, una persona que no tenía metástasis, desarrolle en uno o varios órganos un tumor supuestamente causado por la diseminación de una célula cancerosa proveniente del tumor primario? Si es tan lento su desarrollo, ¿por qué estas personas con múltiples metástasis (muchas veces solo vistas radiológicamente) fallecen al poco tiempo de haberle aparecido las metástasis?

Aquí la medicina convencional apela a una seria de conjeturas no probadas para explicar este hecho. Entre otras, afirma:

– Que la célula se escapó del tumor primario al comienzo del surgimiento de dicho tumor.
– Que la velocidad de crecimiento de esa célula «viajera» es extremadamente alta y que no es comparable con las mutaciones iniciales de las células del tumor primario.
– Que los tumores secundarios son más agresivos que los primarios.
– Que durante la mutación inicial de la primera célula y su proliferación hubo complejos mecanismos activadores e inhibidores que afectaban la velocidad de crecimiento.

Por supuesto, todas estas conjeturas se postulan como explicaciones ad hoc; ya que esas mismas conjeturas no son aplicables en muchos otros casos, por ejemplo: en caso de pacientes que tienen la metástasis décadas después de haberle tratado su tumor primario. ¿Por qué allí no creció la célula cancerosa «viajera» con tanta rapidez? ¿No es precisamente la célula cancerosa una célula con alto poder de reproducción? ¿Por qué en unos casos puede tardar varios años en aparecer las pretendidas metástasis y en otros aparecer al cabo de unos meses?

En la Nueva Medicina se conoce, y se puede demostrar, que un cáncer que afecte, por ejemplo, a un órgano de origen endodérmico (los alvéolos pulmonares, en el caso de un adenocarcinoma de pulmón) es visible (a veces, sólo radiológicamente) algunas semanas después de sufrir el DHS y el conflicto biológico correspondiente. En el caso del adenocarcinoma de pulmón, el conflicto es miedo a la muerte propia o de otra persona, dependiendo de la intensidad del conflicto. Mientras más intenso es, mayor será la velocidad de crecimiento del tumor durante la Fase Activa del conflicto.

En el caso del Dr. Hamer, su cáncer fue un teratocarcinoma del testículo derecho, el cual es causado por un conflicto biológico de grave pérdida de un ser querido. En realidad, el Dr. Hamer también sufrió simultáneamente un carcinoma intersticial de testículo, pero aquí solo nos referimos al teratocarcinoma para fines de explicar.

27) «La ciencia médica ha demostrado que el cáncer de piel, como el melanoma, está causado por una exposición excesiva al Sol».

Eso es falso. La medicina convencional solo ha establecido, mediante estadísticas, una relación entre la exposición al Sol y la aparición del melanoma. Pero en realidad no conocen la causa del melanoma, como se puede leer en un artículo: «No sabemos todavía exactamente qué causa el melanoma, pero sí sabemos que hay ciertos factores de riesgo que se asocian con esta enfermedad».

A pesar de lo anterior, muchos científicos y médicos afirman categóricamente que los rayos solares causan el melanoma. No lo afirman como una hipótesis, sino como un hecho confirmado.

Pero lo que mucha gente no sabe es que los propios estudios de medicina convencional sobre este tema son contradictorios y nada concluyentes. Algunos estudios señalan que la exposición al Sol puede ser de ayuda para la prevención del cáncer de piel, y que incluso mejora la tasa de superviviencia de pacientes con ciertos cánceres.

En otro artículo se señala: «Aún tiene perplejos a los científicos, pero un nuevo estudio sugiere que la causa principal del mortal cáncer de piel, la luz solar, también podría proteger contra la enfermedad».

Es natural que tenga «perplejos a los científicos» el hecho de que el factor que ellos postulan como supuesta causa del cáncer de piel (luz solar) sea, a la misma vez, un factor que ayude a prevenirlo. ¿Cómo se entiende esto?

Más recientemente, otros estudios han señalado incluso una asociación entre la exposición al Sol y un aumento de la supervivencia en pacientes con cáncer. En otro artículo se señala: «Dos nuevos trabajos, aparecidos en el último número del Journal of the National Cancer Institute, afirman que la luz del Sol puede ejercer sustanciales beneficios en algunos tipos de cáncer. Uno de ellos ha observado una asociación entre la exposición al Sol y un aumento de la supervivencia en pacientes con melanoma».

Se puede ver que según la medicina convencional la luz solar no solo puede prevenir el cáncer de piel, sino también aumentar la superviviencia de pacientes con melanoma. Todo esto, a la misma vez que se afirma (como lo hace uno de los investigadores del estudio mencionado) que la luz solar es la principal causa del cáncer de piel. Para explicar esta contradicción se postula la conjetura de que es la intensidad o dosis de la exposición la que determinará un efecto u otro. Como se puede ver en los artículos citados, los científicos basan sus especulaciones en el pretendido efecto anticanceroso de la vitamina D, sobre la base de experimentos con ratones a los cuales se le redujo un cáncer de seno, no un melanoma, empleando radioterapia y dosis de vitamina D.

La Nueva Medicina no necesita especular con las anteriores hipótesis que causan innecesaria «perplejidad». Según las 5 Leyes Biológicas se puede demostrar que el melanoma es causado por un conflicto biológico de «ataque contra la propia integridad». Un conflicto se que sufre cuando en el momento del DHS se es víctima de algún estímulo que nos afecte en nuestra integridad física (ej: ser quemado) o lo que es más frecuente, en nuestra integridad moral (cuando se sufre una difamación, injuria o insulto en la propia reputación). Es un conflicto de sentirse manchado, mancillado o desfigurado (física o moralmente).

El melanoma crece durante la Fase Activa del conflicto y en la Fase de Curación se reduce por acción de microbios especializados; en ausencia de ellos deja de crecer y se encapsula, en cuyo caso se diagnosticará como un tumor «benigno».

El sentido biológico del melanoma es ayudar al organismo a defender o proteger biológicamente la integridad, al inducir una proliferación celular de los melanocitos (células que producen melanina, que le da la pigmentación a la piel). El organismo crea una especie de «capa protectora» ante el estímulo que amenaza a su integridad biológica (física; y en el caso del ser humano también moral). Es una especie de «escudo» biológico que protege la integridad del organismo frente a la agresión. Por esa razón crece en la Fase Activa del conflicto, mientras se experimenta subjetivamente la desfiguración, mancillamiento o ataque a la integridad.

Es por este motivo que puede encontrarse alguna relación estadística entre la exposición fuerte al Sol (y los daños directos que este causa en la piel) y la aparición del melanoma, en la medida en que la persona sufra un DHS al sentirse manchada o desfigurada físicamente por la lesión sufrida en la piel debida a la luz del Sol.

Algo similar ocurre en los tumores que crecen con frecuencia en las cicatrices sobre el seno después de la operación para amputar la mama en casos de cáncer de seno. La mujer con frecuencia se siente físicamente desfigurada en la zona de la cicatriz sobre la mama. Esta tumoración es interpretada por la medicina convencional como «metástasis» del cáncer de seno. Esto se combina muchas veces con un conflicto de desvalorización en esa zona, lo que puede generar una descalcificación ósea en la zona de las costillas. Esto es interpretado también como «metástasis» por la medicina convencional.

Esto es más frecuente en personas que han sufrido continuas exposiciones fuertes al Sol y sus efectos físicos directos (quemaduras, insolaciones, etc.), al vivir en zonas tropicales y por tanto expuestas más intensamente a los rayos del Sol.

Un aspecto curioso del melanoma que ocurre con mucha frecuencia es el llamado círculo vicioso: mientras más crece el melanoma, más manchada o desfigurada se siente la persona (por la presencia de las manchas oscuras del tumor), con lo que activa más intensamente el conflicto, provocando un crecimiento mayor del melanoma. Esto casi siempre se asocia a un pánico por la «progresión del cáncer», que estimula nuevos conflictos biológicos y las consiguientes metástasis, o supuesta «diseminación del melanoma» por el organismo.

28) «Según la Nueva Medicina, ¿qué papel juega el miedo en el origen del cáncer? ¿Puede el miedo crónico causar cáncer?»

El miedo no puede causar cáncer. Lo que puede causar un cáncer es un DHS que genere algún conflicto biológico de miedo. Por ejemplo: miedo a morir, miedo frontal, miedo territorial, etc.

Ahora bien, el miedo sí puede constituir un caldo de cultivo que facilite o incluso propicie ciertos conflictos biológicos. De allí que la terapia, a nivel del psiquismo, debe enfatizar la superación del miedo a la enfermedad o al menos reducirlo a su mínima expresión.

Para lograr esto, el conocimiento exacto de las 5 Leyes Biológicas es muy útil, ya que la persona puede ver por sí mismo el funcionamiento de dichas leyes en su organismo, lo que le dará más confianza para realizar el tratamiento. A esto debe añadirse contar con un médico experimentado, con gran conocimiento humano y científico, que pueda ofrecer una terapia individualizada para el paciente concreto.

Ahora bien, el conocimiento teórico de las Leyes Biológicas no garantiza al 100% que la persona no pueda tener miedo, ni que evite eficazmente nuevos conflictos biológicos, ni que supere completamente la enfermedad. De hecho, existen personas que han conocido bien la Nueva Medicina a nivel teórico, pero que cuando fueron confrontadas con un diagnóstico brutal, un pronóstico fatalista o dolores o síntomas insoportables, no pudieron evitar sufrir nuevos conflictos biológicos o resolver los que ya padecian. Terminaron falleciendo de su enfermedad. Si bien estos casos son una minoría, ya que la mayoría de la gente que conoce bien la Nueva Medicina la pierde miedo a su enfermedad y la supera exitosamente si hace el tratamiento adecuado, tales casos existen y no deben descartarse.

Esto es importante comprenderlo bien: el conocimiento intelectual, teórico, abstracto de la Nueva Medicina no garantiza al 100% el poder evitar los conflictos biológicos, ni la enfermedad, ni curarse de cualquier cosa. Para ello hace falta mucho más que el conocimiento teórico del tema, como la asesoría de un médico experimentado y competente, entre otras cosas.

¿Por qué esto es así? Se podrían aventurar algunas conjeturas:

1) El conocimiento intelectual de algo no presupone necesariamente su aplicación o uso riguroso. El lector podrá pensar por sí mismo algunos ejemplos cotidianos que lo prueben:

– El esposo que sabe que su infidelidad o el maltrato a su pareja puede destruir eventualmente el matrimonio, y aún así persiste en su actitud.
– La mujer que es maltratada física y emocionalmente por su pareja y aun así lo tolera.
– La persona que sabe que el cigarrillo hace daño a la salud y aun así fuma varias cajetillas de cigarrillos al día.
– El médico que receta en su consulta medicamentos para una enfermedad, pero es incapaz de darle ese medicamento a su familia.
– La persona que tiene relaciones con personas que no le convienen y aun a sabiendas de eso mantiene esas relaciones.

Esto no necesariamente significa que la persona es hipócrita o que es estúpida, ya que es posible que la causa de tales conductas sea una motivación específica determinada por algún aspecto concreto de su personalidad. Por ejemplo, el fumador que sabe que el cigarrillo hace daño, valora menos ese riesgo que el placer que siente al fumar.

Pero sea cual sea la explicación psicológica, que es un asunto que sólo puede evaluar un psicólogo, el hecho es que una persona puede saber algo y aun así no usar ese «saber», causando las consecuencias negativas que de ello se derive, y que esta persona pudo prever, pero que no le dio importancia.

2) En el caso de los conflictos biológicos, una cosa es saber lo que ellos significan y teorizar sobre ellos y otra cosa es vivirlos.

Lo mismo vale para los efectos orgánicos de los conflictos biológicos, para las enfermedades. Una cosa es teorizar sobre el origen de tal o cual cáncer y otra es sentirlo en el propio cuerpo, con las dudas, incertidumbres y las angustias propias, de la familia y amigos que esa situación genere.

Un médico experto en la Nueva Medicina y que haya tratado con éxito a sus pacientes podría, en caso de ser el mismo el paciente diagnosticado, sentir miedo, preocupación o incluso desesperación, que lo haga perder la objetividad y lo lleve incluso a ser pesimista sobre su propia recuperación. Y esto puede incluso actuar en su contra y hacer que entre en pánico o que sufra nuevos conflictos biológicos. Por ejemplo, el sentir la «obligación» de curarse para demostrar que es buen médico o que su terapia funciona.

El solo hecho de padecer en la propia carne una enfermedad, sobre la cual se conocía mucho a nivel teórico y práctico (con otras personas) ya modifica completamente la visión, perspectiva y punto de vista del médico. Ya no es su condición de médico la que está en juego o la que se pone a prueba, sino su propia vida. Esto no solo aplica a un médico de la Nueva Medicina, sino que también vale para médicos de otras terapias. ¿Ha escuchado el lector la anécdota común sobre los médicos convencionales, quienes no tratan ellos mismos a su familia directa, sino que los remiten a otros colegas? Es evidente que se trata de un problema humano, bastante comprensible si se reflexiona sobre ello; no se trata de un problema teórico-científico.

3) De lo anterior se deduce (además de ser algo de sentido común) que es mucho más fácil ser objetivo e imparcial en temas en los cuales no estamos personalmente involucrados que en asuntos donde somos parte interesada o afectada. En este último caso, la objetividad y la neutralidad pueden desaparecer y en su lugar pueden aparecer conductas primitivas e irracionales (miedos, inseguridades, complejos, distorsiones de la realidad, prejuicios, impulsividades) que impidan llevar a cabo, de forma racional, la solución del problema. Y lo peor es que muchas veces, quizás la mayoría, no somos conscientes de ello.

Un error que comete mucha gente, especialmente la que conoce, comprende y acepta la Nueva Medicina por primera vez, es pensar que han encontrado una llave mágica para evitar todas las enfermedades o para curar cualquier enfermedad. Experimentan una especie de «arrogancia anti-enfermedad» que los lleva a sentirse superiores por poseer un conocimiento que los hace inmune a las enfermedades que tanto angustian a las demás personas. Esta actitud es claramente equivocada e irrealista. Esta actitud casi siempre se combina con un «optimismo redentor», que consiste en la creencia ingenua de que basta que la gente sepa de la Nueva Medicina para que se cure. Esto lleva a mucha gente, de buena fe, a tratar de difundir la Nueva Medicina por todos los medios posibles, muchas veces informando de forma incorrecta o superficial sobre ella o haciéndolo en momentos inoportunos o en situaciones inapropiadas.

Lo cierto es que el conocimiento de la Nueva Medicina es lo mejor que una persona puede saber para mantener la salud y evitar enfermedades graves, así como es la mejor opción para curarlas en caso de que se padezcan. Pero la Nueva Medicina no garantiza al 100% este resultado en el caso concreto.

Incluso, una persona puede ser consciente de su conflicto y saber que eso le causa X enfermedad. Pero de este hecho no se deduce que la persona sea capaz de resolver ese conflicto biológico o de que no recaiga en él.

En conclusión, lo ideal sería conocer bien la Nueva Medicina para evitar los conflictos biológicos. Y en caso de enfermedad también asesorarse con un buen terapeuta experto en la Nueva Medicina y que pueda dar un tratamiento médico adecuado al caso.

El conocimiento de la Nueva Medicina ciertamente aumenta las probabilidades de no enfermarse, como de curarse si ya se está enfermo. Pero que se logre o no en cada caso, depende de las particularidades del paciente concreto: estado de la enfermedad, tratamiento previo recibido, capacidad del paciente para colaborar con su terapia, estado emocional del paciente, manejo de complicaciones, etc.

29) «¿Cuáles son los casos más fáciles y más difíciles de tratar con la Nueva Medicina?»

1) Los casos más fáciles de tratar serían aquellos que se diagnosticaran tempranamente, si es posible al poco tiempo de sufrir el conflicto biológico. En este caso, el conflicto podrá localizarse fácilmente a nivel psíquico y podrá intentar resolverse sin que la Fase de Curación produzca complicaciones. Este sería el caso ideal. Lamentablemente, esta situación no se da con frecuencia, ya que la Nueva Medicina no está oficialmente reconocida.

2) Los casos diagnosticados por la medicina convencional, pero tratados exclusivamente por la Nueva Medicina. Estos casos también son muy raros, ya que la mayoría de la gente desconoce las Leyes Biológicas o tiene una información equivocada sobre ellas.

En el caso 1 y 2, las probabilidades de curación están de lado del paciente, y éste superará su enfermedad en la gran mayoría de los casos.

3) Los casos más difíciles de tratar son los que manifiestan las siguientes características:

a) Cuando han sido diagnosticados tardíamente.
b) Cuando han sido tratados por mucho tiempo con tratamientos agresivos de la medicina convencional y sus efectos secundarios.
c) Cuando los pacientes presentan varios tumores simultáneos o metástasis (algo frecuente) o complicaciones de su enfermedad.
d) Cuando el paciente tiene pánico.
e) Cuando el paciente ha sido desahuciado.
f) Cuando el paciente no conoce las Leyes Biológicas.

Este es el tipo de casos más frecuente, ya que la mayoría de las personas son diagnosticadas y tratadas por médicos convencionales, especialmente en casos de cáncer. Y solo cuando ya llevan tiempo con el tratamiento, cuando han sufrido efectos secundarios brutales, cuando tienen pronósticos fatales, cuando han recaído, y cuando no encuentran salida por estar deshauciados, es que buscan alternativas, entre ellas la Nueva Medicina.

En estos casos la probabilidad de curación se reduce considerablemente, ya que la sumatoria de todos los factores indicados más arriba hace biológicamente casi imposible la recuperación, aun aplicando el mejor tratamiento posible.

Pero aun en estos casos, la Nueva Medicina puede ayudar a eliminar algunos de los anteriores factores y aumentar la probabilidad de curación. Puede ayudar a eliminar el miedo; puede estimular a la persona a colaborar activamente en su tratamiento. Puede ayudar a resolver los conflictos biológicos que estén activos y que estén causando problemas. Puede evitar que se hagan nuevos conflictos biológicos y a salir de círculos viciosos conflictuales. Pero no puede eliminar el efecto tóxico que los tratamientos hayan producido en el organismo, ni el deterioro general del cuerpo que haya sufrido la persona durante todo ese calvario.

En casos desahuciados ni la Nueva Medicina ni ninguna otra terapia o teoría médica puede garantizar la curación, ni si quiera con alta probabilidad. Pero con la Nueva Medicina se podrá efectuar la mejor terapia que biológicamente sea posible ofrecerle a esa persona, y quizás en algunos casos se pueda obtener la curación. Esto por sí solo es un motivo fundado de esperanza.

30) «Soy partidario de la Nueva Medicina y creo que debe ser difundida. ¿Cómo puedo difundirla y convencer a los demás de su verdad?»

En la mayoría de los casos, es casi imposible convencer a alguien de algo, sobre todo si (por la razón que fuere) es hostil hacia el tema del cual le hablas o si tiene alguna ideología, prejuicio o convicción contraria sobre el tema. Esto vale para cualquier tema que se discuta, especialmente si es un tema controversial o no reconocido mayoritariamente.

La razón de esto es esencialmente psicológica, ya que las personas aceptan de buena gana aquello con lo que están de acuerdo y que confirma o refuerza su punto de vista; pero son hipercríticos y a veces (según su capacidad o incapacidad intelectual, educación, prejuicio, dogmatismo, arrogancia, soberbia) manifiestamente hostiles y agresivos respecto de aquello que es contrario a sus creencias o que las refuten, ya que nadie cree que sus opiniones y creencias más sólidas son equivocadas.

En general, mientras más dogmática y fanática es una persona sobre un tema determinado, más virulenta será su reacción ante informaciones que contradigan sus creencias o puntos de vista. La mayor o menor habilidad con que defienda dicho punto de vista dependerá de su habilidad verbal, de sus conocimientos, de su inteligencia, etc.

Es importante entender y recalcar que esto vale para cualquier persona, sin importar su creencia, ideología o convicción, ya que tiene que ver esencialmente con el funcionamiento de la mente humana como tal. En general, mientras más culta e instruida es una persona, más habilidad tendrá para «racionalizar» o «justificar» su postura al experimentar la disonancia cognitiva, independientemente de si tal postura es correcta o incorrecta. De allí que la autocrítica y la reflexión constante sea vital, ya que nos permite identificar y mantener al margen nuestros prejuicios, sesgos y predisposiciones, detectar nuestros errores e intentar corregirlos constantemente.

Lamentablemente, la autocrítica sincera y la búsqueda incondicional de la verdad es muy infrecuente; a diferencia de la tendencia a criticar al prójimo y censurar sus errores, que es tan común en casi todas las personas porque no requiere de mucho esfuerzo ni capacidad intelectual, ni es constructiva en sí misma, a la vez que hace ver al crítico como «superior» a la persona criticada… y por ello se imparte con bastante «generosidad» a los demás.

La crítica es importante para detectar errores, fallas y deficiencias, pero no es suficiente si no se complementa con alternativas y propuestas originales que resuelvan el error o falla, o solucionen la deficiencia. Y es en este último aspecto en que muchos «críticos» no aportan nada, ya que eso requiere de una creatividad, sentido común, sensatez y conocimiento que pocos tienen.

De lo anterior se deduce que el intentar convencer a una persona de algo polemizando con ella es en la mayoría de los casos completamente inútil y estéril. La mayoría de la gente (sobre todo mientras es más soberbia, arrogante y pedante o cuando se considera así misma muy erudita y culta) no participa en un debate para confrontar opiniones, conocer todos los puntos de vista y aprender con humildad de los mejores argumentos ofrecidos sobre el tema; sino que ya tienen una idea preconcebida por falsa que pueda ser, pero que para ella es indiscutiblemente verdadera, y participa en el debate con la finalidad de imponer su punto de vista a toda costa, de «ganar» la contienda, se hacer alarde de conocimiento y de refutar a los demás, casi siempre, con descalificación incluida. Mientras más se insista en hacerla ver su error, más herida se sentirá en su orgullo propio o en su creencia, fundada o no, de que es un erudito o genio intelectual, y más probable es que se obstine y radicalice en su posición.

En este sentido, el conocido filósofo Arthur Schopenhauer, en el libro «el arte de insultar», resumió en su característico estilo franco y directo lo que estamos comentando: «La gente, tal y como es por regla general, toma a mal que no se comparta su opinión. (…) De una controversia con ellos, la mayor parte de las veces lo único que sacaremos es una gran irritación, puesto que no solo tendremos que enfrentarnos a su incapacidad intelectual, sino que muy pronto también a su baja estofa moral». Mejor dicho, imposible.

Estas reflexiones de Schopenhauer adquieren particular actualidad y se manifiestan en su máxima expresión si se examina cuidadosamente el comportamiento de ciertas personas que participan en los foros de Internet, en los cuales el relativo anonimato, la búsqueda de protagonismo y figuración personal mediante una identidad virtual o nick. Esto se ve sobre todo en los más fanatizados o en personas que buscan en la web un reconocimiento, protagonismo y prestigio del que carecen en su vida real. La falta de empatía por el prójimo, cuya presencia física no se reconoce, promueve actitudes infantiles, cínicas, irracionales y ofensivas (estas últimas, propias de fanfarrones y resentidos); facilita el surgimiento de trolls (que se caracterizan por buscar polémica e irritar a los interlocutores), y propicia la aparición de «flame wars» o guerra de flames (polémicas virtuales acaloradas y ofensivas). ¿Cuántas veces ha visto el lector que en una polémica por Internet una de las partes convenza a la otra?

En el siglo XVIII, el conocido filósofo español Benito Jerónimo Feijoo ya advirtió la terquedad característica de las personas que participan en las disputas verbales señalando: «He oído, y leído mil veces que el fin, si no tal, primario de las disputas escolásticas, es la indagación de la verdad. Convengo en que para eso se instituyeron las disputas; más no es ese por lo común el blanco a que se mira en ellas. Ese es el fin de la obra; más no del operante. O todos o casi todos los que van al aula o a impugnar o a defender, llevan hecho propósito firme de no ceder jamás al contrario, por buenas razones que alegue. Esto se proponen y esto ejecutan».

Incluso Feijoo identificó una de las formas más frecuentes de expresar los disputantes sus desacuerdos: «El segundo abuso, que se da mucho la mano con el primero, es herirse los disputantes con dicterios. En las tempestades de la cólera, pocas veces suena tan inocente el trueno de la voz, que no le acompañe el rayo de la injuria. Es muy difícil en los que se encienden demasiado, regir de tal modo las palabras, que no se suelte una u otra ofensiva. El fuego de la ira también en esto se parece al fuego material, que comunmente es denigrativo de la materia en que se ceba. Es ésta sin duda una intolerable torpeza en hombres doctos o que hacen representación de tales».

Es interesante señalar como estas actitudes que ya denunciaba Feijoo en el siglo XVIII, pueden ser igualmente observadas en la actualidad, sobre todo en Internet, en muchos hombres supuestamente «doctos» o «cultos» o que hacen alarde de ser tales en foros, blogs o páginas webs de poca monta; o en su vida no virtual o peor aún, en personas que presumen inmodestamente y de forma reiterada, insistente y machacona de ser «racionales» o que representan o lideran a grupos que se autocalifican de tales. Usan constantemente la injuria, la difamación y la descalificación, a veces de forma creativa y muy elaborada, otras veces de forma más tosca y burda; y en algunos casos con las consecuencias judiciales que el empleo reiterado y malicioso tal lenguaje ofensivo, resentido, visceral, soez y vulgar trae consigo, como parte de su «razonamiento» o «argumentación».

Tomando en cuenta la manifiesta irracionalidad, vulgaridad, inmodestia, soberbia y patanería de algunos sujetos, podríamos preguntar, aunque la respuesta parece obvia, pero eso debe juzgarlo el lector: ¿cree el lector que es razonable dialogar con este tipo de personas? ¿Cree que existe alguna posibilidad de convencer mediante razonamientos a una persona de este tipo, sobre todo si posee un claro prejuicio o una idea ya formada en contra del tema sobre el que usted quiere conversar? ¿Cree el lector que este tipo de personas tiene la amplitud de criterio, la objetividad suficiente, el rigor y honestidad intelectual necesario y la modestia y autocrítica requerida para admitir que está equivocado frente a un argumento razonable y plausible que usted pueda presentarle? ¿Se puede llegar a algún tipo de acuerdo racional con estas personas?

Ya en el siglo XX, en su libro «Cómo ganar amigos e influir sobre las personas», el conocido autor Dale Carnegie, que era un aficionado a la polémica, según su propia confesión señaló: «Nueve veces de cada diez, cuando termina la discusión cada uno de los contendores está más convencido que nunca de que la razón está de su parte».

Y añade: «Puede usted tener razón, puede estar en lo cierto cuando discute; pero en cuanto a modificar el criterio del contendor lo mismo sería que se equivocara usted en los argumentos».

Vemos así que por muchísimo tiempo, pensadores y autores de diversa procedencia han podido observar con agudeza un fenómeno ya corroborado y explicado por la Psicología, y que es de común conocimiento por todos. Es interesante reflexionar sobre esto, ya que nos ahorrará muchos quebraderos de cabeza y disgustos, tanto a la hora de difundir algún tema mediante un «debate» como en las conversaciones normales e intrascendentes del día a día.

Por supuesto, Feijoo, Schopenhauer y Carnegie se están refiriendo a la regla general de las discusiones, no a las excepciones. En casos muy raros es posible encontrar interlocutores razonables, no dogmáticos, amplios de mentes, a la vez que críticos y autocríticos, cuyo objetivo es también buscar la verdad, y en consecuencia están abiertos a la posibilidad de cambiar de opinión, y de ser convencidos por buenos argumentos y buenas razones. En estos casos, bastante excepcionales, discutir de la Nueva Medicina o de cualquier otro tema es una experiencia bastante enriquecedora, mutuamente fructífera y gratamente estimulante. Un ejemplo de ello se puede apreciar en el Foro de la NMG, donde cordialmente se analizan y debaten diversos tópicos relacionados con la Nueva Medicina.

Partiendo de los hechos anteriores, bien conocidos por todos, la mejor forma de difundir la Nueva Medicina es darla a conocer correctamente, ofreciéndole a la persona la mejor información disponible sobre el tema, y dejando que ella misma saque sus propias conclusiones. Si su conclusión es positiva o negativa, depende de la evaluación que ella haga de la información. Y esto debe ser respetado. La búsqueda de conocimiento es una responsabilidad de cada persona y no puede ser impuesto por nada ni nadie.

En resumen, recomendaría tener en cuenta los siguientes tips para difundir la Nueva Medicina:

1) Conocer bien su fundamentos.

2) No actuar como predicador, ni propagandista, ni fanático, sino como alguien que puede ofrecer y compartir desinteresadamente con los demás y con honestidad, rigor y humildad el mejor conocimiento que pueda tener de la Nueva Medicina.

3 )Aclare siempre que la información que comparte no tiene la finalidad de que la persona se trate ella sola, sino sólo de que conozca lo que plantea la Nueva Medicina sobre la enfermedad en general, o ciertas enfermedades en particular. Siempre enfatice el hecho de que las personas enfermas deben ser tratadas por profesionales.

4) No intentar convencer tercamente a los demás de que la Nueva Medicina es correcta, ni involucrarse en polémicas estériles, que lejos de informar, lo que hacen es desacreditarla más o reforzar los prejuicios que existan sobre ella o sus seguidores. Ofrezca los hechos relevantes, la información precisa y los mejores argumentos, y deje a la persona llegar a sus conclusiones.

5) Remitir a las personas a la literatura del propio Dr. Hamer, en especial los libros: «Resumen de la Nueva Medicina», y «Testamento de la Nueva Medicina». Como complemento, remitirlo a las páginas de Internet que informen correctamente.

6) Si conoce a algún médico o terapeuta interesado en indagar, con mente abierta, en otras propuestas diferentes a la medicina convencional, proporciónele información. En especial los libros del Dr. Hamer o los artículos escritos por especialistas en Nueva Medicina.

7) Dejar que la persona saque sus propias conclusiones y clarificarles las principales dudas que le surjan sobre el tema y que usted pueda responder. Si no sabe la respuesta, es mejor que sea sincero y lo diga.

8) Fomente en la persona el sentido crítico y la reflexión. Que compare la información con su propia experiencia y la de las personas que ha conocido. Que indague por sí mismo y no crea ciegamente en los ataques viscerales de los enemigos de la Nueva Medicina, pero tampoco en las apologías de sus más acríticos seguidores… Y que en función de ello y otras consideraciones que haga la persona, saque sus conclusiones al respecto. Solo esto le proporcionará a la persona los suficientes elementos de juicio para ponderar, en sus justos términos, los méritos de la Nueva Medicina.

La Nueva Medicina no es un dogma, ni una ideología, ni algo que tiene que ser «creído» apelando a la autoridad de nadie. Es una ciencia natural, y en consecuencia ella puede ser contrastada (siempre que se conozca bien y de forma precisa para poderla evaluar en sus justos méritos) tanto científicamente por científicos profesionales, como subjetivamente y de forma práctica por cualquier persona (al comparar sus propios procesos de enfermedad con lo establecido por la Nueva Medicina).

La difusión correcta y a gran escala es algo que está todavía por hacer. Quizás el lector, si considera que la Nueva Medicina es correcta, pueda ayudar a esta necesaria difusión y su eventual reconocimiento oficial.

31) «¿Se puede aplicar la Nueva Medicina a los animales?»

Las 5 Leyes Biológicas se aplican por igual o de forma análoga a los animales como a los seres humanos. El Dr. Hamer en el curso de sus investigaciones ha podido realizar tomografías cerebrales a animales, especialmente mamíferos, encontrando que en ellos también existe un Foco de Hamer en la zona del cerebro, que análogamente con el ser humano corresponde al órgano afectado.

En el caso de los animales hay que tomar en cuenta algunas indicaciones:

1) Su conflicto biológico está casi siempre provocado por una situación externa y real, no imaginaria ni simbólica, que amenaza alguna de sus necesidades biológicas. Por ejemplo: un conflicto de territorio estaría generado por la invasión real de otro animal en sus territorio o por la pérdida de algún compañero o pareja.

2) Como consecuencia de lo anterior, un cambio de entorno puede ser en muchos casos de mucha ayuda para resolver el conflicto.

3) El conflicto se resuelve al satisfacer realmente la necesidad biológica que ha sido insatisfecha al momento del DHS, esto vale también para el ser humano.

4) El animal, sobre todo en casos de perros que se tienen como mascotas, son susceptibles al estado de ánimo y actitudes de sus dueños o cuidadores. Una perturbación seria en la relación dueño-mascota puede causarles un conflicto biológico.

5) En su hábitat natural, los animales tienden a resolver el conflicto espontáneamente en la mayoría de los casos, ya que el programa biológico de enfermedad que se activa le permite realmente cumplir su función o sentido biológico, de ayudar a resolver su conflicto potenciando sus recursos biológicos para satisfacer la necesidad insatisfecha. Cuando esto no ocurre, el animal fallece. Es raro que en estas condiciones un animal haga metástasis de un cáncer. Excepto si es algún conflicto mixto, donde un mismo DHS afectó dos o más órganos; o si otra situación causó un DHS independiente; pero estas son situaciones improbables o al menos no muy frecuentes en un hábitat natural.

6) En hábitats no naturales (artificiales) es posible e incluso probable que el animal haga más fácilmente conflictos biológicos e incluso metástasis o complicaciones graves de su enfermedad. Esto se debe a que el programa biológico que se activa por el DHS no puede cumplir su finalidad biológica natural, en un contexto o entorno no previsto por la naturaleza, con lo cual dicho programa especial (enfermedad) tiende a persistir, poniendo en riesgo la vida del animal, lo que en sí mismo puede generar otros conflictos biológicos.

La única ventaja que tienen los animales es que no harán metástasis como consecuencias de un diagnóstico o pronóstico brutal del médico. Pero sí podrán hacer metástasis como consecuencia de las continuas manipulaciones físicas e intervenciones médicas invasivas por parte de un desconocido, de terapias agresivas o dolorosas, de cambios bruscos de entornos que sean hostiles al animal o que perturben su paz o cualquier otro factor que pueda generar nuevos conflictos biológicos. También pueden generar metástasis como consecuencia de conflictos mixtos, aunque éstos no sean tan frecuentes (aunque sí lo son, y bastante, en el ser humano).

7) El tipo de estímulo que puede generar un conflicto biológico en un animal depende de la especie de animal de que se trate. Cada animal tiene un «tipo de comportamiento», que es objeto de estudio de la etología animal, que está asociado a la forma de satisfacer específicamente las necesidades biológicas de esa especie en concreto. Por ejmplo: una ballena no satisface sus necesidades biológicas volando; no necesita de ello para vivir, y por tanto en su código de comportamiento innato no viene prevista esa facultad, por lo que el «no poder volar» no podrá constituir nunca para ella un conflicto biológico. Pero esta misma situación de «no poder volar», sí podrá generar un conflicto biológico en un águila o en un halcón, los cuales dependen del vuelo para satisfacer sus necesidades biológicas.

Cada animal tiene un código de comportamiento, asociado a la forma de satisfacer sus necesidades biológicas, y asociado también a una «Psicología» correspondiente y adecuada para satisfacer dichas necesidades. Por ejemplo: la agresividad del tigre le sirve para satisfacer sus necesidades como depredador. En esto radica el secreto para conocer qué tipo de conflictos biológicos pueden hacer con mayor frecuencia, y por tanto que tipo de enfermedades padecerán con mayor probabilidad.

De allí que la Nueva Medicina abre una vía de investigación científica fascinante para veterinarios, etólogos y expertos en comportamiento animal: investigar el tipo de conflictos biológicos que, de acuerdo a su código de comportamiento, puede y no puede hacer cada animal según la especie a la que pertenezca, de allí deducir y explicar las enfermedades más comunes en ellos, como prevenirlas y como ayudarlos a sanar.

Vemos así como nuestros apreciados amigos, los animales, también tendrán una oportunidad de curarse con ayuda de la Nueva Medicina.

32) «¿Por qué ciertas enfermedades de las comprendidas en la Nueva Medicina son más frecuentes en ciertas familias? ¿No demuestra eso una predisposición genética a padecerlas?»

No necesariamente. Puede existir una predisposición, que puede ser cultural, psicológica, del entorno, etc., que haga más probable que los miembros de una familia estén más expuestos a cierto tipo de conflictos y no a otros. E incluso, la genética puede jugar algún papel: al predisponer ciertos aspectos de la personalidad de la persona a cierto tipo de conflictos biológicos.

Se ha podido observar que las personas que tienen la misma enfermedad dentro de la misma familia, todas tienen el conflicto biológico correspondiente y el Foco de Hamer respectivo. En otras palabras, las Leyes Biológicas operan exactamente igual que en otras personas.

Un ejemplo nos permitirá ilustrar nuestro punto: si una mujer es extremadamente celosa y tiene una serie de creencias (verdaderas o falsas, correctas o no, pero «inculcadas por su familia» y aceptadas como dogmas) sobre la conducta infiel de los hombres y «cómo tratarlos», esto predispondrá su ánimo a experimentar ciertos tipos de DHS con más frecuencia que otras mujeres, al magnificar conductas de su pareja interpretándolas siempre, con o sin razón, como evidencia de infidelidad, de traición o de irrespeto. En este caso estará preparando el terreno para vivir,con mayor frecuencia que otras mujeres DHS con conflictos de frustración sexual (útero), conflictos de pelea con la pareja (seno), desvalorización (huesos)… y si educa a su hija con esos «valores de las mujeres de la familia», si con su propia conducta le enseña a su hija a reaccionar así con su futura pareja, le estará transmitiendo un «paquete» conductual y psicológico que propiciará en ella también DHS similares, y por tanto, enfermedades similares.

Esto mismo vale para algunas familias donde «los hombres se deben comportar por tradición familiar» de tal o cual manera o en toda aquella circunstancia donde la familia disponga ciertos patrones de conducta, creencia y valores específicos y concretos, no comunes, que sensibilicen o hagan más susceptibles a padecer cierto tipo de conflictos biológicos ante ciertas circunstancias, y por tanto, cierto tipo de enfermedades en un porcentaje mayor que en el común de las personas.

En conclusión, si bien un DHS es siempre un shock inesperado, ciertas creencias, educación, personalidad y situaciones externas pueden predisponer a sufrir, con mayor o menor frecuencia, ciertos tipos específicos de conflictos biológicos y en consecuencia cierto tipo de enfermedades específicas.

33) «La «Nueva» Medicina no tiene nada nuevo, solo el nombre. Ya desde hace siglos se conocía que las enfermedades son causadas por problemas emocionales, así que es injustificado hablar de una «Nueva Medicina».

Eso es falso, debido a los siguientes hechos:

1) La antigüedad no conocía que las enfermedades son causadas por conflictos biológicos y los confundía con «problemas emocionales», por lo que no podían reproducir sus especulaciones en cada caso y de forma científica. Su valoración era meramente intuitiva y aproximadamente verdadera en muchos casos, pero no contrastable de modo científico.

2) No se sabía que los conflictos biológicos y la enfermedad empiezan por un DHS.

3) No se sabía que el DHS causa una ruptura del campo electro-magnético en el cerebro en la forma de un Foco de Hamer, y desde ahí una modificación en el órgano correspondiente. En otras palabras, se ignoraba que la enfermedad se produce simultáneamente en los tres niveles: psique-cerebro-órgano.

4) Se ignoraba que las enfermedades son procesos bifásicos (en dos fases) en tanto haya la solución del conflicto.

5) Se ignoraba que cada enfermedad se corresponde con un conflicto biológico propio y exclusivo de esa enfermedad o una combinación específica de conflictos biológicos, como ocurre en algunas enfermedades.

6) Se ignoraba que la mayoría de las enfermedades se manifiestan y dan sus signos y síntomas en la Fase de Curación.

7) Se ignoraba que los síntomas de cada enfermedad están íntimamente relacionados con la hoja embrionaria (Endodermo, Mesodermo Antiguo, Mesodermo Nuevo y Ectodermo) del órgano afectado.

8) Se ignoraba que muchas complicaciones de los órganos en algunas enfermedades son causadas por el Foco de Hamer en Fase de Curación (infarto de miocardio, coma hepático) y que por tanto, su tratamiento debe enfocarse primariamente en el manejo del Foco de Hamer.

9) Se ignoraba que la enfermedad tiene un sentido biológico, que sus síntomas adquieren sentido si se comprende cómo ayudan objetivamente a solucionar el conflicto biológico que se activó.

10) Se ignoraba que las enfermedades pueden ser diagnosticadas observando el cerebro, mediante una tomografía computarizada (TAC), que no existía en la antigüedad; y que existiendo desde hace ya varios años, no se usaba para diagnosticar los Focos de Hamer porque se desconocían.

Tendríamos que seguir enumerando todo lo que descubrió el Dr. Hamer (a nivel psíquico, cerebral y orgánico), y que justifican plenamente que se hable de una «Nueva» Medicina en el sentido de una nueva forma de entender la enfermedad, su origen, evolución y su tratamiento. Estos simples hechos refutan la afirmación de que la Nueva Medicina no es «nueva» o que su planteamiento ya se conocía en la antigüedad. Por cierto, en rigor, las Leyes Biológicas han existido desde siempre, sólo que fueron descubiertas por el Dr. Hamer.

No se trata de quitarle mérito ni de descalificar a las múltiples y diversas teorías y especulaciones antiguas sobre el origen de la enfermedad. La Nueva Medicina demuestra que algunas de tales especulaciones se aproximaban más a la realidad que las actuales hipótesis de la medicina convencional. Simplemente se trata de ser honestos y rigurosos con la verdad, y no confundir cosas que son claramente diferenciables.

34) «¿Qué es una «crisis epileptoide?»

La crisis epileptoide o epicrisis es un punto de «simpaticotonía» dentro de la vagotonía. El organismo frena la profunda vagotonía mediante un crisis aguda simpaticotónica (epileptoide), donde el organismo recapitula en un breve lapso todos los síntomas del conflicto activo. Por ejemplo: en el infarto de miocardio, que es una forma de crisis epileptoide, donde el organismo sufre en Fase de Curación dolores similares a la angina de pecho de la Fase Activa.

La crisis epileptoide es aguda, se produce en muy poco tiempo mediante una descarga eléctrica que se da en el cerebro, con el fin de expulsar el edema cerebral. Pero sus efectos pueden ser de mayor o menor duración, según su gravedad, localización del Foco de Hamer, etc.

Sus síntomas dependen de dónde esté ubicado el Foco de Hamer en el cerebro. Cada enfermedad tendrá unos síntomas típicos y específicos durante la crisis epileptoide (infarto de miocardio, coma hepático, lisis neumónica, etc.)

Lo manifiesto de los síntomas durante la crisis epileptoide también dependerá de la intensidad del conflicto previo, por lo que, por ejemplo, un conflicto de territorio menor a los tres meses de duración producirá en Fase de Vagotonía un infarto de miocardio clínicamente imperceptible, aunque sí determinable por un electrocardiograma.

Existen algunas excepciones que modifican el esquema general anterior sobre la crisis epileptoide:

1) Muchos pacientes reciben sedantes y medicamentos, los cuales profundizan la vagotonía de manera artificial, con la consiguiente crisis epileptoide intensa.

2) Medicamentos como la quimioterapia son simpaticotónicos, por lo que estimulan el sistema nervioso y pueden frenar la vagotonía. Esto es a riesgo de estimular la reactivación del conflicto o potenciar la intensidad de los que estén activos, y producir daños en el sistema nervioso; e incluso, hacer más susceptible a la persona de experimentar nuevos conflictos biológicos debido al estado de alteración del sistema nervioso.

3) El paciente, como ocurre con frecuencia en casos graves, tiene una «invervación mixta», es decir, está en vagotonía respecto de un conflicto y en simpaticotonía respecto de otro, con lo cual la vagotonía del primero se «modera» o «compensa» un poco por la actividad del otro conflicto.

4) Un conflicto de desarraigo o de sentirse completamente abandonado, que cause retención de líquido en Fase Activa, hace que aumenten los edemas corporales de forma dramática, con lo cual, si bien la vagotonía no aumenta ni se intensifica, el edema cerebral sí, lo que podría llevar a un coma cerebral al paciente y a toda clase de complicaciones orgánicas potencialmente letales (grandes inflamaciones).

5) Si la persona reactiva y resuelve constantemente el conflicto, puede tener una crisis epileptoide en cada solución, aunque no necesariamente, ya que es posible que reactive el conflicto antes de producirse la crisis epileptoide, lo que en casos graves podría causarle la muerte. Es complicado tratarlo solo con medicamentos, ya que si le administra al paciente un medicamento simpaticotónico para frenar el edema, y el paciente activa el conflicto, su intensidad será mayor por la estimulación artificial causada por el medicamento. Si no se trata el conflicto de desarraigo, es casi imposible hacer un tratamiento medicamentoso exitoso en estos casos.

35) «¿Cómo se explica en la Nueva Medicina el coma hepático que sufren algunas personas con hepatitis?»

La hepatitis aparece en la Fase de Curación de un conflicto biológico de injusticia, rencor u odio en el territorio, casi siempre por cuestiones de dinero o de alguna propiedad, o de algo que se disputa con odio e injusticia de por medio.

En la medicina convencional el coma hepático, también llamado encefalopatía hepática, se define como: «es un conjunto de síntomas que se pueden producir cuando se presenta un daño cerebral y del sistema nervioso como complicación una enfermedad hepática y se caracterizan por varios síntomas neurológicos como cambios en el estado de conciencia, cambios en el comportamiento y cambios de personalidad».

Según ese mismo artículo, «la encefalopatía hepática se produce por problemas que afectan el hígado como aquellos que reducen la función hepática, tales como la cirrosis o la hepatitis, y por condiciones en las cuales la circulación sanguínea se desvía y y no irriga el hígado. La causa exacta del problema se desconoce».

En otro artículo de medicina convencional se define a encefalopatía hepática o coma hepático de la siguiente forma: «es un daño al cerebro y al sistema nervioso que se presenta como una complicación de trastornos hepáticos. Este trastorno causa diferentes síntomas neurológicos, incluyendo cambios en los reflejos, cambios en el estado de conciencia y cambios en el comportamiento, que pueden fluctuar de leves a graves».

En al Nueva Medicina se conocen varias cosas:

1) La causa del coma hepático es la crisis epileptoide que aparece al final de la Fase de Curación de un conflicto de injusticia o rencor en el territorio.

2) La crisis epileptoide causa una descarga eléctrica en el cerebro, con la finalidad biológica de expulsar el edema de curación que se encuentra en el lóbulo temporal del hemisferio derecho del cerebro.

3) No es el daño del hígado el que causa el coma hepático, sino el Foco de Hamer en forma de edema que es el correlativo cerebral de la hepatitis. Recordemos que las enfermedades se producen siempre en los tres niveles: psique, cerebro y órgano; esto siginifca que cualquier enfermedad orgánica tiene a nivel psicológico un conflicto biológico correspondiente; y a nivel del cerebro un Foco de Hamer en una zona concreta del cerebro.

4) Como consecuencia de lo anterior, el tratamiento se realiza en los tres niveles, y en este caso concreto del coma hepático se debe tratar especialmente el Foco de Hamer con ayuda de diversos medicamentos (cortisona). Un experto en la Nueva Medicina puede prever, con mayor o menor precisión (basado en la tomografía cerebral y en el estudio exhaustivo del paciente a nivel del conflicto biológico), el momento en que se va a producir la crisis epileptoide (coma hepático), e iniciar el tratamiento del edema cerebral mucho antes de que se produzca el coma hepático, reduciendo así la intensidad de éste.

5) Los efectos psicológicos (cambios de estado de ánimo, confusión, afectación en la memoria, etc.) son consecuencia de la crisis epileptoide sobre el edema cerebral intra y perifocal (intrafocal = dentro del Foco de Hamer; perifocal = alrededor del Foco de Hamer); y mientras más grande es el edema, más intenso y grave será el coma hepático y los síntomas cerebrales respectivos.

6) Si el paciente padece un conflicto biológico de desarraigo o de sentirse completamente abandonado (frecuentemente causado por miedo a estar en un hospital, lejos del calor del hogar), el cual causa una retención de líquidos en el organismo, mayor será el tamaño del edema cerebral, ya que el organismo trata de almacenar la mayor cantidad de líquido posible. En estos casos, muy frecuentes en casi todas las enfermedades graves, es imprescindible resolver ese conflicto biológico de los Túbulos Colectores Renales para evitar que el edema siga creciendo y acumulándose, ya que de lo contrario las complicaciones no podrán ser manejadas eficientemente por medicamentos y la crisis epileptoide será más peligrosa.

36) «Los radiólogos dicen que los supuestos «Focos de Hamer» son artefactos causados por la máquina. Hamer está equivocado, viendo cosas donde no existen».

Eso es falso. Si bien es cierto que los artefactos, tal como lo entienden los radiólogos, existen; éstos no son la causa de los Focos de Hamer que aparecen en la tomografía cerebral (TAC). Según la Radiología, los llamados artefactos de la TACse clasifican en:

1) Artefactos por razones físicas.

2) Artefactos por movimiento.

3) Artefactos por razones técnicas.

Dentro de cada tipo o clasificación de artefactos se explican otros subtipos según el origen específico del artefacto en cuestión. El lector podrá profundizar más en estos tipos de artefactos en cualquier texto de Radiología.

Estos artefactos existen y están fuera de discusión. Pero también existen los Focos de Hamer. Algunos años después de que el Dr. Hamer descubriera los Focos de Hamer y su exacta y sistemática correlación con los órganos afectados y el tipo de conflicto, y ante la insistencia de los radiólogos de que tales focos eran artefactos, el Dr. Hamer decidió contactar en Alemania a la empresa Siemens a los fines de elaborar unos criterios técnicos que permitieran distinguir si los Focos de Hamer están realmente en el cerebro o son artefactos causados por la máquina. Sin entrar en tecnicismos y resumiendo, las diferencias entre un Foco de Hamer y un artefacto causado por la máquina son:

1) El Foco de Hamer siempre se encuentra en el mismo lugar del cerebro en los casos de un mismo tipo de enfermedad. Por ejemplo, en el caso de un carcinoma de cuello de útero el Foco de Hamer está siempre en el lóbulo temporal izquierdo del cerebro; y su forma es la de un edema cerebral, ya que el proceso se encuentra en Fase de Curación.

En cambio, el artefacto lo produce la máquina en un lugar cualquiera, independientemente del tipo de enfermedad que tenga la persona.

2) En sus libros, el Dr. Hamer ha demostrado como un Foco de Hamer en Fase Activa y con forma de anillos concéntricos se transforma después de la solución del conflicto en un edema cerebral; y eventualmente en casos graves, donde el conflicto ha durado mucho tiempo, en un tumor cerebral. ¿Cómo puede un «artefacto» transformarse así?

3) Se puede demostrar que el Foco de Hamer tiene la configuración o forma correspondiente a la fase del conflicto que experimente el paciente. Esto no puede afirmarse de los «artefactos», los cuales son independientes de la enfermedad o del conflicto del paciente, ya que son causados por la máquina o por problemas relacionados con ella.

Es evidente que si se le pregunta a un radiólogo que opina sobre los Focos de Hamer mostrándole una tomografía, dirá que es un artefacto. Esto es lógico y natural debido a que:

a) El radiólogo es experto en Radiología, pero no conoce la Nueva Medicina. Por tanto, al desconocer sus criterios, ¿qué otra cosa puede decir? ¿Cree el lector que el radiólogo dirá: «sí es cierto, grandioso, es un Foco de Hamer»; si no sabe lo que es un Foco de Hamer y nunca ha leído nada sobre él?

b) En su aprendizaje y estudios en Radiología, el radiólogo nunca ha correlacionado los «artefactos» que él observa en el cerebro con la historia clínica del paciente y los órganos afectados. Pero es precisamente esta correlación la que le permitió al Dr. Hamer descubirir los Focos de Hamer y diferenciarlos de los artefactos causados por la máquina.

Ningún radiólogo, ni el propio Dr. Hamer, pudo haber descubierto los Focos de Hamer con solo mirar en la tomografía. Para descubrirlos tendría que haber hecho lo que hizo el Dr. Hamer: examinar en detalle si cada enfermedad se corresponde con alguna imagen específica en el cerebro. Al hacer esto descubrió que efectivamente, en todos los casos sin excepción, cada tipo específico de órgano y de enfermedad se corresponde con un Foco de Hamer ubicado en una zona específica y concreta del cerebro.

Y no solo esto, sino que el Foco de Hamer se modificaba, pasaba de tener «anillos concéntricos» a formar un edema cerebral, según el estado, fase y evolución del conflicto biológico que experimentaba la persona.

De todo lo anterior se deduce que preguntar a un radiólogo su «opinión experta» sobre los Focos de Hamer es equivalente a preguntarle a un cazador de elefantes su opinión experta de «cazador» sobre la mejor forma de cazar tiburones; o en preguntarle a un médico internista cómo tratar la diabetes en un gato. La analogía está en que se le consulta al experto su opinión sobre un asunto que no conoce y no es de su experticia o área de especialidad; y que solo está relacionado en apariencia con ella.

Un radiólogo nunca podrá determinar, observando en una tomografía, que lo que está viendo es un Foco de Hamer y no un artefacto, ya que no conoce los Focos de Hamer, y por tanto no puede diferenciarlos de los artefactos, que también existen. ¿Qué otra cosa podría decir el radiólogo, si no que es un artefacto? ¿Cómo podría decir «sí, no hay duda, es un Foco de Hamer»? ¿Cómo lo distingue? Ya sabemos que no puede.

Ahora surge la pregunta:¿puede un médico de la Nueva Medicina confundir un artefacto con un Foco de Hamer? ¿Qué criterios tiene para distinguirlos?

Respecto de la primera pregunta, la respuesta es que sí puede confundirlos, si es que no está bien entrenado, si no tiene la suficiente experiencia o por error humano. Respecto de la segunda pregunta, hay que señalar que el Foco de Hamer en Fase Activa se presenta en forma de anillos concéntricos; en cambio los artefactos que produce la máquina, y que son artificiales, pueden tener diversas configuraciones dependiendo de la causa que lo genere (existiendo medidas técnicas para evitarlos o corregirlos). Y una de estas configuraciones de los artefactos es, en algunos casos, la de círculos concéntricos (especialmente en artefactos por error de estabilidad, de tipo técnico).

Es por este motivo que los radiólogos al ver anillos concéntricos en el cerebro pensarán siempre que se trata de artefactos de la máquina y nunca de algo diferente. Por eso no pueden ser convencidos mostrándoles una imagen, aunque sí demostrándole la correlación empírica entre ciertas enfermedades y el respectivo Foco de Hamer ubicado en el lugar que corresponde a ese órgano enfermo en concreto.

De la misma manera que un médico convencional no se guía solo por un síntoma o signo en un órgano para diagnosticar una enfermedad (signo que puede corresponder a varias enfermedades), sino que buscará otros indicios que confirmen o refuten su presunción inicial; así mismo, un médico que conozca la Nueva Medicina no se guiará única y exclusivamente por el Foco de Hamer como herramienta diagnóstica infalible, sino que tomará en cuenta y hará el diagnóstico del paciente en los tres niveles: psique, cerebro y órgano. Este hecho pone de manifiesto que el diagnóstico de la Nueva Medicina es mucho más completo y exhaustivo que el de la medicina convencional, ya que además del diagnóstico corporal, se añade el diagnóstico de la psique y el diagnóstico del cerebro.

En conclusión:

1) Los Focos de Hamer existen, están en el cerebro y son observables. De esta afirmación se deducen dos observaciones empíricas:

a) Si a un mismo paciente se le toman dos o más tomografías cerebrales usando máquinas diferentes, presentará el Foco de Hamer siempre en el mismo lugar del cerebro.

b) Si usando una sola máquina, se rota o gira la cabeza del paciente, el Foco de Hamer rodará o girará con la cabeza del paciente, ya que dicho foco se encuentra en el cerebro.

2) Su localización está determinada por el tipo de conflicto específico, y se corresponde con una enfermedad concreta. Esto puede ser contrastado empíricamente, observando mediante experimentación si ante una enfermedad concreta existe o no existe en el cerebro en una zona concreta el Foco de Hamer correspondiente al órgano afectado.

Cualquier otra discusión es meramente académica o teórica, pero sin valor empírico alguno. Si los Focos de Hamer no están en el cerebro, sería muy fácil refutarlo: encontrar una enfermedad en donde no aparezca en el cerebro el Foco de Hamer correspondiente en el lugar donde debe estar.

3) Los Focos de Hamer durante la Fase Activa del conflicto, en la cual aparecen con forma de anillos concéntricos, son interpretados por los radiólogos como artefactos. Estos también existen, pero a diferencia de los Focos de Hamer, no están localizados en un lugar concreto del cerebro que se corresponde siempre con un órgano determinado; y pueden también tener formas diferentes a los de simples anillos concéntricos, según la razón que genere dicho artefacto.

Hay que señalar que ha medida que ha ido mejorando la tecnología de las máquinas de tomografía, muchos artefactos que antes se observaban ya no se observan o sólo en muy raros casos. Sin embargo, los Focos de Hamer se observan en todos los casos de personas con algún conflicto biológico.

4) Los Focos de Hamer, durante la Fase de Curación, no presentan más la forma de anillos concéntricos, sino la forma de un edema cerebral. En este punto ya nadie los confunde con «artefactos» y no se plantea esa discusión, sino que son diagnosticados (cuando por casualidad son vistos) en muchos casos como un tumor cerebral. Este solo hecho también refuta la afirmación de que «los Focos de Hamer son artefactos de la máquina», ya que esa discusión solo podría presentarse en el caso de los Focos de Hamer que están en la Fase Activa del conflicto.

5) La naturaleza de los Focos de Hamer (qué tipo de fenómeno es), se desconoce. Solo se ha constatado su existencia, su correlación con un conflicto biológico específico, sus diversas formas según la fase evolutiva del conflicto y su correspondencia con un órgano también específico. Pero no se ha formulado aún (que sepamos) ninguna teoría que explique su naturaleza.

6) Los Focos de Hamer también son visible en los órganos compactos (huesos, hígado, etc.) pero solo al comienzo de la Fase Activa del conflicto. En estos casos hay una correlación exacta entre el Foco de Hamer en el cerebro correspondiente al órgano afectado (ej: el hígado), y el Foco de Hamer visible en dicho órgano. Esto añade un elemento más que puede ser contrastado empíricamente: si hay una correlación o no entre el Foco de Hamer cerebral y el Foco de Hamer orgánico.

Esto último es muy importante, ya que cuando una persona sufre un DHS aparece inmediatamente en el cerebro el Foco de Hamer; pero en el órgano, no se encontrará la lesión inmediatamente, sino cuando haya pasado un cierto tiempo que de lugar a manifestarse en el órgano físicamente los síntomas, o mediantes pruebas radiológicas, serológicas, etc.

En estos casos, la correlación cerebro-órgano puede determinarse al constatar la existencia de un Foco de Hamer en el órgano y en el cerebro, simultáneamente y con la misma configuración de anillos concéntricos.

7) Durante la Fase Activa del conflicto los Focos de Hamer son observables mediante una tomografía axial computarizada (TAC) del cerebro sin medios de contraste. Excepcionalmente, pueden observarse mediante una resonancia magnética nuclear en los casos de conflictos que han durado activos mucho tiempo. En Fase de Curación pueden observarse por tomografía cerebral sin contraste o con contraste, y también por resonancia magnética nuclear.

8) La existencia de los Focos de Hamer tiene una importancia no solo diagnóstica, sino también terapéutica, ya que permite anticiparse, antes de la solución del conflicto y tomando en cuenta la duración de éste y otras variables, a las posibles complicaciones y efectuar el tratamiento médico adecuado.

9) Desde un punto de vista diagnóstico, los Focos de Hamer permiten hacer, en el contexto de un examen exhaustivo en los tres niveles del paciente, un diagnóstico diferencial bastante riguroso, más exacto y completo que el de la medicina convencional.

10) Es importante entender que los círculos concéntricos que representan Focos de Hamer en la Fase Activa de conflicto y que están en el cerebro por las razones antes indicadas, no significa que en el cerebro, anatómicamente, existan círculos concéntricos. Estos círculos son la imagen que en la tomografía produce algún proceso que se está llevando a cabo a nivel cerebral (en caso de conflicto biológico), y cuya naturaleza (¿bioeléctrica? ¿electromagnética? ¿electrofisiológica?) se desconoce actualmente; pero esa imagen no necesariamente significa que en el cerebro hayan células formando círculos concéntricos. De la misma manera que la imagen que usted ve en su TV cuando observa un juego de fútbol no significa que si abre el televisor y lo revisa por dentro encontrará una balón o una portería; pero la imagen que observa del jugador corriendo y chutando a portería no solo es un «artefacto» creado accidentalmente por el televisor, sino que depende también de lo que el jugador real haga en el juego. Hay un hecho real y objetivo que sucede, y que puede ser «captado» y «transmitido», de forma fiel o no, exacta o no, directa o indirecta, a través de un aparato.

El Foco de Hamer, presumiblemente, involucra algún tipo de alteración electro-magnética en el cerebro, y es esta alteración la que se manifiesta o se «capta» en forma de círculos concéntricos en la tomografía cerebral. En todo caso, es esencial distinguir el hecho de la hipótesis que lo explica o interpreta:

a) El hecho es que el Foco de Hamer se encuentra siempre en un lugar específico del cerebro, según el tipo de órgano. Al ser esta una afirmación fáctica, es susceptible de ser confirmada o refutada empíricamente.

b) La hipótesis actual es que dicha imagen es generada por una ruptura del campo electromagnético del cerebro. Si esta hipótesis es correcta o no, no lo sabemos todavía. Pero esto en nada modifica el hecho mencionado, esto es que algo ocurre en el cerebro en un lugar específico y que puede ser captado.

11) La existencia de los Focos de Hamer, si bien es un nuevo hecho descubierto por el Dr. Hamer, no es esencial para la existencia e incluso aplicación de la Nueva Medicina. Dado que la enfermedad se produce y evoluciona sincrónicamente en los tres niveles de psique-cerebro-órgano, conociendo a fondo cualquiera de esos niveles, se puede deducir limpiamente los otros dos.

Como se ha dicho, en 1981 el Dr. Hamer descubrió la Primera Ley Biológica sin tener idea de la existencia de los Focos de Hamer. Si bien muchas cosas se han descubierto desde ese tiempo hasta la actualidad, el hecho es que la Nueva Medicina no se reduce ni se agota en los Focos de Hamer, sino que éstos son parte integrante, pero no su esencia.

De lo anterior se colige que:

a) Aún cuando los Focos de Hamer no hubiesen sido descubiertos o no fueren observables con la tecnología actual, esto solo afectaría al plano cerebral; pero no afecta para nada el plano de la psique (DHS y conflicto biológico) y al plano orgánico (constatable por radiografías, estudios serológicos, etc.); ni afectaría sustancialmente las 5 Leyes Biológicas. Aunque si reduciría un poco la precisión diagnóstica en casos difíciles o donde no haya todavía manifestación orgánica; y también en algunos casos, la probabilidad de éxito terapéutico.

b) Un especialista de la Nueva Medicina no se reducirá a «leer» tomografías cerebrales haciendo alarde de diagnósticos infalibles; sino que tomará en cuenta toda la dimensión del paciente, su nivel psíquico, su estado cerebral y también su estado orgánico; con las complejidades y particularidades de cada uno de estos niveles y teniendo en cuenta la individualidad propia de cada ser humano.

37) «¿Es contagioso el cáncer?»

Tanto desde el punto de vista de la medicina convencional, como desde la Nueva Medicina, el cáncer no es contagioso. Sin embargo, la medicina veterinaria sostiene que algunos cánceres en animales pueden ser trasmitidos por agentes infecciosos. Un ejemplo de ello es la llamada «adenomatosis pulmonar ovina», que se define como «neoplasia altamente contagiosa y transmisible que compromete al tejido pulmonar de ovinos adultos». En un artículo se menciona: «es producido por un retrovirus oncogénico de tipo D consistentemente detectado en secreciones (fluido) pulmonares y en homogenizados tumorales de animales infectados natural o experimentalmente. El virus ha sido detectado bioquímica y serológicamente en fluidos y tumores pulmonares, pero nunca ha sido aislado en el laboratorio. La dificultad de aislar el virus por técnicas convencionales de laboratorio permitió utilizar técnicas moleculares para secuenciar el genoma retroviral».

Es curiosa la mención y confesión de que ese virus (un retrovirus) «nunca ha sido aislado en el laboratorio», ya que ello puede generar suspicacias y reforzar los planteamientos de algunos científicos que ponen en duda la existencia de ciertos virus.

Aquí no emitiremos ningún juicio científico al respecto, ya que elucidar esa cuestión implicaría entrar a analizar aspectos de la Microbiología, la Virología y la Biología Molecular, que quizás al lector medio no le interese mucho. Por otro lado, este análisis se refiere a la Nueva Medicina, no a la Biología Molecular ni a la Microbiología.

En todo caso, el hecho es que se sostiene que un virus (específicamente un retrovirus) es el causante de esos tumores en las ovejas adultas. Incluso, en un experimento se inyectó el mencionado retrovirus (no aislado en el laboratorio, según vimos antes) a algunos animales y se reprodujo el cáncer pulmonar. Señala el artículo: «cuatro corderos recién nacidos fueron inoculados con partículas de JSRV21 en esta manera, y dos de ellos mostraron los signos clásicos de APO 4 meses después de la infección».

Hay que tomar en cuenta que JSRV21 es el nombre del retrovirus que, aunque no ha sido aislado en el laboratorio, se estima es la causa de este cáncer. Y APO son las iniciales de «Adenomatosis Pulmonar Ovina». Algunos pueden considerar esto como una refutación de las Leyes Biológicas. Pero nosotros diferimos por las siguientes razones:

1) El virus no ha sido aislado directamente, solo «detectado» bioquímica y serológicamente. ¿Cómo saber que se detectó un virus si previamente no se ha aislado y caracterizado ese virus? Esto es como que usted saque una fotocopia de un documento original que nadie ha visto. De allí que «secuenciar el genoma retroviral» de un retrovirus no aislado pueda parecer algo paradójico… aunque a decir verdad, estas técnicas son usadas comúnmente por los retrovirólogos de todo el mundo.

2) Aún existiendo ese virus, ¿cómo saber qué esa es la causa del cáncer pulmonar que sufrieron los animales? ¿Es la sola «inyección» de un virus (no aislado) en otro animal y la aparición en este de un cáncer bronco-alveolar, una prueba necesaria y suficiente para afirmar una relación directa de causalidad, que no tome en cuenta las Leyes Biológicas?

3) En el estudio antes citado se señala que los animales mostraron «los signos clásicos de APO 4 meses después de la infección». Pero, ¿no decían que el cáncer necesita de muchos años para desarrollarse? Este aparición a los pocos meses después de la infección, esto es, de la manipulación experimental, es consistente con la Nueva Medicina: el cáncer no necesita de muchos años para desarrollarse; y en caso concreto del cáncer bronco-alveolar, que es el más parecido en los humanos a la APO, su aparición se produce a los pocos meses de haber sufrido el DHS, ya que se trata de tejido del Endodermo, cuyos tumores crecen en la Fase Activa del conflicto.

4) El cáncer bronco-alveolar (y probablemente, este sea el caso también de la APO) es causado por un conflicto biológico de miedo a morir (especialmente, morir asfixiado; un conflicto muy primitivo y básico en los seres vivos). Teniendo esto como premisa, ¿pueden las manipulaciones experimentales inducir en todos o algunos animales del experimento, algún tipo de conflicto de este tipo? Es evidente que los investigadores no toman en cuenta estas variables, ya que para ellos no existen. Pero para un investigador de la Nueva Medicina estas variables son las fundamentales, ya que son las que pueden dar lugar al conflicto biológico correspondiente al cáncer observado, y atribuido incorrectamente a otras causas o factores experimentales.

En resumen, estos experimentos en sí mismos considerados no refutan la Nueva Medicina, ya que no contradicen empíricamente sus leyes, ni son incompatibles con ella. Pueden ser explicados siempre que se tome en cuenta la especie concreta de animal sometido al experimento, los detalles de la manipulación experimental y otros factores y variables ignorados por los investigadores convencionales, pero que son esenciales para la Nueva Medicina, ya que pueden propiciar, directa o indirectamente, el surgimiento de conflictos biológicos en el animal, lo cual vicia el resultado del experimento.

38) «El Dr. Hamer cree encontrar respuestas para todo y se considera experto en todas las áreas de la medicina, lo que sugiere que en él una cierta exageración de su propia competencia y capacidad o no reconoce sus limitaciones».

Esto es falso por varias razones:

1) El Dr. Hamer no ha exagerado su competencia o capacidad. Él ha limitado sus afirmaciones al ámbito de la medicina, en donde él es médico y Doctor en Medicina, con especialidad en Medicina Interna, que es una rama de la medicina muy amplia.

2) No se considera experto en todas las áreas de la medicina, ni nunca ha dicho tal cosa. Lo que él ha señalado es que su descubrimiento abarca o engloba todas las áreas de la medicina, en el sentido de que es aplicable a todas ellas.

3) El Dr. Hamer ha afirmado eso, debido a que su descubrimiento puso de manifiesto algo que antes se ignoraba: que la enfermedad es un proceso que ocurre en tres niveles: psique, cerebro y órganos; y que por tanto, un experto en la Nueva Medicina debe ser capaz de conocer bien cada uno de esos niveles para poder tratar cada enfermedad de manera integral en un paciente concreto.

Esto, por supuesto, exige de parte de los médicos que quieran aplicar la Nueva Medicina un conocimiento especializado y profundo en diversas áreas de la medicina, las cuales deberán ser articuladas en el contexto más amplio de las 5 Leyes Biológicas.

Es importante que el lector sepa que existe algo llamado el efecto Dunning Kruger que se define como «fenómeno psicológico según el cual las personas con escaso conocimiento tienden sistemáticamente a pensar que saben mucho más de lo que saben y a considerarse más inteligentes que otras personas más preparadas».

Esta definición implica que los que sufren de ese efecto:

a) Sean personas de escaso conocimiento, el cual puede verificarse objetivamente o al menos inferirse de forma indirecta, al constatar su mediocridad profesional, su escasa o nula competencia profesional o intelectual, su falta de especialización en un área determinada, su carencia plena de credenciales académicas en el área en cuestión, etc. Este por supuesto no es el caso del Dr. Hamer, que repetimos: es Doctor en Medicina y especialista en Medicina Interna y sus afirmaciones y teorías se refieren a la medicina.

b) Que estas personas se consideren a sí mismas más inteligentes, capaces, competentes, preparadas que otras personas que sí hayan acreditado objetivamente y con credenciales verificables su preparación o competencia en un área determinada. Esto último puede ser verificado por su lenguaje, sus actitudes y comportamiento habitual.

Este efecto es muy característico en algunos tipos de personas, cuyo fanatismo intelectual, constantes alusiones y alardes reiterativos de su propia «racionalidad» o «educación» o «sapiencia» (o de la irracionalidad e ignorancia de los demás) o superioridad científica e intelectual, uso sistemático de la ironía, el sarcasmo, de un lenguaje prepotente, soberbio, altivo, hiriente y lacerante, a veces también soez, vulgar, propio de gente de mala calaña, envidiosa o resentida; que a veces se convierte en un lenguaje difamatorio e injurioso. Lo que, en algunos casos, los ha llevado a ser condenados por tribunales debido a tal actitud, reiterativa y típica de tales sujetos. En algunos casos, tal mediocridad e incompetencia personal y académica los ha llevado a forjar y falsificar sus propias credenciales profesionales, actitud bastante deshonesta, burda y fraudulenta que solo busca engañar, en beneficio propio, al público o a las instituciones, y que solo ha podido ser desenmascarada en tribunales.

Es importante que el lector, a la hora de leer artículos en Internet (y en otros medios de comunicación) y sobre todo cuando examine temas controvertidos o polémicos, donde hayan intereses en juego o donde el tema sea fácilmente tergiversado y se aborde en forma sesgada por prejuicios o ideologías, esté consciente de ese efecto Dunning-Kruger y de otras manifestaciones psicológicas similares y se haga las siguientes preguntas:

a) ¿La persona que escribe el artículo tiene competencia científica, académica o experiencia de algún tipo en el área sobre la que está escribiendo? Esto puede ser difícil de determinar dado el relativo anonimato de Internet; pero algunas preguntas adicionales podrían arrojarle alguna luz, por ejemplo: ¿domina el tema en profundidad? ¿Demuestra conocimiento en el asunto y dominio de la materia?

b) ¿Escribe de una forma pedante, arrogante, altiva, prepotente que hace aparentar gran erudición y conocimiento profundo? ¿Usa términos rebuscados, frases y palabras en latín, cita constantemente autoridades y grandes pensadores para hacer creer a los demás que ha leído mucho? ¿Descalifica, intelectual o moralmente, a los demás para hacerse pasar como alguien superior? ¿O por el contrario, escribe de una forma sencilla, simple, franca y directa, sin alardes de erudición o superioridad, que permita que el lector le siga con comodidad y soltura?

c) ¿Muestra la persona deseos de aprender, de saber, de buscar la verdad? ¿Manifiesta sensatez, prudencia, buen criterio y ecuanimidad en su discurso? ¿O por el contrario, escribe en forma de predicador, de alguien que surgió para aleccionar e iluminar a los demás, de alguien que ya está en posesión de la verdad y debe atropellar con ella a cualquiera que piense diferente?

d) ¿Usa un lenguaje polémico, que busca siempre causar controversias, herir intencionalmente y por puro disfrute personal las convicciones, creencias o susceptibilidades del lector, usando términos y expresiones que dejan entrever cierta perversidad, cierto disfrute por humillar, descalificar, invalidar, pisotear y herir a los demás que no piensan como él, y que por tanto, expresa meridianamente su bajeza moral y falta total de empatía e identificación con el prójimo? Esta última es una característica de personas con algún tipo de resentimiento, de odio profundo, sea porque pertenecen a alguna minoría mirada con recelo por la sociedad o sea por motivos individuales o personales que solo ellos conocen.

¿O por el contrario, usa un lenguaje neutral, ameno, constructivo, que estimula la reflexión sosegada del lector, un lenguaje mediante el cual expresa con firmeza su punto de vista pero sin injuriar o vapulear al lector o al interlocutor, al cual se le respeta siempre aunque piense distinto?

e) ¿Escribe la persona sobre varios temas diferentes, que en sí mismos no tienen relación los unos con los otros o que implicarían en cada caso un estudio o análisis específico y a fondo de cada uno de ellos? Una pista: en general, la persona que sufre el efecto Dunning Kruger escribe con autoridad y soberbia sobre varios temas, ya que se considera experta en todos o casi todos ellos; esto se ve muy frecuentemente en Internet, donde cada día se crean blogs y páginas de personas llenas de un excesivo afán de protagonismo y figuración, de una necesidad obsesiva de ser tomados en cuenta y de que sus opiniones sean reconocidas; están obsesionadas fanáticamente con escribir y publicar sobre el tema que sea, y de paso creyéndose con autoridad o conocimiento suficiente en el tema como para pretender, infundadamente, que serán tomados en serio por los demás.

Casi siempre la «investigación» que hacen estos sujetos es una búsqueda rápida por google; casi nunca hacen aportes originales o investigaciones científicas experimentales propias, si es que escriben de ciencias; o aportes propios y genuinos si es que escriben de otros asuntos. Esto, por supuesto, no se refiere a todos los blogs, ya que la mayoría de la gente no usa su blogs para buscar protagonismo, sino para compartir sus pensamientos e ideas sobre algo. Solo nos referimos a un pequeño grupo de personas que, bajo la influencia del efecto Dunning Kruger y otras manifestaciones psicológicas similares, usan un blog u otro medio de expresión como instrumento para dar rienda suelta a sus más bajas pasiones, o a sus desequilibrios personales y a su afán descontrolado y manifiesto por llamar la atención.

e) En algunos casos también se ve con frecuencia como estas personas se «miden» con grandes pensadores o intelectuales. Creen (con o sin razón) que sus «refutaciones», «críticas», «ensayos» y «réplicas» están al nivel de los grandes intelectuales, y que una refutación de algún conocido pensador (por parcial, minúscula o irrelevante que sea o incluso aun siendo correcta) los colocará en la misma categoría (o en una superior) a la persona criticada. Esta obsesión por solo criticar para llamar la atención y buscar reconocimiento (en vez de construir y plantear alternativas serias y soluciones originales y productivas, formular ideas brillantes y novedosas) la justifican a través de miles de sofismas, enrevesadas argumentaciones y juegos de palabras diferentes, algunas bastantes creativas e ingeniosas, que podrían engañar a alguien incauto; pero que no modifican el hecho objetivo de fondo: la búsqueda desenfrenada de protagonismo y reconocimiento.

Es importante entender que el efecto Dunning Kruger es un fenómeno psicológico, no lógico. Sobre un tema cualquiera, una afirmación determinada puede ser verdadera o falsa, correcta o incorrecta, provenga de quien sea. Pero aquí no se habla de ese aspecto lógico (que es evidente), sino del aspecto psicológico de la persona, independientemente de si lo que dice es correcto o no, lo cual también tiene su importancia práctica toda vez que en muchos casos no podemos determinar la verdad o falsedad de una afirmación por nuestros propios medios ni de forma inmediata, ya que quizás no dominamos la materia, no tenemos el tiempo para una valoración sosegada y exhaustiva, etc., y es allí donde la credibilidad de la persona, sus motivaciones, su conocimiento especializado, su imparcialidad y objetividad, sus credenciales para opinar del tema, su honestidad, seriedad, etc., son indicios que, por sentido común y experiencia cotidiana, tenemos en cuenta para saber si creerles o no. Al menos, como una primera aproximación a la verosimilitud y confiabilidad de lo que la persona manifiesta, hasta tanto no podamos examinar mejor el tema por nuestra propia cuenta.

39) «No se puede aceptar la Nueva Medicina hasta tanto no explique en detalle los mecanismos bioquímicos, genéticos, inmunológicos, citológicos, etc. que existen en la enfermedad o la naturaleza exacta de los Focos de Hamer o todos los detalles que explican X… «

Afirmaciones similares a veces se hacen en forma de preguntas capciosas y en tono burlón y desafiante: «¿Cuál es el mecanismo de X? ¿Cómo se explica X enfermedad en una salamandra? ¿Qué conflicto le causa esa enfermedad a la mosca tropical Z? Si no lo puedes explicar, la Nueva Medicina es falsa».

Eso es falso. Los hechos y fenómenos cuando han sido comprobados se deben aceptar, aún cuando los mecanismos que lo expliquen no se conozcan, o estén sujetos a controversias o interpretaciones. Y el que no se tenga respuesta sobre el hecho concreto X (que no ha sido investigado), no significa necesariamente que la teoría que explica otros hechos similares a X y que sí han sido investigados, sea falsa. Así funciona la ciencia, como se puede ver en algunos ejemplos:

a) El SIDA fue descubierto en 1981, pero su causa y mecanismo de acción solo de formuló en 1983/84, al «descubrirse» el VIH. Coloco entre comillas el término descubrirse porque algunos científicos, si bien minoritarios pero no por ello poco importantes, han cuestionado ese descubrimiento.

En un artículo se menciona: «corría todavía el año 1981 cuando esta enfermedad fue bautizada con el nombre de Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida o SIDA, un término que hace referencia a la situación de falta de defensas que sufrían los pacientes y al hecho de que se adquiriese durante la vida». Aquí se puede ver que el SIDA, en tanto fenómeno objetivo consistente en un cuadro de falta de defensas y que se adquiere durante la vida, fue categorizado en 1981″.

Pero en ese mismo artículo, un poco antes, se lee: «se multiplicaron los casos de enfermedades pocos comunes entre sujetos jóvenes. Eran sobre todo infecciones, difíciles de tratar y que acababan matando a los pacientes. Pronto fue evidente que se trataba de una epidemia: la enfermedad empezó a ser diagnosticada rápidamente en países distintos a EE. UU. Pero la causa no estaba clara ni tampoco era fácil de explicar por qué se producía a la vez y en países diferentes este cuadro mortal tan poco común».

Como se puede ver, se constató la existencia del SIDA, aun cuando no se conociera su presunta causa (VIH), ni se pudiera explicar por qué ocurría en varios lugares a la vez. ¿Significa entonces que había que rechazar la existencia del SIDA, argumentando que no se conocían en detalle todos los mecanismos implicados en su aparición y desarrollo?

b) El caso de las remisiones espontáneas del cáncer, las cuales si bien son extraordinariamente infrecuentes, han sido constatadas y documentadas en la literatura médica, aunque su causa y el mecanismo de acción de dicha remisión se desconoce en la medicina convencional. Ese mecanismo solo ha sido explicado en la Nueva Medicina.

¿Es razonable decir «no podemos aceptar la evidencia sobre la remisión espontánea porque no conocemos ningún mecanismo que lo explique»? ¿Cree el lector que sería razonable esa actitud, en que la explicación fuera primero que el hecho explicado?

Y así podríamos citar miles de ejemplos, no solo en la medicina, sino en otras ramas de la ciencia, de fenómenos cuya existencia se ha comprobado, pero cuyo mecanismo y causa exacta se desconoce.

Por último, el que algo no se pueda responder o se desconozca no significa que es falso, ni que es verdadero. Solo significa que no tenemos un conocimiento suficiente sobre el tema o que no ha sido investigado aún para saber si es verdadero o falso, correcto o equivocado; y que solo una mayor investigación podrá determinarlo. En la Nueva Medicina no se conoce todo, de hecho son más las cosas que se desconocen que las que se conocen, sobre todo en los detalles; y esto quizás valga para muchas otras ciencias. O como lo ha dicho el Dr. Hamer: «por cada cosa que descubrimos, aparecen tres que merecen ser investigadas».

40) «He leído en páginas en otros idiomas que hay una lista de muertes atribuidas al Dr. Hamer o a la Nueva Medicina. ¿Es verdad o mentira?»

Ya hemos desmentido esas manipulaciones, pero en todo caso, pensamos que es el lector quien debe determinar por sus propios medios lo que es verdad o lo que es mentira, empleando para ello su sentido crítico, el sentido común, la sensatez y su buen criterio. Es la única forma de que nadie lo manipule con mentiras, medias verdades, hechos descontextualizados y retórica. Aquí solo haremos algunas reflexiones al respecto, que deben ser tomadas en cuenta y que casi nunca son mencionadas:

1) En esas páginas donde se mencionan listas de muertes, no hay forma en que el lector pueda verificar por sí mismo que esas muertes realmente ocurrieron; y que aunque hayan ocurrido, son culpa de la Nueva Medicina o del Dr. Hamer, y no de la medicina convencional, de errores médicos, de causas diferentes a su enfermedad, de la enfermedad misma si era grave, etc. En esas páginas se asume que el lector tiene que «creer» ciegamente que eso es así, y que será tan torpe y estúpido como para no cuestionarse el tema y no pensar por sí mismo.

Hábilmente, la forma en que se pretende darle credibilidad a esas páginas, es dando detalles de los casos, tales como nombres, edades, etc. Pero aquí se omite el hecho esencial de que tales detalles no pueden ser verificados ni contrastados por personas independientes. Luego, ¿cómo saber si son verdad?

También se omiten, en esos «detalles», los aspectos más importantes:

– ¿Qué terapia recibió la persona antes de usar la Nueva Medicina y en qué dosis?
– ¿Qué médico de la Nueva Medicina la trató?
– ¿Qué credenciales tiene ese médico en la Nueva Medicina?
– ¿Qué tan grave estaba la persona antes de comenzar a tratarse con la Nueva Medicina?
– ¿Por qué, si le iba tan bien con la medicina convencional, decidió tratarse con la Nueva Medicina?
– ¿Cumplió la persona con las prescripciones del médico de la Nueva Medicina?

Sin conocer todas estas cosas, ¿cómo determinar qué causó la muerte de ese paciente concreto y, por tanto, si la Nueva Medicina fue responsable o no de dicha muerte?

2) En esas páginas casi siempre se hace, directa o indirectamente, una apología y una propaganda acrítica acerca de los beneficios de la medicina convencional (o «científica»); pero nunca de sus graves y documentados defectos, fallas e insuficiencias, y del hecho de que los tratamientos médicos convencionales son la primera causa de muerte. Este solo hecho ya muestra cierto tufillo de deshonestidad y sesgo.

Por ejemplo, todos hemos conocido cantidad de artistas (actores, cantantes) que han muerto de cáncer. ¿Pero cuántos de ellos se han curado? Haciendo un balance entre los curados y los fallecidos, ¿cuál es la mayoría? Le pedimos al amable lector que reflexione un momento sobre ello.

En un diario mexicano, en la edición digital del 25 de marzo del 2006, se hizo la siguiente lista de «artistas afectados por cáncer»:

Lo enfrenta actualmente:
– Rocío Jurado: en el estómago.

Lo superaron:
– Soraya (cantante colombiana): de mama.
– Vicente Fernández: de próstata.
– Joan Sebastian: de huesos (muerto de cáncer en 2015, nota de Pasadofuturo.com)
– Andrés García: de próstata.

Perdieron la batalla:
– Rocío Dúrcal: en la matriz.
– Celia Cruz: cerebral.
– Raúl Vale: pulmonar.
– Cantinflas: pulmonar.

A estas alturas (2007), el lector podrá observar cómo al grupo de artistas que «perdieron la batalla contra el cáncer», se le sumó Soraya (del grupo que «superó» la enfermedad) y Rocío Jurado (del grupo que «lo enfrenta actualmente»). ¿Cómo explicamos esto? ¿Qué quedó de la eficacia de los tratamientos convencionales? ¿Por qué estos artistas, que contaban con los medios económicos suficientes para obtener el mejor tratamiento que la medicina convencional pudo ofrecerles, sucumbieron al cáncer? ¿Por qué se nos dice que se está avanzando en la curación del cáncer o que éste es curable, pero casi no vemos a nadie curado usando métodos convencionales? ¿Se nos estará manipulando informativamente de alguna forma?

Si por ejemplo, Soraya hubiese muerto en ese momento de alguna otra causa (ej: un accidente), ella hubiera pasado a engrosar las listas de personas «curadas» de cáncer. Algo que, como ya podrá intuir el lector, es completamente engañoso, pero esa manipulación es la que se usa habitualmente para promocionar los éxitos en la curación del cáncer por métodos convencionales.

En el caso de Joan Sebastian, es curioso el hecho de que él se está tratando con el método alternativo del Alacrán Azul. Curiosamente, él ha señalado en reiteradas entrevistas que su cáncer es del «alma», no tanto de su cuerpo físico… ¿intuirá que ha sufrido un conflicto biológico?

Y en el caso de Andrés García, que padeció cáncer de próstata, también realizó un tratamiento alternativo basado en la uña de gato, tal como se indica en su página oficial.

He colocado estos ejemplos, con las referencias concretas para que el lector las contraste y piense sobre ello, a los fines de hacer la siguiente pregunta para la reflexión del lector: si algunos de estos artistas se hubieran tratado con la Nueva Medicina y hubiesen muerto, ¿no dirían esas páginas que tal artista falleció por «culpa» de la Nueva Medicina o del Dr. Hamer? ¿No sería uno más de la «lista de víctimas» de la Nueva Medicina? Pero, ¿por qué ese mismo rasero no se aplica a la medicina convencional? ¿Y por qué no se culpa a los médicos que trataron a esos artistas de la muerte de ellos? ¿Por qué no se hace una «lista de las personas fallecidas con la medicina convencional»? ¿Por qué una defensa acrítica de la medicina convencional, a la vez que una hipercrítica, a veces llena de odio manifiesto y saña, contra la Nueva Medicina?

Es importante que el lector tome en cuenta todo esto, ya que el doble rasero, el doble discurso, la hipocresía y deshonestidad, es característico de algunos de los autores de las páginas que acríticamente defienden a la medicina convencional, y en consecuencia critican ácidamente y sin sustancia a la Nueva Medicina (y a otros métodos o teorías no ortodoxas). Son personas que tienen una agenda predeterminada en favorecer o descalificar a priori ciertos temas, no una búsqueda sincera y progresiva por la verdad. Esto lo ocultan con mucha habilidad, pero su conducta, escritos y actitudes los delatan.

Advierta el lector que aquí no analizamos si esas teorías alternativas o no ortodoxas son correctas o no; aquí solo estamos denunciando la parcialidad, deshonestidad y doble discurso de estas fuentes propagandísticas y la consecuencia que todo ello tiene para su credibilidad.

Tampoco negamos el valor de la crítica. Por el contrario, cuando ésta es constructiva y sustanciosa es muy beneficiosa porque ayuda al perfeccionamiento, a la detección de errores y fallas, a la rectificación y a la evolución intelectual, emocional y personal. Pero la hipercrítica, la crítica panfletaria y difamatoria, la reprobación obsesiva y crónica, la censura gratuita y reiterada, usada como medio para llamar la atención y buscar protagonismo y no como instrumento intelectual que ayude a buscar la verdad, es negativa e inútil. Propicia odios, rencores, hostilidades, radicaliza posiciones y ofusca emocionalmente el examen real y objetivo del tema analizado.

Por todo lo anterior, es importante que el lector valore cualquier tema en sus propios méritos, sin dejarse influenciar por discursos repetitivos, machacones; ni por el propagandismo constante usado por personas que creen que a fuerza de repetir miles de veces una mentira se convertirá en verdad. La verdad o falsedad de un asunto no depende del consenso mayoritario, ni de la fraseología usada en el tema, ni de las descalificaciones o alabanzas usadas por propagandistas y desinformadores.

41) «Lo que dice Hamer son puros disparates. En realidad, las enfermedades son causadas por el espíritu (o cuerpo etérico o cuerpo astral), y en su mayoría vienen de las vidas pasadas y responden a un karma, esto se sabe desde hace milenios».

Aquí entramos en un área, a nuestro juicio muy especulativa; y en la cual priman visiones religiosas y filosóficas que, si bien son muy interesantes, no creo que tengan mucho que ver con la Nueva Medicina. Pueden ser correctas o no, pero eso es irrelevante para la Nueva Medicina. <> <> La idea de un cuerpo astral, etérico o «energético» es manejada, según lo que sabemos, por diferentes escuelas filosófias y religiosas orientales. También conceptos similares o incluso idénticos son parte del fundamento de algunas medicinas alternativas, tal como la medicina tradicional china, la Sintergética Médica, la Medicina Cuántica, etc.<> <> Hasta donde sabemos, algunas de estas teorías plantean que la enfermedad se produce en ese pretendido cuerpo energético, que posteriormente se manifiestan en el cuerpo físico, y que dado que dicho cuerpo de energía «sobrevive a la muerte» o incluso «reencarna», dichas alteraciones energéticas pasan de una vida a otra (como parte de un «karma» o algo similar), con lo cual pueden predisponer, desde el nacimiento, a algunos tipos de enfermedades e incluso imposibilitar su curación. <> <> El lector seguramente tendrá su punto de vista sobre estos temas, basado en sus conocimientos, creencias (o falta de creencias) y convicciones. Dado que aquí hablamos exclusivamente a las Leyes Biológicas, no analizaremos ni emitiremos ningún juicio respecto de tales teorías o especulaciones sobre el cuerpo energético, ni sobre la vida después de la muerte. En todo caso, es justo decir que no solo metafísicos o religiosos se han planteado ese tema; también algunos famosos y no tan famosos científicos han investigado el tema y afirman haber encontrado algún tipo de evidencia positiva sobre la continuación de la vida o la «conciencia» después de la muerte; entre esos científicos se incluyen William Crookes, Oliver Lodge, William James, Alfred Russel Wallace, Ian Stevenson y otros investigadores. <> <> Pero la Nueva Medicina no tiene nada que ver con lo anterior. Ella se basa en 5 Leyes Niológicas que pueden contrastarse empíricamente, sin necesidad de postular hipótesis referentes a cuerpos energéticos, espíritus, karmas o cosas similares. Tampoco existe evidencia de enfermedades cuya explicación requiera postular «otra vida»; hasta ahora, las enfermedades estudiadas en la Nueva Medicina se han iniciado por el correspondiente DHS, experimentado en esta vida; y son rigurosamente explicables por las 5 Leyes Biológicas. <> Debido a lo anterior, la creencia o no en tales hipótesis energéticas y espiritualistas o su existencia o inexistencia, en nada afecta la comprensión ni aplicación de la Nueva Medicina, ni la validez científica de las Leyes Biológicas. Estas solo pueden ser juzgadas por el tribunal de la ciencia empírica.

42) «La esposa de Hamer murió de cáncer y no pudo curarse con su supuesta Nueva Medicina».

Es falso: la esposa del Dr. Hamer, Sigrid Oldenburg, también médico, si bien padeció cáncer al igual que el Dr. Hamer, no murió de ello, sino de un infarto agudo de miocardio.

43) «Me trato con un médico alternativo que conoce también de la Nueva Medicina, y él dice que la relación psique-cerebro-órgano no es unidireccional como dice Hamer, sino bidireccional. Por tanto, las lesiones orgánicas también causarían conflictos biológicos y serían responsables de las enfermedades en muchos casos. En otras palabras, el triángulo también es órgano-cerebro-psique».

Es frecuente escuchar esto entre algunos médicos y terapeutas alternativos. Me referiré a esta visión alternativa como la hipótesis invertida de la tríada psique-cerebro-órgano (o triángulo, si nos lo imaginamos en forma geométrica). Aquí ofreceremos nuestro punto de vista sobre esta hipótesis y será el lector el que saque sus propias conclusiones:

1) La Nueva Medicina no plantea que la relación psique-cerebro-órgano es exclusivamente unidireccional. En su conferencia sobre el infarto de 1984, el Dr. Hamer señala: «la psique es el programador y el cuerpo y la psique constituyen el conjunto de órgano-objeto. En caso de óptima programación, el cuerpo y la psique se mantienen en un estado de armonía, la armonía clásica griega, y en caso de programación errónea, el cuerpo al igual que la psique, están afectados. El primero bajo forma de enfermedad, el segundo en cierto modo con feedback, por ejemplo: en forma de depresión, pánico, mal humor, etc. Además la programación no es en un sólo sentido. Si la psique programa el cerebro y el organismo, ocurre también que el cuerpo, como consecuencia de sus heridas, fracturas, etc., está en condiciones de inducir una programación automática del cerebro y de la psique».

Como se ve, el Dr. Hamer admite que el cuerpo (el nivel orgánico) está en condiciones de inducir una respuesta o programación en el cerebro y también en la psique.

2) Pero lo anterior no contradice el hecho de que la enfermedad, según las Leyes Biológicas, comienza con un DHS a nivel de la psique. No se dice que un DHS sea causado por una lesión orgánica, aunque ésta podría inducirlo o facilitarlo de varias formas, por ejemplo, mediante un dolor persistente.

Este punto es importante, ya que es en donde muchos médicos alternativos se equivocan . Según la hipótesis adulterada de estos médicos, las alteraciones en los órganos causadas por diversos factores (sustancias tóxicas, influencias magnéticas, etc.) también podrían causar un cáncer, y a partir de allí se alteraría la psique y el cerebro también, invirtiendo el esquema de psique-cerebro-órgano de Hamer. Pero si esta hipótesis fuera correcta, tendríamos que deducir las siguientes consecuencias:

a) Que la lesión orgánica, en estos casos, sería la causa del conflicto biológico, ya que es por esa lesión que empezó la enfermedad y así se afectó también la psique y el cerebro. En otras palabras, la lesión orgánica y el cáncer serían anterior al conflicto. Si esto es cierto, se refutaría la Nueva Medicina, ya que el conflicto biológico es postulado como la causa de la enfermedad; y la causa no puede ir después del efecto.

b) Se cambiaría el concepto del DHS, que por definición es un shock imprevisto y vivido en soledad. ¿Cómo puede una sustancia que dañe el parénquima renal, por ejemplo, causar un DHS relacionado con el líquido sin ningún estímulo externo que lo justifique (ej: estar a punto de ahogarse)?

La Nueva Medicina ha demostrado que los conflictos biológicos de las personas son reales, ocurren ante situaciones concretas del entorno o situaciones internas, pero justificadas en el contexto psíquico del paciente, y no se producen por generación espontánea.

La hipótesis de que la enfermedad empieza en el órgano, y desde ahí se lesiona la psique y el cerebro predice que el DHS (o su equivalente adulterado, en esta hipótesis) pueda producirse espontáneamente o sin ninguna causa externa que explique ese DHS en el contexto subjetivo del paciente. Y esto es contrario a lo descubierto por la Nueva Medicina.

Se podría argumentar que la lesión orgánica hace más susceptible a la psique para recibir un DHS. Esto es posible, pero de allí no se deduce que la enfermedad no empiece por el DHS. Éste debe producirse para que se inicie la enfermedad, haya o no mayor o menor susceptibilidad debido a ciertos factores, como psicológicos, culturales, alimenticios, etc.

Algunos médicos han señalado que esta hipótesis suya solo es aplicable en pocos casos, en donde el paciente si bien tiene el conflicto, no considera que su intensidad sea suficiente para crearles la enfermedad. El problema con esta afirmación de los médicos alternativos es que la Nueva Medicina no señala que el paciente tenga que «considerar» si su intensidad es o no suficiente para su enfermedad. El «juicio» del paciente sobre si su conflicto es suficiente o no para su enfermedad, es una opinión subjetiva; no un hecho biológico, este responde a leyes independientes de la opinión subjetiva de una persona.

El DHS es un shock dramático, inesperado, que nos toma desprevenidos y es vivido en soledad, pero la intensidad del conflicto que se origina de allí es variable, y puede ser considerada de muchas formas por el paciente.

c) La hipótesis invertida de algunos médicos alternativos sobre la relación psique-cerebro-órgano también contradice el sentido biológico de la enfermedad, tal como lo entiende la Nueva Medicina. En efecto, este sentido biológico busca resolver el conflicto, y desde allí resolver la enfermedad. Pero si la enfermedad empieza en el órgano, y el conflicto es solo secundario y posterior… ¿qué sentido tiene la sintomatología? Ayudar a resolver el conflicto no podría ser, porque tal conflicto no puede ser resuelto si no se elimina la lesión orgánica que es por donde empezó la enfermedad y la causó el conflicto también (según la hipótesis adulterada). De ser cierta dicha hipótesis, se estaría refutando la 5ta Ley Biológica.

Lo anterior no demuestra que la «hipótesis invertida» sobre la relación psique-cerebro-órgano sea falsa. Pero sí que es contraria a las Leyes Biológicas. Por tanto, no se puede sustentar dicha hipótesis a la misma vez que se habla de «Leyes Biológicas». Sería una grave contradicción que solo podrá advertir el que conozca bien la Nueva Medicina y sepa qué es y qué no es.

Por razones estrictamente lógicas no se pueden sostener como ciertas al mismo tiempo y en el mismo respecto dos tesis contradictorias, incompatibles o mutuamente excluyentes.

Nuestra opinión es que esa hipótesis adulterada es incorrecta, no solo porque (que sepamos) no existe evidencia alguna que la respalde, sino además porque la evidencia empírica de la Nueva Medicina la contradice. Pero esto es un argumento meramente teórico, que podría ser equivocado. La evidencia, como siempre, debiera ser obtenida por experimentación.

Si los médicos alternativos que sustentan dicha hipótesis logran demostrarla, al menos en un porcentaje de casos, deberíamos concluir:

1) La Nueva Medicina sería parcialmente falsa, ya que solo valdría en los casos en que la enfermedad comience en la psique. No valdía para el resto, porque sus leyes serían inaplicables tal como han sido formuladas.

2) El tratamiento se modificaría sustancialmente.

3) Se aportaría un nuevo conocimiento sobre el origen de la enfermedad y sobre la relación psique-cerebro-órgano.

Animamos a los médicos que sustentan esta hipótesis a que traten de demostrarla empíricamente, ya que de ser cierta se corregiría parcialmente a la Nueva Medicina, y se aportaría un nuevo descubrimiento sobre el origen y tratamiento de la enfermedad.

44) «Como la Nueva Medicina no incluye el efecto placebo, no puede determinar si sus curaciones son productos del placebo o no».

Es falso que la Nueva Medicina no incluya el efecto placebo, y también es falso que sus curaciones se deban al efecto placebo o que no pueda distinguirlas de éste:

1) El que las 5 Leyes Biológicas no mencionen el efecto placebo, no significa que éste no existe y que no sea reconocido por la Nueva Medicina, de la misma manera que el hecho de que la quimioterapia hace caer el cabello tampoco está dentro de la formulación de las 5 Leyes Biológicas, pero eso no implica que ese hecho no sea reconocido ni tomado en cuenta por la Nueva Medicina.

El efecto placebo es un hecho constatado, y como tal es reconocido por la Nueva Medicina, que reconoce todos los hechos científicos, pero los interpreta de forma diferente según el conocimiento de las Leyes Biológicas, en tanto éstas sean aplicables a ese hecho.

Algunas personas parecen creer que la Nueva Medicina reclama algún tipo de exclusividad en el conocimiento, y que todo lo que no esté expresamente contenido en las 5 Leyes Biológicas, no será reconocido. No puedo imaginar un error de razonamiento más grave que éste.

2) Respecto de las curaciones y el efecto placebo, hay que señalar varias cosas:

a) La Nueva Medicina explica, paso a paso, los síntomas y la evolución general de la enfermedad, tanto de su aparición como de su eventual remisión; y las condiciones para que eso se produzca. Esto no tiene nada que ver con el efecto placebo.

b) El efecto placebo no cura las enfermedades; solo hace que algunos de sus síntomas puedan disminuir como consecuencia de sugestión que experimenta el paciente al recibir el tratamiento médico.

En un artículo se define al efecto placebo como: «la reducción de los síntomas como resultado de la percepción de los pacientes de estar recibiendo una intervención terapéutica». Y más adelante se añade: «los estudios con relación a efecto placebo a menudo involucran síntomas de la esfera psíquica, tales como depresión o dolor. Sin embargo, como se mencionó, el efecto placebo se puede traducir en cambios fisiológicos, como la reducción del dolor a través de la liberación de endorfinas, aumento de los niveles de dopamina endógena en pacientes con enfermedad de Parkinson y cambios en el tono de la musculatura bronquial y en el valor de flujo espiratorio máximo en asmáticos».

Como se puede ver, el efecto placebo en tanto disminución de la sintomatología de una enfermedad puede afectar tanto el aspecto psíquico del paciente como su aspecto fisiológico. Pero en este último caso no se produce una curación orgánica de la enfermedad, sino una modificación de sus síntomas por efecto de cambios en la fisiología del paciente inducidos psicológicamente. Pero cambios en la fisiología no es sinónimo de curación de la enfermedad. Recordemos que ésta debe curarse en los tres niveles de psique-cerebro-órgano, y no solo en los órganos.

El efecto placebo, que ha sido bien estudiado por la medicina convencional, no cura las enfermedades, aunque en algunos casos se piensa que ayuda a su curación, y esa es la razón por la cuál los médicos convencionales no lo usan ni como sustituto ni como complemento para tratar enfermedades como el cáncer, la esclerosis múltiple, la diabetes, las enfermedades mentales y genéticas, etc. ¿Qué oncólogo usa pastillas de azúcar para tratar un cáncer terminal mediante el efecto placebo? ¿Qué internista usa la sugestión para inducir, mediante el efecto placebo, la desaparición de la diabetes? ¿Qué médico trata un síndrome de down o una apendicitis con un placebo? No lo usan, porque saben empíricamente que el efecto placebo, como tal, no cura las enfermedades (aunque haga sentir bien al paciente).

Y la razón por la cual el efecto placebo no cura las enfermedades se entiende perfectamente en la Nueva Medicina:

1) Si el conflicto está en Fase Activa, causando por ejemplo un tumor, el efecto placebo no eliminará esa enfermedad por el solo hecho de que el paciente se sugestione o crea que el tratamiento lo curará. Para curarse, necesita resolver el conflicto biológico, con o sin efecto placebo.

Esta es la razón por la cual mucha gente está muy optimista y hasta «se siente maravillosamente bien» después de recibir un tratamiento convencional contra el cáncer, pero aún así fallece. La sola sugestión o sentimiento subjetivo de bienestar no es suficiente para curar, si no hay solución definitiva del conflicto biológico.

2) En la mayoría de los casos las enfermedades son diagnosticadas en Fase de Curación; y si el paciente recibe un placebo y se sugestiona positivamente, esto puede disminuir las probabilidades de hacer nuevos conflictos o reactivar el que ya tenía. Por tanto, en estos casos la Fase de Curación evolucionará sin contratiempos y el paciente se curará. Pero no debido al placebo, como podría pensar erróneamente un observador que desconociera las 5 Leyes Biológicas. De allí que algunos médicos piensen que el efecto placebo puede curar algunas enfermedades.

Este es el motivo por el cual en algunos casos la enfermedad desaparece después de administrar un placebo. No desapareció por el placebo, sino por la finalización de la Fase de Curación que coincidió con la administración del placebo y la sensación de bienestar subjetivo del paciente.

3) Algunas enfermedades y síntomas son especialmente susceptibles al efecto de la sugestión. Un ejemplo son algunas alergias, las cuales son causadas por un raíl o estímulo que reactiva automáticamente el conflicto. Este estímulo puede ser la presencia de un elemento externo o incluso su imagen mental. ¿Ha visto alguna persona con rinitis alérgica como siente incomodidad en la nariz con el solo pensar en el polen, el polvo o un olor particular?

También en el caso de los dolores, la sugestión positiva puede ser particularmente eficaz para soportarlos mejor.

La medicina convencional está investigando actualmente el mecanismo del placebo. Se cree que puede obedecer a la estimulación de ciertos neurotransmisores que se produce por el cambio del estado de ánimo del paciente o a cuan activa esté un área del cerebro al anticipar un cierto beneficio o recompensa.

Pensamos que las Leyes Biológicas deberían ser tomadas en cuenta en estas investigaciones para descartar los casos en los cuales la propia intervención médica resuelva el conflicto o actúe sobre él de algún modo y produzca modificaciones específicas y objetivas en la enfermedad que serán, erróneamente y por desconocimiento de la Nueva Medicina, ser atribuidas al efecto placebo. De esta forma, podría aislarse mejor el efecto fisiológico real del placebo no interferido por el estado conflictual del paciente.

45) «Los Focos de Hamer pueden tratarse directamente en la Fase Activa del conflicto mediante medicina energética, como lo hace la Neurosintergética».

Según tengo entendido, la Neurosintergética forma parte de la Sintergética Médica, que es una propuesta terapéutica derivada de la Bioenergética Médica, en la cual se integran y sintetizan todos los tipos de terapias y teorías médicas (incluyendo la Nueva Medicina).

Según el creador de esta propuesta: «es tan importante la auténtica sanación emocional que en más de veinticinco años de práctica clínica he llegado a la convicción de que en el núcleo de la inmensa mayoría de las enfermedades crónicas hay un conflicto emocional no resuelto».

Y más adelante añade: «un shock traumático emocional que se vive sin la protección amortiguadora de una red de soporte emocional adecuada incide sobre la energía y la función del órgano respectivo, así como en su representación cerebral inmediatamente».

Y sobre la Neurosintergética, un conocedor de esta disciplina la define como: «una nueva visión práctica del sistema nervioso y la unidad psique-cerebro-soma». Y más adelante señala expresamente: «revisaremos las 5 Leyes de la Nueva Medicina de Hamer y retomaremos sus propuestas con el enfoque sintergético, para concluir con el desarrollo de técnicas y protocolos que nos permitirán acceder a una práctica clínica integral».

Es evidente entonces que los seguidores de la Sintergética han incorporado a su disciplina las 5 Leyes Biológicas.

No tenemos ninguna evidencia de que ellos pueden tratar, eficazmente y con métodos «energéticos», los Focos de Hamer durante la Fase Activa del conflicto biológico. No se me mal entienda: no digo que eso sea falso, sino sólo que no tengo evidencias de que eso sea así. Por tal motivo, no puedo expresar ninguna opinión informada sobre ese asunto.

Dejo que el lector, según su conocimiento y experiencia, juzgue la verdad o falsedad o la verosimilitud de esa afirmación sobre la eficacia de la Neurosintergética para tratar directamente los Focos de Hamer.

Lo que sí debe tener claro el lector es que esos métodos sintergéticos, si bien usan las Leyes Biológicas, no realizan el tratamiento tal como éste se emplea en la Nueva Medicina. En otras palabras, la Nueva Medicina no tiene relación alguna con la Sintergética, excepto en el hecho de que muchos sintergéticos han incorporado aspectos de la Nueva Medicina en su práctica clínica.

46) «He leído en algún sitio que el Dr. Hamer menciona algo sobre los test del SIDA y el esmegma del prepucio».

En efecto, el Dr. Hamer ha señalado que los test del VIH, cuya fiabilidad ha sido cuestionada por algunos científicos, pueden dar resultados positivos debido a una reacción antígeno-anticuerpo que se produce, en ciertas condiciones, ante la presencia del esmegma del prepucio (que no existe en personas circuncidadas).

No dispongo de detalles exactos sobre este punto específico, ni cómo el Dr. Hamer llegó a esa conclusión. Pero vale la pena mencionar que recientemente algunos estudios de la medicina convencional han «descubierto» una relación entre la circuncisión y un menor riesgo de «infectarse» por el VIH. En una nota de prensa se menciona: «los hombres circuncidados tienen un riesgo un 70% más bajo de contraer el virus del SIDA mediante una relación sexual con una mujer infectada, según un estudio realizado por científicos franceses y sudafricanos».

Ante este hecho se han postulado diferentes hipótesis, según dicha nota de prensa: «hay varias teorías biológicas que explicarían por qué la circuncisión evita el contagio. Una de ellas es que el tipo de células consideradas la puerta de entrada del VIH se encuentran en el prepucio». Más adelante se señala: «otra teoría es que en lugar de actuar contra el VIH directamente, la circuncisión ayuda a prevenir otras enfermedades de transmisión sexual que se sabe que facilitan la infección por el VIH».

Más recientemente, la Organización Mundial de la Salud ha apoyado el uso de la circuncisión como medida preventiva contra la infección del VIH. En un artículo se señala: «La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la agencia de Naciones Unidas contra el SIDA (ONUSIDA) dijeron que la circuncisión debería ser añadida a las intervenciones actuales para reducir la difusión del VIH.» Y más adelante: «tres pruebas en África mostraron que la circuncisión reducía a la mitad la tasa de infección de VIH en hombres heterosexuales».

¿Será realmente que la circuncisión disminuye el riesgo de infectarse por el VIH?; o más bien, ¿será que la circuncisión evita la reacción antígeno-anticuerpo que da lugar a que los tests del VIH salgan positivos? Este asunto añade un elemento adicional a la controversia científica que rodea al tema del SIDA, y que debería ser investigado.

47) «¿Por qué el Dr. Hamer se opone al uso de la quimioterapia para el cáncer?»

Por varias razones:

1) Porque la quimioterapia se basa en el desconocimiento de las Leyes Biológicas. Éstas cambian completamente la comprensión de la enfermedad y de cómo tratarla.

2) Porque al descubrir la Nueva Medicina, la quimioterapia se hace innecesaria y puede ser incluso perjudicial.

3) Porque la quimioterapia provoca efectos secundarios graves, algunos de ellos de por vida. Y esto también propicia nuevos conflictos biológicos y «metástasis». Un ejemplo: en un artículo se describe que los efectos de la quimioterapia sobre el corazón son de por vida: «hasta ahor, se conocía que los fármacos de quimioterapia que se emplean para tratar el cáncer tenían efectos sobre el tejido cardíaco, pero no se sabía cuánto tiempo permanecían. Un seguimiento de 22 pacientes revela que los efectos sobre el corazón se agravan con el paso del tiempo» Y más adelante: «El informe aconseja a todas las personas que hayan sido tratadas con este tipo de fármacos deberían mantener vigilada su función cardiaca de por vida».

Y estos efectos son algo que la medicina convencional reconoce expresamente: «aún cuando muchos de los efectos secundarios desaparecen con bastante rapidez, algunos toman meses o años para desaparecer por completo. Algunas veces los efectos secundarios pueden durar toda la vida; tal es el caso cuando la quimioterapia causa daño permanente al corazón, los pulmones, los riñones o a los órganos reproductores. Ciertos tipos de quimioterapia ocasionalmente causan efectos retrasados, como un segundo cáncer, que aparece muchos años después».

4) Porque los «éxitos» de la quimioterapia se hacen tomando en cuenta la reducción del cáncer en el órgano, pero sin tomar en cuenta lo que ocurre a nivel de la psique y a nivel del cerebro, los cuales también participan en la enfermedad. Con la quimioterapia han habido manipulaciones estadísticas, al considerar curada a la persona si ésta continua viva más de cinco años después del diagnóstico; aunque muera tiempo después de una «recaída» ese mismo cáncer.

Por ejemplo, en la Nueva Medicina se sabe que quimioterapia es más «eficaz», en el sentido de reducir los tumores, en aquellos tipos de cánceres que aparecen en la Fase de Curación (como linfomas), ya que en estos casos la quimioterapia interrumpe artificialmente la Fase de Curación, y eso es interpretado positivamente por los médicos convencionales, ya que desconocen las Leyes Biológicas. En estos casos, si el paciente no entra en pánico ante los efectos secundarios de la quimioterapia o por el diagnóstico o si por cualquier motivo no hace nuevos conflictos, probablemente se curará de su enfermedad, puesto que ya estaba en vías de curación, pero no por efecto de la quimioterapia. De allí que estos cánceres tengan buen pronóstico, aunque sean pronósticos basados en manipulaciones estadísticas.

Mis lectores saben que he usado como ejemplos casos de artistas y cantantes fallecidos de cáncer, ya que son referentes comunes para todos los lectores y sus casos son conocidos por todos, y cómo algunos de ellos fueron considerados «curados» de su enfermedad, para después «recaer» de ella (lo que demuestra que no estaban «curados»). He citado el ejemplo de la cantante colombiana Soraya, quien a pesar de tener aparentemente todo en su favor (juventud, diagnóstico precoz del cáncer, información abundante de medicina convencional, etc.) fue considerada «curada» para después fallecer de cáncer.

En una entrevista Soraya señala: «tenía 31 años cuando me dieron el diagnóstico. Descubrí el tumor durante en auto examen. Fue la luz roja que hizo que fuera al médico y que en definitiva salvó mi vida. Si no lo hubiera detectado, ¿quién sabe qué habría pasado?» Y más adelante agrega: «decidí mantenerme lo más informada posible. Más adelante encontré mi camino en Susan G. Komen Breast Cancer Foundation. Tienen una línea gratuita, 1-800-IM-AWARE».

Luego Soraya señala algo que para un lector conocedor de la Nueva Medicina es una pista importante para conocer su verdadero estado de salud, no sólo basado en el diagnóstico convencional de cáncer: «pero no puedo sentarme aquí y decirque fue sólo un susto. No fue sólo un susto. En algunos momentos los desafíos fueron realmente increíbles. Pero sabía que el sufrimiento físico que tenía que padecer era un medio para llegar a un fin. Bastaba que me imaginara que estaba mejor para saber que era posible. Si te puedes imaginar que te levantas de la cama y sales afuera y corres con tus hijos o juegas con tus perros o que vas a dar una caminata, entonces puedes mejorar».

Como sabemos, Soraya falleció en el 2006 de cáncer. Aparentemente, ella era consciente de que fallecería a juzgar por estas palabras, señaladas en un artículo: «mi historia física puede llegar a su fin, pero estoy segura de que la que existe en el corazón de ustedes seguirá presente por la eternidad. Confío en que mi existencia dejará huella en la vida de ustedes beneficiando en un futuro a muchas mujeres y que la luz de mi vida iluminará la de muchas familias más».

Esta conmovedora y dramática historia es un ejemplo más de lo que han pasado, pasan y pasarán miles de seres humanos enfermos de cáncer en el mundo. Y aunque estoy seguro de que estos casos conmueven y hasta indignan a la mayoría de los lectores que reflexionen en serio sobre este asunto, de lo que se trata es de que aportemos un granito de arena para poner fin a esta tortura.

En el caso de Soraya, alguien podría pensar: «pero es que Soraya tenía una herencia de cáncer, su madre, abuela y tía padecieron y murieron de cáncer; y eso era un factor en su contra». El discutible caracter hereditario de algunos canceres de seno lo que determina, según la medicina convencional, es una gran dificultad en la prevención de dicho cáncer, pero no afecta la eficacia del tratamiento. Como lo explica la oncóloga Dr. Keneth Loaciga en una entrevista, ante la pregunta de si se pueden prevenir estos cánceres: «no se puede prevenir, lo que sí es detectarlo tempranamente para tratarlo de la forma adecuada, con la menor cantidad de cirugías posibles, y obtener los mejores resultados». Por tanto, el carácter supuestamente hereditario de algunos cánceres de seno (que es el que se piensa sufrió Soraya) sólo es un factor de riesgo para padecerlo, pero no un factor que afecte negativamente su pronóstico. Por lo que eso no pudo haber sido la causa del fracaso de su tratamiento y de su muerte.

Por todas estas razones es que el Dr. Hamer se opone a la quimioterapia y otras formas de tratamientos convencionales contra el cáncer.

48) «Yo no tengo formación académica ni sé nada de ciencias. ¿Puedo aprender, para fines informativos, los principios de la Nueva Medicina con esas deficiencias?»

Por supuesto que sí. Si bien lo ideal es que la Nueva Medicina sea aprendida y aplicada por médicos y profesionales de la salud, ya que su trabajo es precisamente el tratamiento profesional de los enfermos, también podría y debería ser aprendida y perfectamente comprendida por cualquier persona sin importar su nivel cultural o intelectual.

Lógicamente, mientras menos formación se tenga en ciencias biomédicas, más difícil será entender o comprender algunos de los conceptos. Pero el sentido general puede ser fácilmente captado en la mayoría de los casos por cualquier persona.

En todo caso, NO hay que avergonzarse ni subestimarse por no tener alguna formación académica. Una formación académica o universitaria elevada NO garantiza comprensión ni entendimiento en temas distintos al ámbito de formación especializada. De hecho, en muchos casos más bien tiende a consolidar prejuicios, a reforzar el ego, a magnificar la propia capacidad y a exacerbar el orgullo propio, que no son precisamente las cualidades de una persona que quiere aprender algo nuevo. Tampoco garantiza la inteligencia ni la buena fe. Esta última tiene que ver con la calidad moral de la persona, no con sus títulos académicos.

El conocimiento es una cuestión de grados; y el aprendizaje es un proceso continuo en el que todos participamos constantemente, por lo que todos estamos en algún punto de ese camino sin fin.

Puedo ofrecerle algunas recomendaciones por si tiene interés en indagar más a fondo y de forma seria sobre las 5 Leyes Biológicas, aún cuando no se sienta preparado para ello:

1) Clarifique los conceptos básicos de la Nueva Medicina. En especial los conceptos de DHS, conflicto biológico, Fase Activa, Fase de Curación, Foco de Hamer, etc. También clarifique mediante un buen diccionario otros conceptos que no entienda.

2) Aprenda un poco de lógica. No es necesario que se obsesione con ese tema, la lógica es solo una herramienta, no un fin en sí mismo. Algunas personas a veces toman en cuenta solo el aspecto lógico formal de las cosas, pero minimizan o ignoran otros factores no-lógicos de la vida como las emociones, los intereses, las impulsividades y fallas humanas, los prejuicios, las motivaciones, etc., que pueden ser determinantes para entender correctamente muchas situaciones humanas.

Esto le permitirá organizar mejor y de forma más rigurosa su pensamiento, minimizar y detectar las fallas que éste pueda contener. También le permitirá entender como se conectan las diferentes partes de la Nueva Medicina, su coherencia interna y su ámbito real y posible de aplicación.

3) No cometa el error de quedarse solo con la forma de un razonamiento o con el aspecto superficial del tema, ya que lo importante es el contenido, la información que transmite, su valor de verdad o de utilidad. Una verdad puede ser defendida con malos razonamientos o de forma incorrecta o superficial; y una mentira puede ser justificada con todo tipo de recursos lógicos y artificios, de frase eruditas en latín, de razonamientos complejos, de citas de expertos y de toda una puesta en escena frecuente en muchos impostores intelectuales.

4) Lea varias veces el material, hasta que considere que lo ha comprendido bien y ha captado su aspecto esencial.

5) Saque siempre sus propias conclusiones de lo que ha leído; no deje que nadie interprete los hechos por usted. No permita que traten de forzarlo a ver el tema desde un determinado ángulo o a que lo interprete de una determinada forma. Piense siempre por usted mismo sobre el tema y no se deje manipular.

6) Use una buena dosis de sentido común al analizar el tema.

49) «Los teoremas y teorías de Hamer no son falsables, debido a que son tautologías».

Esto es falso. Esto es afirmado casi siempre por médicos convencionales que desconocen la Nueva Medicina o por personas que no teniendo un conocimiento exacto o estando prejuiciada en contra ella buscan difundir falsedades y desinformar al público. Casi siempre esta táctica es usada para justificar el no someter a contrastación a la Nueva Medicina («no se puede verificar porque es inverificable») y descalificarla a priori. De esta forma, logran hábilmente que la Nueva Medicina no sea tomada en serio por otros científicos y no sea sometida a contrastación empírica, con lo cual se acabaría allí el debate científico sobre ella.

Veamos primero algunas definiciones:

1) El DRAE define el concepto falsable de la siguiente forma: «dicho de una proposición: que puede ponerse a prueba y ser desmentida por los hechos o por un experimento adverso».

En otras palabras, una proposición es falsable si es susceptible de ser refutada empíricamente; si es posible concebir algún hecho que, de ocurrir, demostrara que la proposición es falsa. No hay que confundir «falsable» con «falsa».

2) El DRAE define como tautología: «repetición de un mismo pensamiento expresado de distintas maneras».

Desde un punto de vista lógico, una tautología es: «aquella proposición cuya tabla de verdad da siempre el valor de verdad V en todos los casos posibles de los valores de verdad (V, F) de cada una de las proposiciones que la integran o de un modo más sencillo: la supuesta explicación de algo mediante una perogrullada, la «explicación» o definición de algo mediante una ligera variación de palabras que tienen en conjunto el mismo significado ya conocido de lo supuestamente explicado. Por ejemplo: «existe el calor porque lo provoca el calórico».

Como se puede ver, la tautología es por definición siempre verdadera; luego, no puede ser nunca demostrada falsa por los hechos. Esto es: no es falsable.

La Nueva Medicina es falsable, es refutable si ocurren una serie de hechos, que según las Leyes Biológicas no pueden ocurrir. Por tanto, la Nueva Medicina no es tautológica porque su verdad depende de que los hechos la confirmen o no la refuten. La refutación es siempre posible, en el sentido de que es posible concebir con exactitud qué hecho concreto la refutaría.

Veamos algunos ejemplos:

1) En el caso de un carcinoma de cuello de útero existirá siempre en el cerebro un Foco de Hamer visible en forma de edema en el lóbulo temporal izquierdo. ¿Cómo se puede falsar esta afirmación? Encontrando una paciente con carcinoma de cuello de útero que no tenga el correspondiente edema cerebral visible en la tomografía cerebral.

2) La afirmación de que a cada capa embrionaria de cada órgano le corresponde un Foco de Hamer localizado en una zona concreta del cerebro (en caso de conflicto biológico y enfermedad) puede comprobarse mirando X número de pacientes con una enfermedad en un órgano determinado, y ver si tiene en el cerebro el Foco de Hamer correspondiente.

3) La afirmación de que los órganos de origen endodérmico, para ser más exacto, la parte endodérmica de los órganos proliferan durante la Fase Activa del conflicto puede ser comprobada examinando si el paciente está en simpaticotonía, si el Foco de Hamer presenta forma de «diana» (círculos concéntricos) y si en el órgano se está desarrollando un tumor. De no ocurrir esto, la afirmación de la Nueva Medicina sería refutada por los hechos.

Esto mismo vale para cualquier otra afirmación o proposición que se deduzca de las Leyes Biológicas. En algunos casos, en el nivel de la psique la comprobación no es directa pero sí indirecta. Por ejemplo, en el caso de la enfermedad de un recién nacido o de un perro, el conflicto biológico no podrá determinarse solo «preguntándole al paciente» y el investigador no podrá «verlo», ya que se trata de una experiencia subjetiva del recién nacido o de un animal, a la que el investigador no puede acceder con preguntas ni el paciente relatar. Pero sí puede comprobarlo a nivel cerebral: en todos los casos el paciente tendrá el Foco de Hamer en la localización que corresponde al conflicto biológico y a la enfermedad.

En este caso la dificultad de verificar el nivel de la psique no es una falla de la Nueva Medicina, sino una limitación propia de los métodos de indagación: no se conoce forma alguna de «leerle» la mente directamente al recién nacido o al perro para que nos diga su conflicto; éste tendremos que inferirlo a partir de su manifestación cerebral que la Nueva Medicina señala como correlativa para ese conflicto específico y que ha sido verificada en otros casos donde el conflicto si pudo conocerse; del comportamiento del animal y las circunstancias de su entorno; y de otros elementos comprobables que la Nueva Medicina nos dice que deben estar en cada caso, según el tipo de enfermedad y conflicto.

Se podría argumentar que en esos casos, donde no se puede comprobar directamente el nivel de la psique, sino solo su correlación cerebral, se está «presuponiendo» la existencia de un conflicto y no comprobándose empíricamente en forma directa. Esto es cierto, pero no olvidemos que la Nueva Medicina ya ha comprobado previamente la existencia de los conflictos biológicos y su correlación cerebral y orgánica. El Dr. Hamer descubrió primero los conflictos biológicos y su relación con los órganos, y sólo después descubrió los Focos de Hamer, por lo que es válido inferir lo que ocurre en un nivel (ej: en la psique) si se conoce alguno de los otros dos niveles. Por ejemplo: sabiendo el conflicto o el cáncer en el órgano, se puede saber en qué parte del cerebro estará el Foco de Hamer, aún cuando no se disponga de una TAC cerebral para constatarlo.

El que por circunstancias específicas y excepcionales del paciente concreto no sea posible constatar un nivel en forma directa e independiente, no impide que pueda constatarse indirectamente mediante el examen de los otros dos niveles y de otros hechos que la Nueva Medicina predice que deben estar, en correlación necesaria con el nivel que no es accesible.

En conclusión, las afirmaciones que hace la Nueva Medicina no son tautológicas; y sí son empíricamente falsables, es posible someterlas a contrastación empírica para determinar si al confrontarse con los hechos se confirman o se refutan.

50) «¿Por qué Hamer usa términos como «presa», «nido», «territorio» o similares? ¿No dificulta eso la comprensión de la Nueva Medicina, creando confusiones innecesarias?»

La razón por la que el Dr. Hamer usa esos términos es porque ellos son los más adecuados y exactos para describir el contenido biológico del conflicto, en una forma que valga para todos los seres humanos y en general para el resto de seres vivos, modificado esto último por la especie biológica de que se trate.

Si el conflicto es biológico, lo lógico es que se defina y conceptualice en términos biológicos o relacionados con la Biología, con la historia evolutiva de los seres vivos, y con el comportamiento natural de los miembros de la especie en cuestión; y no en otros términos (económicos, culturales, matemáticos, físicos, jurídicos, filosóficos, etc.)

Es cierto que algunos de estos conceptos pueden ser difíciles de captar o entender fácilmente por un lector casual o que no conozca la Nueva Medicina, ya que tales conceptos no forman parte del uso normal del lenguaje que emplea la persona en el día a día. ¿Qué persona usa constantemente los términos de «presa», «nido» o «territorio», para referirse a objetos y situaciones diarias de su vida?

Sin embargo, la función del científico al investigar un tema, especialmente cuando descubre fenómenos nuevos (antes desconocidos), es tratar de definirlos en términos que se correspondan con exactitud y precisión con lo observado, y no en términos de lenguaje corriente o de sentido común. Al científico le interesa comprender y definir con precisión los fenómenos estudiados, más que el hecho de que el común de las personas entiendan o no estos términos. Por este motivo, al común de las personas les es difícil comprender los términos técnicos de las diferentes disciplinas académicas respecto de las cuales no estén familiarizados.

También, cuando se descubren nuevos fenómenos que antes nadie sabía que existían, es frecuente que se creen nuevos términos para describirlos, precisamente para no usar los conceptos habituales y anticuados, cargados de significados erróneos o inaplicables al fenómeno en cuestión, que puedan generar confusiones innecesarias al mezclar los significados comunes y corrientes con los nuevos significados provenientes de la nueva ciencia o disciplina. Sobre todo si la nueva teoría es revolucionaria en su planteamiento y rompe con el conocimiento aceptado o establecido, el uso del lenguaje común para describir fenómenos nuevos tendría efectos potencialmente desastrosos.

Si bien es cierto que los conceptos de «territorio», «presa» o «nido» no son en sí mismos conceptos nuevos, sí es nueva la forma en que se usan en la Nueva Medicina. Por ejemplo: en expresiones como «conflicto de nido», «conflicto de territorio», etc; que tienen un significado específico y concreto.

Es responsabilidad de cada persona interesada en profundizar en un tema particular, el esforzarse por comprender los conceptos básicos y técnicos (la jerga particular) usados en esa disciplina, para familiarizarse con el «lenguaje» en ella empleado y entender bien lo que quiere decir. Esta operación es lógicamente previa al intento de contrastar o verificar lo afirmado por dicha disciplina: es difícil determinar si es correcta o no, si previamente no se ha comprendido lo que quiere decir y a qué se aplica.

Pero también es responsabilidad del científico cuando actúa como divulgador de una teoría, explicarla en la forma más sencilla que pueda, sin sacrificar el rigor, para facilitarle la comprensión a las personas ajenas a dicha teoría o que se inician en ella.

Sin embargo, los malentendidos son inevitables y no pueden ser eliminados del todo o respecto de todas las personas. Una buena parte de la gente saca conclusiones apresuradas y superficiales, basadas en una información insuficiente o tergiversada, en prejuicios y en reacciones emocionales. Al ser esto una condición limitante, desde un punto de vista intelectual y personal de algunos lectores, es casi imposible evitar que haya algún malentendido.

En la Nueva Medicina no estaría de más que se escribiera un «Diccionario técnico», en donde se explicaran en detalle, y con ejemplos si es preciso, cada uno de los términos y definiciones usados en ella. Esto sería de una gran ayuda para las personas interesadas en profundizar en los diversos aspectos de este nuevo descubrimiento.

Esta sección fue tomada del antiguo blog de la Nueva Medicina de «GNM» y contiene las 75 preguntas más comunes que se hacen sobre las 5 Leyes Biológicas. Veamos la introducción de su autor:

«Me gustaría analizar en este artículo algunas de las frases, pensamientos e ideas, que surgen en la mayoría de personas que aprenden por primera vez algo sobre la Nueva Medicina. En algunos casos, estas ideas surgen por una mala comprensión del tema, derivada de una deficiente explicación o de una lectura o reflexión superficial sobre el asunto o del prejuicio inducido adrede por las falsedades, omisiones selectivas, medias verdades o tergiversaciones inteligentemente vertidas en algún artículo propagandístico contra la Nueva Medicina. Espero aportar algo de luz sobre el tema».
51) «¿La Nueva Medicina presupone la visión neo-darwinista de la evolución u otras teorías como la neo-lamarckistas?»

En nuestra opinión, hay que anotar los siguientes aspectos:

a) La evolución biológica es un hecho y la Nueva Medicina lo confirma, ya que el descubrimiento de las Leyes Biológicas solo es posible si se comprende la evolución de los seres vivos. Este contexto evolutivo es el que permite comprender el origen de la «enfermedad» y sobre todo su sentido biológico.

b) El hecho de la evolución puede ser explicado por diferentes teorías. La teoría actualmente aceptada por la comunidad científica es la teoría sintética de la evolución. Pero esta teoría no ha escapado a las críticas de algunos autores y de científicos, no solo de partidarios del «creacionismo», como erróneamente creen algunos.

c) En nuestra opinión, la Nueva Medicina es en principio compatible con cualquiera de estas teorías científicas; aunque es cierto que algunos estudiosos han considerado y argumentado que una visión neo-lamarckista, derivada de algunos hallazgos recientes, es más idónea para la correcta fundamentación teórico-biológica de la Nueva Medicina.

Pensamos que la validez, comprobación y aplicación práctica de la Nueva Medicina no depende de ese debate teórico sobre la teoría de la evolución. La Nueva Medicina puede ser contrastada y aplicada clínicamente en base a sus propias leyes biológicas, sea cual sea el enfoque teórico que en el contexto de una explicación científica de la evolución se le quiera dar.

52) «La Nueva Medicina nunca podrá ser reconocida mientras solo sea conocida por una minoría. Y esta condición de minoría, desde un punto de vista social, ya es contraria a su aceptación por la sociedad e incluso puede producir un cierto rechazo hacia ella».

Esto es parcialmente cierto. Precisamente por eso es por lo que muchos partidarios de la Nueva Medicina buscan su reconocimiento oficial mediante una verificación científica que sea reconocida por la comunidad científica, ya que esto haría que fuera oficialmente aplicada a gran escala y de forma abierta y pública. Pero mientras eso no ocurra, es verdad que solo podrá ser conocida y aplicada por una minoría.

En general las minorías son mal vistas por la sociedad por razones socio-culturales, y por otros motivos que no discutiremos aquí. Algunas minorías son particularmente rechazadas y despreciadas, como lo prueban algunos estudios científicos, lo que agrava e intensifica aún más el resentimiento, excentricidad, hostilidad, radicalidad y fanatismo de algunos miembros de estas minorías, su conducta quasi-sectaria, refractaria y excluyente, y una búsqueda incesante y a veces agresiva e insolente, de reconocimiento y aceptación social. O en su defecto, la creencia de que su condición de minoría los hace miembros de alguna «élite» privilegiada que los coloca por encima del mortal común. Esto crea un círculo vicioso que hace que su rechazo aumente y se consolide. Como he dicho, este es un fenómeno sociológico muy interesante, pero que no será examinado aquí.

Menciono esto porque no creo que la Nueva Medicina se encuentre en esta situación, toda vez que la medicina convencional si bien es la oficialmente «reconocida», no es objeto de una aceptación general por parte de la población. Aunque la usen debido a diversos mecanismos de presión social, en especial el miedo colectivo y la propaganda. Esto ha hecho que muchas de las llamadas medicinas alternativas y complementarias sean escogidas como primera opción por una gran cantidad de personas.

En un artículo se señala: «según la última encuesta general sobre el uso de la medicina complementaria y alternativa por parte de los habitantes de los Estados Unidos, el 36% de los adultos del país usa alguna forma de medicina complementaria y alternativa. Si se incluyen la terapia megavitamínica y el rezo por motivos de salud en la definición de medicina complementaria y alternativa, el porcentaje asciende al 62%».

Es evidente que algún problema debe existir en la medicina convencional ante los ojos del público, que hace que la gente opte por alternativas médicas.

Aunque no considero a la Nueva Medicina como una medicina alternativa ni complementaria, ya que no concibo como se puede tener alternativas a 5 Leyes Biológicas naturales, podemos extrapolar estos datos a la Nueva Medicina también, en el sentido de que ésta podría ser aceptada por una gran cantidad de personas, siempre que fuera ampliamente conocida (aun cuando no fuere oficialmente reconocida).

Por ese motivo, no creo que la Nueva Medicina sea considerada como parte de una «minoría», en el sentido socio-cultural de este concepto, por el hecho de no ser reconocida. Aún cuando no fuere oficialmente reconocida, podría no ser minoría, sino ser aceptada y vista con buenos ojos por gran cantidad de la población que la conozca correctamente.

La anterior reflexión, como es lógico, no niega la necesidad de que la Nueva Medicina sea oficialmente reconocida. Por el contrario, la verificación oficial, pública, abierta y honesta es el objetivo final. Solo así estará a disposición del público para ser usada masivamente por toda la población y para que toda persona pueda libremente beneficiarse de ella bajo la asesoría y cuidado de médicos debidamente preparados.

53) «¿Puede una persona curada con la Nueva Medicina recaer de su enfermedad? De ser así, ¿cómo podría evitarlo?»

Sí puede, e incluso tiende a ocurrir en un porcentaje de casos, aún cuando el paciente conozca la Nueva Medicina. Pero esto solo ocurre cuando:

a) El paciente reactiva el conflicto biológico inicial, lo que ocurre con alguna frecuencia cuando no se han resuelto todos los raíles o situaciones externas que recuerda el conflicto.

Veamos algunos ejemplos:

– Una mujer que haya padecido cáncer de seno debido a un DHS relacionado con la pareja, puede en un futuro reaccionar de la misma forma y reactivar el conflicto ante cualquier evento difícil o problema con la pareja. En este caso, no se requiere de un DHS con la intensidad inicial, porque el psiquismo reacciona casi automáticamente, de forma «alérgica» ante una circunstancia igual o muy similar a la que le causó la enfermedad original.

– Una persona que haya sufrido de un linfoma producto de una desvalorización leve puede en un futuro ante eventos o situaciones que pongan a prueba su propia valoración, reaccionar con una nueva desvalorización que se produce casi en forma automática como reacción a la circunstancia.

– Una persona que haya hecho un conflicto de miedo a la muerte, debido por ejemplo a un diagnóstico de SIDA, tenderá a reaccionar con ese conflicto biológico cada vez que el tema del SIDA sale a relucir sobre su persona o cada vez que tiene algún síntoma que ella interpreta como propios del SIDA.

Esto mismo es aplicable en principio a cualquier otro tipo de enfermedad. En estos casos se trata del mismo conflicto, pero «reactivado».

También puede ocurrir que el conflicto biológico original no se reactive, sino que sea un nuevo conflicto del mismo tipo el que produzca la aparente «recaída». Los médicos convencionales no distinguen esto porque solo valoran el nivel orgánico; sin embargo, para la Nueva Medicina es importante esta distinción, ya que ello condiciona el tratamiento.

En algunos casos, estas recaídas son más difíciles de tratar que la enfermedad original. Esto debido a que la psique del paciente tiende a estar más sensibilizada, y es posible que el pánico aparezca.

A nivel cerebral el Foco de Hamer que fue reparado cuando se curó la enfermedad la primera vez puede haber dejado una mayor sensibilidad y debilidad física en esa área concreta del cerebro a la hora de enfrentar un nuevo edema de curación en ese relé cerebral. Este efecto aumenta cuando el paciente ha recibido quimioterapia.

A nivel del órgano las alteraciones que en él se hayan producido y los tratamientos empleados, si es que se usaron, pueden hacerlo más susceptible y menos apto para biológicamente resistir una nueva Fase de Curación.

Este hecho, cuya comprensión es vital, ya demuestra que la Nueva Medicina confronta a nivel terapéutico una serie de desafíos en los casos concretos. Por ese motivo es imprescindible que la Nueva Medicina sea empleada por médicos y terapeutas bien entrenados, y que además tengan una gran calidad y comprensión humana que le permita una relación armoniosa con sus pacientes.

b) Cuando el paciente realiza otros conflictos biológicos, no relacionados con el conflicto inicial, pero interpretados por los médicos convencionales como «recaída» de la enfermedad primaria.

c) ¿Cómo evitarlo? No existen fórmulas que apliquen a todos los casos, porque cada paciente es diferente y reacciona a las circunstancias en formas diferentes. Solo podríamos mencionar algunas cosas que aumentan las probabilidades de que eso no ocurra:

1) Conocer bien las Leyes Biológicas. Esto no garantiza que no pueda recaerse en la enfermedad, pero sí disminuye la probabilidad de que eso ocurra. La razón es que el paciente no interpretará los síntomas de su enfermedad como algo mortal, y sabrá qué conflicto le está causando el problema.

En algunos casos, y aunque parezca paradójico, algunas personas que conocen la Nueva Medicina se desesperan si no pueden resolver el conflicto biológico. Y esta desesperación puede convertirse en un nuevo conflicto, por ejemplo: de miedo a morir si no resuelven el conflicto y en un agravamiento de la enfermedad. Pero esto solo se ha visto en casos excepcionales.

Lo que sí se ha visto y se ve con frecuencia es que la persona no logre resolver el conflicto, aún cuando lo tenga identificado. Esto constituye en la práctica un serio problema, porque en algunos casos dicho conflicto puede llevar a la muerte.

Este hecho demuestra que el conocimiento intelectual de la Nueva Medicina no implica que se sea más capaz para evitar o resolver los conflictos biológicos. La razón es que los conflictos biológicos son evolutivamente arcaicos, involucran programas biológicos ancestrales que se perfeccionaron mucho antes de que apareciera el intelecto humano.

Simplemente, el conocimiento intelectual o teórico de la Nueva Medicina aumenta considerablemente las probabilidades de curación, porque permite identificar la causa y tratarla.

2) Cuando el paciente no tiene miedo y no se ha tratado con terapias agresivas su organismo podrá responder mejor, e incluso de forma óptima al proceso de enfermedad, tanto a nivel psíquico, cerebral y orgánico.

La Nueva Medicina no es una ciencia que prometa milagros. No garantiza curaciones en todos los casos, ni garantiza que el paciente no tendrá jamás nuevos conflictos y será inmune a las enfermedades. Sin embargo, ofrece el conocimiento y el plan de acción para aumentar considerablemente las probabilidades tanto de evitar la enfermedad como de curarla cuando ésta se produzca, así como de evitar las recaídas.

54) «¿Es la Homeopatía compatible con la Nueva Medicina? ¿Podrían usarse conjuntamente o de forma complementaria?»

Sobre la Homeopatía solo puedo hacer una consideración general y no un análisis detallado, ya que no la conozco en profundidad. Argumentaré mi opinión y dejaré que el lector saque sus conclusiones.

Mi opinión es que en el caso de los medicamentos, del tipo que sea, éstos deberían testarse en experimentos a doble ciego, donde se controle el efecto placebo, y determinar así la eficacia real del medicamento en cuestión.

Precisamente esta es una de las críticas más frecuentes a la Homeopatía: que es solo un placebo. Sin embargo, la realidad es que existen investigaciones científicas controladas y a doble ciego en donde la Homeopatía produce resultados claramente superiores al grupo de control (al que se le administró el placebo) en algunas enfermedades. El problema es que también existe evidencia contraria que señala que los tratamientos homeopáticos no superan el placebo. Existe evidencia contradictoria, de la cual no se puede sacar ninguna conclusión, excepto que no hay una evidencia científica concluyente a favor de la Homeopatía, al menos, en el sentido científico del término. Otro aspecto que tiene en su contra es que sus principios teóricos son, real o aparentemente, contrarios a muchos principios científicos (especialmente químicos) aceptados y reconocidos en la ciencia actual.

En mi opinión, la falta de evidencia sólida y constante, más unos principios real o aparentemente incompatibles con el conocimiento científico reconocido actualmente (más otros factores, quizás no-científicos) es lo que ha llevado a que la Homeopatía no sea aceptada, y a que incluso se le considere una «pseudociencia» o una ciencia «patológica» Estos conceptos son usados muchas veces de forma arbitraria, superficial y a la ligera por personas con solo un conocimiento diletante y aficionado sobre la ciencia y sus problemas filosóficos y teóricos; y son aplicados tales conceptos indiferentemente a toda teoría no reconocida científicamente o no aceptada por la comunidad científica, o incluso a teorías no científicas ni con pretensiones.

55) «¿Puede explicar la Nueva Medicina el llamado Síndrome de Estocolmo?»

El Síndrome de Estocolmo se define como «un estado psicológico en el que la víctima de secuestro o persona detenida contra su propia voluntad, desarrolla una relación de complicidad con su secuestrador. En ocasiones, los prisioneros pueden acabar ayudando a los captores a alcanzar sus fines o evadir a la policía».

Desde un punto de vista de la Psicología, «el vínculo emocional con el maltratador es en realidad una estrategia de supervivencia para víctimas de abuso e intimidación. El Síndrome de Estocolmo en situaciones de secuestro o abuso se conoce tan bien en estos tiempos, que los negociadores de la policía no lo ven ya como inusual. De hecho, a menudo se promueve porque aumenta las oportunidades de supervivencia de los rehenes. Por otro lado, implica que los rehenes que experimentan un Síndrome de Estocolmo no cooperarán demasiado en el rescate o proceso judicial».

Personalmente creo que este llamado «síndrome» puede estar relacionado con lo que en la Nueva Medicina se denomina una constelación cerebral. Una combinación de conflictos biológicos activos en hemisferios cerebrales diferentes, que produce diversas manifestaciones de comportamiento específicas, según sean los conflictos concretos involucrados; pero casi nunca presenta una sintomatología orgánica manifiesta y evidente, ya que la masa conflictual, la intensidad y duración del conflicto, tiende a ser leve en algunas constelaciones.

En el caso del Síndrome de Estocolmo, pienso que los conflictos que estarían involucrados en la constelación serían básicamente (pero no exclusivamente) conflictos biológicos de miedo y territoriales (ej: miedo de amenaza territorial, miedo frontal, miedo en la nuca, etc.), toda vez que una situación de secuestro es un caldo de cultivo perfecto para múltiples DHS y conflictos biológicos de este tipo, propiciados por la precaria situación que vive la víctima: el aislamiento, el estado de cautiverio, la completa incertidumbre sobre su futuro, el riesgo permanente de la propia integridad física y psicológica, la separación brutal de la familia y del hogar, el riesgo de morir en cualquier momento, el cambio brusco, indeseado y forzado del estilo de vida, etc.

Lo anterior es solo una conjetura basada en lo que podría ser la explicación de este síndrome según las Leyes Biológicas. Pero la realidad es que no conozco ningún caso de Síndrome de Estocolmo estudiado en la Nueva Medicina, por lo que no puedo ofrecer por el momento una respuesta precisa y exacta sobre este síndrome a la luz de las Leyes Biológicas. No se trata de especular sobre el origen de una enfermedad concreta, sino de contrastar las 5 Leyes Biológicas en esa enfermedad concreta para ver si ella puede ser o no explicada por las leyes.

56) «¿Los celos están relacionados con conflictos biológicos?»

Algunos psicólogos tienden a distinguir entre celos sanos y celos patológicos. Los sanos «consisten en una preocupación por la posible pérdida de una persona amada o malestar por la relación real o imaginada que esa persona tiene con alguien más». En cambio, los patológicos serían aquellos que «están acompañados de intensos sentimientos de inseguridad, auto-compasión, hostilidad y depresión y suelen ser destructivos para la relación».

Desde el punto de vista de la Nueva Medicina, los celos no son en sí mismos productos o causas de conflictos biológicos, pero podrían serlo. Se ha podido observar como en algunos casos los celos extremos o «irracionales» se expresan en el contexto de conflictos de desvalorización ante la pareja (lo que afecta el hombro); y también ante conflictos de frustración sexual (afectiva – erótica, que afecta el útero), o conflictos de rencor en el territorio (ej: debido a disputas por dinero o pertenencias; estos conflictos afectan la curvatura menor del estómago y duodeno). En estos casos los celos se expresan como una manifestación o consecuencia psicológica de un conflicto biológico subyacente derivado de un DHS. En algunos casos de celos «patológicos» se ha observado también como éstos pueden ser producto de una constelación cerebral, por conflictos relacionados con la pareja o algún compañero.

En otras palabras, los «celos» en sí mismos no constituyen un conflicto biológico, ni indican siempre su presencia; aunque en algunos casos sí reflejan que existe un conflicto biológico asociado. Y en otros pueden propiciar ciertos conflictos biológicos.

La Nueva Medicina hace necesaria una revisión terminológica y conceptual de muchos de los fenómenos médicos y psiquiátricos. Fenómenos que para un psiquiatra o médico pueden tener una sola explicación e interpretación, para un experto en la Nueva Medicina puede deberse a situaciones diversas, aunque bien definidas (ej: conflictos en diferentes fases, combinaciones de conflictos).

El experto en la Nueva Medicina siempre busca el conflicto biológico de base y que subyace a la enfermedad, y no se queda en la emoción externa o superficial por más intensa o «evidente» que pueda ser para un psicólogo (ej: ira, rabia, celos, etc), ya que esta emoción y su habitual interpretación psicológica tradicional es solo un indicador falible y no específico de un conflicto biológico; vale decir que su presencia no necesariamente implica que la persona tiene un conflicto biológico, ya que esas emociones pueden aparecer por otras situaciones diferentes a las generadas por un DHS.

Hay que distinguir los fenómenos psicológicos secundarios derivados de un conflicto biológico de aquellos que son generados como una respuesta psicológica debida a la educación, la cultura, los valores, etc. La importancia de esta distinción es que su «tratamiento» varía en uno u otro caso.

Pensamos que una educación equivocada, unos valores inadecuados, una experiencia negativa con las parejas, etc. puede provocar un esquema mental que predisponga o propicie manifestaciones irracionales, extremas o exageradas de celos, aún cuando no haya un DHS o conflicto biológico subyacente. La persona ha «aprendido» a reaccionar de esa manera debido a experiencias o actitudes equivocadas. Estos casos caerían fuera de la Nueva Medicina y pertenecerían al ámbito del psicólogo, excepto cuando esa educación o valores han propiciado DHS y conflictos biológicos, en cuyo caso, solo un terapeuta de la Nueva Medicina puede trabajar eficazmente el caso.

Algo análogo ocurre con una persona fanática de alguna ideología, ya sea política, religiosa, filosófica, etc. Su ciego y dogmático convencimiento en la veracidad absoluta de esa ideología y en la inevitable y radical falsedad de cualquier otra alternativa, promueve actitudes prejuiciadas, ofensivas, extremas y en algunos casos también delictivas. Y lo más triste de ello es que la persona no se ve así misma como dogmática y fanática. La persona realmente cree que la asiste la verdad, y que el que piensa diferente está mintiendo deliberadamente o se auto engaña. ¿Conoce el lector algún fanático radical o fundamentalista de alguna idea, del tipo que sea, que crea sinceramente que puede estar equivocado o que al menos dude de su posición?

La importancia de esto, en el contexto de este comentario, es que esas actitudes extremas pueden provocar emociones también extremas (ej: ira constante, rencor profundo, intenso odio, etc. que casi siempre se expresa en el lenguaje y la conducta) que podrían hacernos pensar que la persona sufre de algún conflicto biológico o de una constelación, lo que es posible pero no necesario, ya que esas actitudes de radicalidad, de ver la realidad en blanco o negro sin distinguir matices, de pensar que se posee la razón total sobre un asunto, y de hacer depender de esa convicción la propia autoestima o el propio ego, pueden generarse por la adopción de un esquema de pensamiento excluyente, aprendido en alguna ideología o educación particular; y esto sólo puede provocar casi siempre una respuesta agresiva y violenta (física o verbalmente, o ambas), especialmente cuando esas actitudes son retadas o desafiadas por otra persona en un intento de exterminar o minimizar la fuente, discurso o persona que cause la «disonancia».

Por tal motivo, ciertas manifestaciones y conductas «extrañas», irracionales, extremas o claramente equivocadas no necesariamente implican la existencia de una constelación: puede simplemente poner de manifiesto la educación de la persona, su personalidad y otros aspectos de su psicología.

Al ser lo anterior un fenómeno psicológico, y al referirnos exclusivamente a ese aspecto en este momento, poco importa en este contexto el valor de verdad o falsedad de la ideología, filosofía o convicción que la persona profese; ya que no es dicha ideología o creencia la que se analiza, sino la persona que la defiende agresivamente. Psicológicamente, la persona extremista no está capacitada para examinar el asunto con desapasionada objetividad ni de forma desinteresada, ni para detectar errores, fallas o deficiencias en su propia visión. No puede verse así misma como equivocada, ya que su radicalismo psicológico excluye la propia equivocación y falibilidad. Para ella, el error está en los demás.

Todo lo anterior debe tenerse en cuenta, porque eso permite determinar cuando es aplicable o no la Nueva Medicina en casos donde estén presentes síntomas psicológicos determinados, cuya naturaleza nos permite saber de antemano si hay conflictos biológicos subyacentes como causa o consecuencia del trastorno psicológico en cuestión.

57) «Wilhelm Reich planteó la Orgonomía, una teoría sobre el origen de las enfermedades y su curación, en la cual se toma en consideración los aspectos mentales. ¿No es el trabajo de Reich un precedente de la Nueva Medicina?»

No soy experto en Orgonomía ni en Wilhelm Reich, por lo que ofreceré simplemente un comentario general.

La Orgonomía «es la ciencia del orgón, energía vital descubierta por el doctor Wilhelm Reich. Este descubrimiento nace a partir del estudio del aspecto energético de las neurosis, que le permite a Reich dilucidar la misión psicoterapéutica como la búsqueda y remoción de los bloqueos, a nivel psíquico y corporal, que dificultan en el individuo el libre fluir de la energía orgónica o energía sexual o libido de Freud, causantes del síntoma neurótico».

También se señala que: «a partir de la teoría del orgasmo Reich había logrado determinar que todas las enfermedades psíquicas derivaban de una acumulación de energía sexual relacionada con la perturbación orgástica».

Que Reich haya postulado la acumulación de la energía «sexual» con las enfermedades mentales no es de extrañar, ya que Reich era psicoanalista e incluso fue alumno de Sigmund Freud. En base a lo anterior, podemos afirmar que la tesis de Reich no tiene absolutamente nada que ver con la Nueva Medicina. Ya otras veces hemos señalado que la Nueva Medicina no tiene nada que ver con el psicoanálisis ni con otras teorías psicológicas ni psicosomáticas.

No digo con esto que todas las tesis de Wilhelm Reich sean falsas o incorrectas. Simplemente afirmo que no tiene relación alguna con la Nueva Medicina, y que no constituye ningún precedente del trabajo del Dr. Hamer.

58) «¿Puede la Programación Neurolingüística (PNL) ser de ayuda para la Nueva Medicina (ej: para resolver conflictos biológicos)?»

La Programación Neurolingüística (PNL) se define como «el arte y la ciencia de la excelencia personal y profesional, proporcionando a las personas y a las organizaciones las herramientas de comunicación que les permita obtener los mejores resultados. Estas herramientas de comunicación pueden ser aprendidas por todo el mundo, con el fin de conseguir la mayor efectividad en los el desarrollo personal y profesional».

Algunos consideran que la PNL es en esencia un modelo de comunicación, sin especificar si es un arte o una ciencia. Personalmente, considero que la PNL es más una técnica que una ciencia propiamente dicha, lo cual no la descalifica, ya que la ciencia no lo es todo ni lo único que es valioso o útil para el ser humano; al menos esto pensamos los que no comulgamos con un cientifismo excluyente, acrítico, dogmático e irracional. Y aún cuando no sea ciencia, considero que tiene cierta utilidad práctica como modelo comunicativo y sus aplicaciones pueden producir resultados positivos o negativos, según el uso que le de el practicante en diversas áreas.

En cuanto a la relación de la PNL con la Nueva Medicina, debemos decir ciertas cosas:

1) La PNL no tiene nada que ver con la Nueva Medicina.

2) Algunos representantes-practicantes de PNL están incorporando como propias de la PNL (incluso llegando a registrar las marcas) el descubrimiento de la Nueva Medicina a sus prácticas, pero sin hacer referencia alguna a que ésta es un descubrimiento original del Dr. Hamer; con lo cuál han plagiado descaradamente el trabajo científico del Dr. Hamer.

Por supuesto, muchísimos practicantes de la PNL desconocen lo anterior y no son responsables ni cómplices de plagio alguno. Simplemente han aprendido en un curso o en libros todo lo relacionado con la PNL y la usan en diversas áreas de su vida personal o profesional. Algunos de estos practicantes han estudiado también la Nueva Medicina, y reconocen al Dr. Hamer como descubridor de ella; y usan la PNL y las Leyes Biológicas, y otras teorías o prácticas como parte de su particular estrategia terapéutica. Esto se ve frecuentemente en médicos alternativos.

3 )En mi opinión, la PNL no es útil para resolver conflictos biológicos. Esto mismo aplica con ciertos matices a la mayoría de psicoterapias.

4) Aun cuando la PNL fuese útil para resolver conflictos biológicos, es imprescindible conocer la Nueva Medicina en su totalidad para poder tratar eficazmente a un paciente. Un terapeuta de la PNL que lograra resolver el conflicto no podría resolver las complicaciones clínicas a nivel de la psique, del cerebro y de los órganos que el paciente podría presentar en casos graves durante la Fase de Curación.

A pesar de todo lo anterior, creo que un experto en PNL que esté interesado en la Nueva Medicina puede intentar comprobar científicamente, más allá de nuestras opiniones, si la PNL puede ser de ayuda de algún modo a la Nueva Medicina. Por ejemplo: constatando si su modelo de comunicación es útil para resolver ciertos conflictos biológicos al ayudar a la persona a salir del aislamiento.

Cualquier técnica puede ser usada siempre que se haga en el contexto de las Leyes Biológicas, que son las que rigen la enfermedad, y siempre que su empleo cause un beneficio real en el paciente en los tres niveles: psique-cerebro-órgano.

59) «¿Es cierto que la Nueva Medicina (Hamer) cambió su nombre debido a que el término «Nueva Medicina» no pudo ser registrado legalmente?»

Como se sabe, en un principio el Dr. Hamer denominó su descubrimiento como Nueva Medicina. Sin embargo, después de percatarse de que algunas personas plagiaron su descubrimiento, decidió proteger éste mediante el registro legal del nombre Nueva Medicina Germánica, ya que el nombre «Nueva Medicina» era muy genérico y no podía ser registrado.

60) «Sobre los métodos de supresión que se usan contra científicos disidentes, creo que el caso del Dr. Hamer es un ejemplo.»

Efectivamente, el caso del Dr. Hamer es, a nuestro juicio, un claro ejemplo de supresión científica. Algunas personas tienen una visión ingenua, casi romántica e idílica de la «ciencia», y eso les impide ver la influencia de factores no científicos que pueden operar en la aceptación, reconocimiento o validación de teorías alternativas a las oficiales, independientemente del valor real de dichas teorías.

¿Cuáles de los métodos habituales que se emplean para suprimir, perseguir o atacar a científicos disidentes considera el lector que han sido empleados contra el Dr. Hamer?

Otro aspecto importante a tener en cuenta es el carácter altamente corporativizado de la ciencia actual, lo que da lugar a la formación de cárteles y monopolios que controlan o influyen de manera excesiva en la investigación científica y en lo que se publica o se deja de publicar en los journals científicos especializados.

Esto implica, casi como consecuencia lógica, que todo aquello que amenace o se piense que amenace los intereses de la «corporación» será objeto de duras represalias. En este punto, los valores tradicionales de la ciencia (objetividad, búsqueda desinteresada de la verdad, etc.) habrán pasado a un segundo plano en los casos en que entren en conflicto con los valores no científicos propios de toda corporación económica (ganancias esconómicas, prestigio, búsqueda de mayor espacio en el mercado, poder económico, etc.)

Es importante comprender que este aspecto que comentamos se refiere a los factores históricos, sociológicos y burocráticos de la ciencia en tanto actividad social, no a la validez o no de una teoría específica. Por tanto, es importante comprender el hecho de que el que alguien sea perseguido no demuestra necesariamente que su teoría es correcta desde un punto de vista científico. Pero también existen científicos que han planteado teorías correctas, que en su momento fueron perseguidos y sometidos al ostracismo científico. Por este motivo, es saludable tener una mente abierta y a la vez crítica cuando encontramos algún científico o a alguna teoría que es sistemáticamente suprimida, perseguida o rechazada; ya que este solo hecho no es razón suficiente para considerarla como falsa o verdadera, por lo que debería indagarse más, buscar la mejor información disponible y examinar las fuentes directas para poder formarnos así una opinión, que aunque provisional, sea también fundada y consistente.

La gran mayoría de científicos no son conscientes de los problemas filosóficos, históricos y sociológicos de la ciencia. A lo sumo, conocen someramente algo de la historia y origen de su propia disciplina. Pero tienen una visión aproblemática de la ciencia, no planteándola como un objeto de estudio histórico-sociológico en sí mismo.

61) «He visto la película «Frágiles», de Jaume Balagueró, en donde se plantean casos de un trastorno llamado «osteogénesis imperfecta» o enfermedad de los «huesos de cristal». ¿Tiene la Nueva Medicina explicación para esta enfermedad?»

La Osteogénesis Imperfecta (OI), según la medicina oficial, es «una afección que ocasiona huesos extremadamente frágiles». Su causa se debe al «defecto de un gen que produce el colágeno tipo 1, un pilar fundamental del hueso».

Entre sus principales síntomas, se encuentran:

– Tinte azul en la parte blanca de los ojos (esclerótica azul).
– Fracturas óseas múltiples.
– Pérdida temprana de la audición (sordera).
– Brazos y piernas arqueadas.
– Cifosis (curvatura de la columna en forma de «S»).
– Escoliosis.

Es una enfermedad infrecuente. Se calcula que su incidencia es de 1 caso por cada 20 a 50 mil personas. Consecuencia de ello es que sea una enfermedad relativamente poco conocida y estudiada.

Efectivamente, esta enfermedad ha tenido recientemente cierta notoriedad debido a la película «Frágiles», que fue estrenada en el cine hace un tiempo.

¿Qué puede decir la Nueva Medicina al respecto? Hasta donde llega mi conocimiento, la Nueva Medicina no puede decir nada al respecto todavía. La razón es que esta enfermedad no ha sido suficientemente investigada, por lo que ignoramos si obedece a las 5 Leyes Biológicas o por el contrario se debe a una alteración genética independiente de dichas leyes. Dilucidar esto es importante, porque determinará la estrategia terapéutica a emplear.

Lo que se sabe es que las alteraciones en los huesos, cuando son causadas por conflictos biológicos, se deben a conflictos de desvalorización (sentirse no apto, no adecuado), los cuales durante la Fase Activa producen una descalcificación y necrosis progresiva del hueso. En estos casos, el Foco de Hamer se encuentra ubicado siempre en una zona concreta de la Sustancia Blanca del cerebro correspondiente al hueso afectado o a lo largo de toda la Sustancia Blanca si están afectados todos los huesos. Si la Osteogénesis Imperfecta puede ser explicada por la Nueva Medicina, probablemente estén presentes conflictos de este tipo en el origen de dicha enfermedad.

Otra posibilidad es que algún conflicto biológico provoque una alteración del gen que produce el colágeno tipo 1, lo que como consecuencia afectaría el hueso. Esta última posibilidad la consideramos como la menos probable.

La tercera posibilidad, y la que es considerada actualmente, es que se trate simplemente de una alteración genética debida a razones hereditarias, no relacionada con conflicto biológico alguno. En este caso, la Nueva Medicina no tendría aplicación alguna, excepto para evitar conflictos biológicos futuros. Hay cierta evidencia que hace probable esta posibilidad, al menos para un porcentaje no despreciable de casos, en los cuales la enfermedad parece deberse a una herencia autosómica dominante. Pero aún así, debe tomarse en cuenta lo que establece un artículo: «la mayoría de los casos de OI se heredan de uno de los padres, aunque algunos casos son el resultado de nuevas mutaciones genéticas».

Pero todo esto no puede saberse con seguridad hasta tanto no se hayan investigado en profundidad varios casos para ver si en ellos se cumplen o no las Leyes Biológicas. En consecuencia, mientras no se disponga de información precisa sobre el tema, pienso que lo más prudente es emplear las medidas terapéuticas que se consideran actualmente para estos pacientes; y por supuesto, es imprescindible tratar también de forma preventiva la psique del paciente, para evitar o reducir las probabilidades de que desarrolle conflictos biológicos sobrevenidos que empeoren su enfermedad. Por ejemplo: como consecuencia de las limitaciones causadas por su enfermedad, de los dolores, etc.

62) «La UNADFI (grupo anti-sectas francés) ha clasificado a la Nueva Medicina como una secta».

Eso es científicamente irrelevante. El clasificar a algo o no como una secta, según ciertos criterios arbitrarios, no nos indica si la teoría en cuestión es verdadera o falsa, correcta o incorrecta desde un punto de vista científico.

Según el DRAE, existen tres definiciones de secta:

a) «Conjunto de seguidores de una parcialidad religiosa o ideológica». Según esta definición, si usted es seguidor de alguna parcialidad religiosa (cristiana, etc.) o ideológica (liberalista, socialista, socialdemócrata, etc.) usted es miembro de una secta. ¿A cuántas sectas pertenece usted?

b) «Doctrina religiosa o ideológica que se diferencia e independiza de otra». La Nueva Medicina no se refiere a ninguna religión o ideología; su objeto de estudio es la medicina, no la teología o la política. Luego, queda fuera de esta y de la anterior definición.

c) «Conjunto de creyentes en una doctrina particular o de fieles a una religión que el hablante considera falsa». Esta es una definición que depende de la subjetividad del hablante. Está condicionada por el hecho de que el hablante considere como falsa al grupo que califica de «secta». No es de sorprender entonces que los que califican arbitrariamente de secta a la Nueva Medicina sean precisamente (¿Sorpresa?) los partidarios más radicales y acríticos de una parcialidad conocida como medicina convencional.

La definición sociológica de secta, según la cuál una secta es: «un grupo de personas con afinidades comunes (culturales, religiosas, políticas, esotéricas, etc)» es, como el lector habrá podido observar, demasiado amplia y potencialmente aplicable a cualquier grupo dentro de la sociedad.

En el caso de la U.N.A.D.F.I., astutamente ese grupo ha adoptado una definición de secta que incluye en ella a todo grupo que sostenga visiones alternativas a las oficiales o aceptadas o reconocidas. Según el artículo crítico «Cazadores de sectas: la verdadera cara de la U.N.A.D.F.I», uno de los criterios que usa esta organización para calificar de secta a un grupo determinado o a sus miembros es: «si es una persona que recibe o practica terapias y técnicas no reconocidas oficialmente como: naturopatía, ayuno, sofrología, meditación, técnicas de la «Nueva Era» (sea lo que sea lo que se entienda por ello), homeopatía, yoga».

Debemos suponer entonces, según ese criterio, que la gran mayoría de personas pertenecen a una secta, ya que, por ejemplo, en el caso de las medicinas alternativas, un alto porcentaje de personas acude a consultas y recibe tratamiento basado en esas terapias; y otro buen porcentaje cree o usa técnicas que podrían calificarse como pertenecientes a la «Nueva Era».

En realidad, clasificar a la Nueva Medicina como secta se hace con la intención de desprestigiarla, de restarle seriedad y credibilidad, para que no se le tome en serio. Es una conocida técnica de propaganda y desinformación, conocida como demonización o satanización, la cual se define como «la técnica retórica e ideológica de desinformación consistente en presentar a entidades políticas, étnicas, culturales o religiosas como fundamentalmente malas y nocivas, como forma de justificar un trato político, militar o social diferenciado. Se recurre a sentimientos para manipular a quienes se convencen más con éstos que con razones. En la demonización, la influencia pública de un individuo o sector con un grado elevado de visibilidad, como el gobierno o los medios de comunicación de masas, se pone en juego para estimular una reacción de descrédito que elimine las restricciones morales o legales para actuar en detrimento del grupo demonizado».

Al calificar de secta a la Nueva Medicina también se busca darle una connotación «religiosa», con el fin de desacreditarla de cara a personas que sustenten alguna religión o que no tengan religión alguna. Se busca una respuesta emocional en las personas para que rechacen la Nueva Medicina por miedo a «comulgar» con una religión diferente de aquella en que la persona crea o no crea.

Como se ha dicho en muchas oportunidades, la Nueva Medicina no tiene nada que ver con religión alguna porque su ámbito de estudio, investigación y aplicación es la Medicina, no la Filosofía, la Teología u otras disciplinas. Las creencias o descreencias en temas religiosos o filosóficos son asuntos de cada persona, que no tienen absolutamente nada que ver con las Leyes Biológicas.

¿Pueden algunos partidarios de la Nueva Medicina actuar como sectarios? Por supuesto, pero eso no es debido a la Nueva Medicina, sino al fanatismo y fundamentalismo irracional, que por razones psicológicas, sociales y personales, pueden manifestar algunas personas en cualquier aspecto de la vida y sobre cualquier tema. Pero eso no prueba que la Nueva Medicina sea un secta; solo prueba que ésta puede tener también fanáticos y seguidores acríticos e irracionales que en vez de ayudarla la desacreditan.

63) «¿La Nueva Medicina tiene algo que ver con la Psico-Astrología o la Astrología Médica»?

No tiene absolutamente nada que ver con ella. La Nueva Medicina no tiene relación alguna con las llamadas «ciencias ocultas» o místicas. De hecho, demuestra que muchas de las afirmaciones médicas de estas disciplinas son falsas.

Esto no significa que se juzgue la validez o invalidez de las creencias o doctrinas de tales o cuáles disciplinas. Ese juicio corresponde a otras ciencias o estudios, y en particular debe corresponder a cada persona según el examen crítico que haga de ellas. Y en el caso concreto de la Astrología, ésta debería ser juzgada por la Astronomía, la Física, la Psicología y otras ciencias. Hasta ahora, el juicio científico general sobre ella es que se trata de una mera creencia, casi sin respaldo científico o empírico alguno. Decimos «casi», porque es cierto que se han realizado algunas investigaciones y test científicos controlados con resultados positivos que parecen apoyar algunas tesis astrológicas.

Pero, en todo caso, lo que debe quedar claro es el hecho de que la Nueva Medicina, en tanto ciencia empírica, no está relacionada de ningún modo con ese tipo de creencias, prácticas o disciplinas. Y no solo eso, sino que la Nueva Medicina puede demostrar que muchas de las afirmaciones médicas que realizan estas disciplinas son falsas.

64) «El libro «La medicina patas arriba: ¿Y si Hamer tuviera razón?», de Giorgio Mambretti y Jean Séraphin, es una buena referencia para conocer la Nueva Medicina».

Este libro puede ser útil como una introducción básica. Pero en realidad contiene algunos errores que pueden confundir al lector. Por este motivo, lo recomendable es que el lector estudie directamente la literatura del Dr. Hamer.

Un ejemplo de un error importante que se encuentra en el libro comentado está contenido en la página 18, donde para explicar la programación biológica de preservación y sobrevivencia de las especies, se recurre al siguiente ejemplo: «la leona pare sus cachorros y durante el tiempo de amamantamiento deja de estar en celo; es madre, y no la hembra del león. Pero el rey del bosque no está nada contento con la situación, ya que su única función biológica es aparearse de nuevo con la leona para la preservación de la especie; el león es una especie de receptáculo de espermatozoides y tiene ciento cincuenta relaciones sexuales por semana. A menudo trata de dar muerte a sus crías, y de conseguirlo, la leona vivirá inmediatamente un conflicto de desvalorización por no haber sido capaz de protegerlas, por no haber sido buena madre, que desencadenará una necrosis en sus ovarios». Más adelante en ese mismo párrafo, se explica lo que ocurre durante la Fase de Curación, y el sentido biológico que ella tiene.

Pero ese párrafo encierra una falsedad: la necrosis de ovarios nunca es causada solo por un conflicto de desvalorización, sino por un conflicto de pérdida de un ser querido con desvalorización, porque la hembra siente que la pérdida ocurrió por no haber sido apta para impedirla.

Si no hubiera muerto la cría y por alguna razón la leona se desvaloriza por «no haber sido buena madre», eso lo único que causaría (en caso de conflicto biológico) es una necrosis en las articulaciones, en los huesos o en la médula ósea si es de gran intensidad. O una necroris de tendones, ligamentos, tejido conectivo, tejido graso o sistema linfático si la intensidad de la desvalorización es leve.

En conclusión, si bien el libro comentado es fácil de leer y bastante comprensible, y ofrece alguna noción sobre el trabajo del Dr. Hamer; también debemos decir que contiene errores, simplificaciones inadecuadas e imprecisiones. Por este motivo reitero, recomiendo al lector la lectura de los libros del propio Dr. Hamer como la fuente bibliográfica más fiable y autorizada sobre el descubrimiento de la Nueva Medicina.

65) «En la Nueva Medicina se conocen, al parecer, muchas respuesta a temas médicos y se han logrado clarificar bastantes procesos de enfermedad. Con todo lo que se conoce actualmente, ¿queda algo por investigar? ¿Existen territorios no explorados aun por la Nueva Medicina?»

La respuesta es afirmativa, efectivamente, se conocen muchas cosas, pero son muchísimas más las que se desconocen, ya sea total o parcialmente. Este simple hecho debe hacernos prudentes y modestos en nuestras pretensiones de conocimiento. Este punto parece no ser muy bien entendido por algunos seguidores y entusiastas acríticos de la Nueva Medicina.

En realidad, la Nueva Medicina constituye un gran programa de investigación que todavía se haya en su fase inicial, y que abarca diversas áreas. En mi opinión, algunos de los aspectos que deben explorarse son los siguientes:

a) La aplicación en el caso de enfermedades hereditarias. Esto permitirá saber si el origen de algunas de estas enfermedades puede ser explicado por la Nueva Medicina o solo por la genética o por una interacción entre ambas.

b) La aplicación en el caso de las llamadas enfermedades raras. Éstas se definen como aquellas «enfermedades con peligro de muerte o de invalidez crónica, que tienen una frecuencia (prevalencia) baja, menor de 5 casos por cada 10,000 habitantes en la comunidad, según la definición de la Unión Europea».

Algunas de estas enfermedades, si no la mayoría debido a su baja frecuencia, no han podido ser bien estudiadas, más allá de su simple descripción. Es posible que la Nueva Medicina pueda ofrecer algunas luz sobre algunas de estas enfermedades; pero eso solo podrá saberse luego de una exhaustiva investigación de estas enfermedades, en varios pacientes y bajo el escrutinio de un experto en la Nueva Medicina.

c) La articulación de los descubrimientos de la Nueva Medicina con los hechos científicos descritos por ramas como la Toxicología, la Farmacología, la Endocrinología, la nutrición, la Genética y otras ciencias y disciplinas similares. Esto permitirá ubicar e interpretar correctamente cada hecho científico en un todo coherente.

d) La investigación en Medicina Veterinaria. Esto requiere del conocimiento detallado y especializado de cada especie animal, su comportamiento natural en su habitat correspondiente. Aquí se requiere del dominio de ciencias como la Etología, la Biología Evolutiva, la Embriología y otras ciencias especiales. Esto permitirá que nuestros apreciados animales también se beneficien en los casos en que ésta sea aplicable.

e) Por último, considero que es también necesaria la teorización rigurosa en torno a los diversos problemas asociados con la Nueva Medicina. Si bien ésta es una ciencia empírica, ello no excluye la reflexión teórica, no salvaje ni meramente especulativa, sino controlada por la mejor evidencia empírica disponible, sobre los tópicos relativos a ella.

Los anteriores puntos son apenas algunas de las áreas donde la Nueva Medicina, en tanto proyecto de investigación científica, está todavía en sus primeros pasos. Llevarlos a cabo puede requerir de la ayuda y colaboración de todas las personas de buena voluntad, y de científicos rigurosos, competentes y éticamente comprometidos con buscar la verdad en beneficio de los pacientes.

66) «La Nueva Medicina es un método pseudomédico promovido por el alemán Ryke Geerd Hamer sin presentar ninguna evidencia convincente de sus hipótesis».

Este simple párrafo contiene sutiles falsedades, manipulaciones y tergiversaciones:

1) No se nos explica qué se entiende por «pseudomédico» ni cuáles fueron los criterios de tal definición, lo que la convierte en una etiqueta indefinida y arbitraria (además de peyorativa); pero a juzgar por la retórica y actitudes de quienes usan constantemente ese término, debemos suponer que se trata de cualquier terapia o teoría médica diferente a la medicina convencional u oficial, ya que en ese término incluyen todo tipo de terapias imaginables con excepción de la medicina convencional. La cual defienden acríticamente de forma unilateral y dogmática. A pesar de que la medicina convencional causa más muertes innecesarias al año que cualquier terapia alternativa y es claramente ineficaz en el tratamiento curativo de enfermedades crónicas y degenerativas, las que sin garantías solo pueden «controlarse», nunca curarse con dicha terapia.

Cabría preguntarse si el término «pseudomédico» o «pseudoterapia» no sería más propiamente aplicable a un tipo de medicina que vende sus falsos éxitos terapéuticos sobre el cáncer mediante astutas y solapadas manipulaciones estadísticas y hasta semánticas. Pero esto es algo que solo el lector debe juzgar por sí mismo.

2) Lo de que no se ha presentado ninguna evidencia «convincente» es otra falsedad, como lo demuestra el hecho de que diversos grupos médicos y médicos particulares han sido convencidos después de investigarla y ponerla en práctica ellos mismos. Incluso, algunos médicos que han investigado la Nueva Medicina con el fin de refutarla han resultado convencidos de que es correcta. ¿Cómo puede entonces afirmarse que no hay ninguna evidencia «convincente» a la misma vez que los médicos que la han investigado se han convencido de ella, precisamente mediante la evidencia obtenida en su investigación?

Todos estos médicos fueron convencidos de la validez de la Nueva Medicina después de estudiarla, investigarla y contrastarla, no antes. Y la investigaron precisamente para saber si había evidencia que la confirmara o la refutase. Y algunos la investigaron presumiendo que era falsa, predispuestos contra ella; y aún así terminaron aceptándola como correcta. No formaron su criterio en virtud de una fe ciega, de sus prejuicios o especulando ociosamente desde un ordenador, ni leyendo crédulamente los panfletos, diatribas y libelos desinformativos que algunos farsantes dedicados a la propaganda de la medicina convencional y otros sujetos de la misma ralea escriben sobre la Nueva Medicina. Fueron convencidos en base a su propia experiencia profesional en la práctica médica y clínica, tratando directamente con pacientes y observando concienzudamente si los planteamientos de la Nueva Medicina se correspondían o no en cada caso estudiado. Y esto lo han hecho a pesar de ser conscientes de las consecuencias y efectos negativos que a nivel personal y profesional puede acarrearles el defender, practicar o validar de alguna forma las 5 Leyes Biológicas.

Otra cosa es que existan personas que por prejucios, ignorancia, soberbia, intereses, ciega y reverencial credulidad hacia toda teoría vigente u otros motivos; no sepan que existe la evidencia; ni la quieran aceptar o reconocer cuando se les presenta; o la tergiversen maliciosamente para alinearla a sus fines desinformativos; o exijan deshonestamente estándares de evidencia arbitrarios o imposibles de ser satisfechos en el caso concreto; o consideren como evidencia única y exclusivamente lo publicado en una revista médica oficial. Están más interesados en la desinformación y reafirmación de sus prejuicios que en buscar la verdad. En estos casos no será posible convencerlos, porque no quieren ser convencidos. Y todo esfuerzo en ese sentido será completamente estéril. ¿Ha tenido usted éxito al tratar de convencer con razones a una persona que terca y radicalmente se opone a lo que usted le plantea?

Por último, y sólo como un comentario general, es de hacer notar que todos los casos en los cuáles se ha sometido a contrastación experimental la Nueva Medicina, han dado como resultado la confirmación de las Leyes Biológicas descubiertas por el Dr. Hamer. No se conoce hasta la fecha, ningún estudio empírico que haya refutado la Nueva Medicina en casos particulares. Hasta el momento, las 5 Leyes Biológicas ha resistido todos los intentos de refutación empírica a la que han sido sometidas.

67) «¿Por qué en el caso de los animales se debe estudiar su comportamiento natural para poder aplicar la Nueva Medicina?»

Porque el tipo de comportamiento específico y genéticamente programado de cada especie nos indica de qué forma concreta y específica se satisfacen las necesidades biológicas para esa especie. En otras palabras, el patrón o código de comportamiento natural de cada especie tiende a la satisfacción de las necesidades biológicas de los individuos que la conforman.

Por ejemplo, un delfín tiene un comportamiento específico adaptado a su entorno, que le sirve para sobrevivir y satisfacer sus necesidades biológicas en un ambiente específico. En cambio, un águila tiene un comportamiento claramente distinto al de un delfín, precisamente porque el águila se enfrenta a unas condiciones diferentes en el entorno ante las cuales, por efecto de la evolución, se ha ido adaptando. Mientras que para un águila el volar es necesario para satisfacer muchas de sus necesidades biológicas, y la interrupción o bloqueo de esa habilidad puede suponer un grave riesgo para su vida (lo que podría causarle un DHS); para un delfín, el «volar» no tiene ninguna importancia biológica, no forma parte de su comportamiento biológicamente programado a lo largo de la evolución. El no poder volar no impide ni bloquea la satisfacción de ninguna necesidad biológica para el delfín.

Este conocimiento es indispensable, toda vez que el conflicto biológico surge precisamente cuando de una forma súbita e inesperada (DHS), el ser vivo ve bloqueada o interrumpida la satisfacción de una necesidad biológica. Este hecho es el que activa el programa biológico especial que llamamos «enfermedad», ya que el organismo hace uso de un recurso especial y de emergencia (la enfermedad) para hacer frente a la situación inesperada (DHS) que atenta contra la satisfacción de sus necesidades biológicas, y eventualmente contra su propia vida.

Conociendo esto se puede interpretar mejor la circunstancia concreta que generó el DHS y la mejor forma de resolver el conflicto biológico iniciado por tal DHS. En el caso de la aplicación en la Medicina Veterinaria este conocimiento es esencial porque a un animal no se le puede preguntar qué conflicto tuvo ni qué lo causó, sino que dicho con conflicto debe inferirse a partir de su comportamiento natural y específico en el caso concreto (que puede decirnos cómo se ha desviado ese animal de su modo normal de comportarse, de su «código cerebral» de comportamiento), y del entorno en que se encuentra y cómo este lo afecta. Estas son las únicas pistas indirectas para inferir la situación específica que propició el DHS que causó la activación del programa especial.

Este hecho demuestra que en el caso de la Medicina Veterinaria, la Nueva Medicina también exige de los veterinarios una actitud «detectivesca», una capacidad de observación y aguda perspicacia que solo puede brindarla el conocimiento, y sobre todo la experiencia práctica tratando con diversos animales.

68) «¿De dónde saca Hamer que el 95% de pacientes con cáncer se cura con la Nueva Medicina? ¿Dónde está la documentación que respalda semejante afirmación? ¿No es exagerada, infundada y hasta engañosa esa afirmación?»

Hay varios puntos que debemos considerar al analizar críticamente este aspecto específico:

1) Cuando Hamer habla de que el 95 o 98% de pacientes con cáncer se pueden curar está presuponiendo varias cosas:

a) Que el paciente se trate desde el comienzo de su enfermedad con la Nueva Medicina y sólo con ella, y por un experto.

b) Que no use tratamientos agresivos que al pretender acabar con el tumor destruyan a la vez al organismo entero. Esto convierte la «lucha contra el cáncer» que ha planteado la medicina convencional, en una lucha donde lo que se obtienen son victorias pírricas.

c) Que el paciente no entre en pánico y haga nuevos conflictos biológicos.

Esos aspectos son básicos, porque de ellos depende el éxito de la terapia en la Nueva Medicina. Y es en ese contexto que casi todos los pacientes tienen oportunidad de curarse.

2) Pero el punto anterior solo se refiere al escenario ideal o idóneo para una terapia de acuerdo con la Nueva Medicina. En la realidad actual, donde los tres aspectos señalados en el punto anterior no se cumplen en casi ningún caso, es obvio que la afirmación de Hamer es inaplicable y no puede ser contrastada. No porque sea infalsable, sino porque no están dadas las condiciones objetivas de las cuáles depende la validez, aplicabilidad y contrastabilidad de esa afirmación.

3) La afirmación de Hamer presupone una concepción del cáncer completamente diferente a la que ofrece la medicina convencional. Este aspecto es importante, porque según la medicina convencional el cáncer es una enfermedad potencialmente mortal, si no se trata con las terapias convencionales, que invade el organismo mediante metástasis, y que tiende a avanzar inexorablemente provocando en la mayoría de los casos una muerte dolorosa y llena de sufrimiento.

La Nueva Medicina ha demostrado que la anterior visión fatalista sobre el cáncer no es necesariamente cierta, sino que es aparentemente cierta en el contexto de la terapia oncológica de la medicina convencional, y que se basa en unas premisas sobre el cáncer que son demostrablemente falsas:

– Las metástasis no invaden autónomamente al organismo, sino que aquéllas dependen del número de conflictos biológicos.
– El cáncer no avanza inexorablemente, sino que él depende de la fase e intensidad del conflicto biológico correspondiente.
– El tumor «maligno» ha dejado de existir. Lo que existen son tumores que forman parte de un programa especial y que en muchos casos (tumores del Ectodermo y Mesodermo Nuevo), se trata siempre de la Fase de Curación.

Tener esto en cuenta es esencial a la hora de valorar la verosimilitud de una afirmación como la de Hamer, que si la interpretamos desde la concepción del cáncer de la medicina convencional, aparece como inverosímil y hasta ridícula.

4) Por otro lado, la Oncología considera como «clínicamente curados» aquellos pacientes con cáncer que hayan sobrevivido cinco años después del diagnóstico. En la Nueva Medicina este lapso es irrelevante y carece por completo de sentido. Un paciente está curado cuando ha superado exitosamente la Fase de Curación y no ha recaído en el conflicto. La Nueva Medicina ve la enfermedad y el estado de salud como situaciones dinámicas, no como estados permanentes ni autónomos. Un paciente puede estar sano hoy y enfermo mañana (si hizo un conflicto biológico) o estar enfermo y comenzar a recuperarse si resolvió el conflicto y no lo reactiva más.

Es por ello que todo lo anterior debe valorarse en cada paciente en concreto, y no de forma abstracta; esto debido a que los seres vivos, y en especial el ser humano con toda su complejidad, no se comportan como autónomos, sino que su vida interior es dinámica, interactiva con el entorno, y muchas veces impredecible.

5) En cuanto a la documentación sobre el porcentaje de curación del cáncer con la Nueva Medicina, Hamer se basa en los datos recabados por la Fiscalía de Wiener Neustadt, quien incautó los documentos del Centro de la Nueva Medicina que Hamer llevaba en ese entonces. Durante el juicio, el fiscal tuvo que admitir que de los 6,500 pacientes con cáncer (la mayoría con cáncer avanzado) que eran tratados por Hamer, 6,000 de ellos se encontraban con vida después de cinco años. Esta cifra de cinco años es importante, porque como hemos señalado es un criterio decisivo que toman en cuenta los oncólogos para considerar a un paciente con cáncer como «clínicamente curado». Esto da un porcentaje del 92% de curación, entendiendo por curación la supervivencia por más de cinco años.

Hay que tomar en cuenta que la mayoría de estos pacientes (por no decir todos), acudieron a Hamer después de diagnosticarse y tratarse con la medicina convencional, ya que muy poca gente conoce la Nueva Medicina y nadie la adopta como primera opción terapéutica. La gente acude a la Nueva Medicina cuando su oncólogo le ha dicho que no tiene más opciones o cuando la propia persona considera que no tiene opciones de curación con la medicina convencional al observar que en vez de curarse se enferma más. Esta es la razón por la cual la mayoría de esos 6,500 pacientes estaban en fase avanzada de su enfermedad.

De lo anterior surge la siguiente pregunta: si el porcentaje de curación en esos pacientes fue de un 92% en una situación que no era totalmente óptima para la terapia, ¿qué pasaría con ese porcentaje si los pacientes fueran atendidos en condiciones óptimas, en las condiciones señaladas en el punto 1? Cabría esperar que el porcentaje fuese muy superior al 92%.

A pesar de todo lo anterior y el optimismo que esos datos puedan ofrecer, personalmente considero que no es conveniente en estos momentos hacer afirmaciones categóricas sobre porcentajes, por las siguientes razones:

1) La Nueva Medicina no está oficialmente reconocida, y su aplicación práctica es perseguida y censurada. Esta situación impide que sus practicantes puedan efectuar estudios estadísticos rigurosos; y aunque lo hicieran, tales estudios no serían reconocidos oficialmente.

2) No se pueden hacer afirmaciones categóricas sobre la curación del cáncer, sin tomar en cuenta el paciente concreto y su estado específico. Por ejemplo, una paciente con un carcinoma ductal de mama y sin metástasis tiene una probabilidad altísima de curación porque:

a) El tumor solo crece en Fase de Curación, por lo que ya no habría que resolver conflicto alguno.
b) Dicho tumor no afecta a un órgano vital.
c) No hay ninguna razón biológica para que la paciente fallezca de ese tumor.

En cambio, si tomamos un paciente con un cáncer de páncreas la situación será diferente porque:

a) El paciente está en conflicto activo y simpaticotonía, y por tanto en un estado nervioso que podría propiciar nuevos conflictos.
b) La solución del conflicto no siempre es fácil, porque es un conflicto muy ancestral y arcaico.
c) Aún lográndose la solución del conflicto, el edema cerebral y la Crisis Epileptoide pueden traer problemas en la Fase de Curación, porque el Foco de Hamer está situado en el Tronco Cerebral.
d) El tumor afecta a un órgano importante y vital del organismo como lo es el páncreas.

Es evidente para el que conoce la Nueva Medicina, que en principio y en igualdad de condiciones las probabilidades de éxito terapéutico son mucho mayores en una paciente con cáncer ductal de seno que en un paciente con cáncer de páncreas. De allí que el porcentaje debe tomar en cuenta estas diferencias «en sí» de cada programa especial.

3) Si a lo anterior le agregamos los casos graves, avanzados, extremos, con varios conflictos simultáneos y metástasis, y si han sido sometidos al pánico y estrés propio del diagnóstico y pronóstico, y a los efectos físicos y colaterales de tratamientos agresivos, entonces la probabilidad de curación se reduce considerablemente. Si pacientes de este tipo, de extrema gravedad, acuden a un experto de la Nueva Medicina, éste solo podrá ayudar a la curación de un pequeño porcentaje de ellos; y el resto (la mayoría) terminaría falleciendo.

Ya hemos mencionado en otros momentos que la Nueva Medicina no hace milagros, aunque con ella se pueden lograr resultados terapéuticos que la medicina convencional, por el desconocimiento de las Leyes Biológicas, consideraría como «milagrosos».

Por definición, un milagro es un «hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino». La Nueva Medicina plantea precisamente todo lo contrario a un milagro: que la curación del cáncer es posible precisamente gracias al conocimiento y aplicación de las Leyes Biológicas; y no supone ninguna «intervención sobrenatural de origen divino», sino la intervención del propio paciente con la ayuda profesional de un experto en la Nueva Medicina. Lejos de ser un hecho inexplicable, es un hecho que solo se explica en función de leyes naturales.

Pero precisamente en función de esas mismas leyes se puede saber que ciertos pacientes no pueden ser curados o que fallecerán en la Fase de Curación. Aunque estos casos serían muy pocos si todos los pacientes se trataran óptimamente con la Nueva Medicina desde el comienzo de su enfermedad. Aún así, la Nueva Medicina u otra terapia no puede estar por encima de las leyes naturales, y no podrá curar al 100% de personas o garantizar el éxito de la terapia en todos los casos.

Todo lo anterior debe tomarse en cuenta a la hora de aplicar procedimientos estadísticos para valorar la eficacia de la Nueva Medicina.

69) «¿Tiene algo que ver la Física Cuántica con los descubrimientos de la Nueva Medicina?»

Esta pregunta sería mejor respondida por un experto en Física Cuántica, que también conociera bien la Nueva Medicina. Aclarado esto, sólo ofreceré mi opinión: hasta la fecha, todo la investigación realizada por el Dr. Hamer ha tomado en cuenta únicamente el aspecto biológico de los seres vivos. Esto es lo que permitió descubrir las 5 Leyes Biológicas.

Ahora bien, lo anterior no significa que los aspectos bio-físicos, bio-eléctricos y otros fenómenos que podrían ser estudiados mejor por la Física o auxiliados por ella interactuando con la Biología, no intervengan también en los procesos biológicos. Así mismo, pensamos que es posible que otros fenómenos de tipo físico, pero ya al nivel de las partículas subatómicas y los cuantos de energía, puedan ser estudiados e investigados. De hecho, pensamos que esta área debería investigarse y apoyamos tal iniciativa.

Algunos autores no relacionados con la Nueva Medicina se han atrevido a especular en este campo, y en la interacción entre la Física Cuántica, la mente y las enfermedades. Algunos ejemplos de ello podrían ser los libros «Curación cuántica» de Deepak Chopra; «Fundamentos físicos de las medicinas energéticas» de Fidel Franco; y otros libros similares.

Pensamos, no obstante, que debe tenerse cuidado en hacer especulaciones físicas sobre fenómenos biológicos o interpretar los fenómenos biológicos desde el punto de vista de la Física Cuántica solamente. La razón es que las propiedades biológicas de los seres vivos no necesariamente existen en el nivel atómico o subatómico, y viceversa. Por ejemplo, el número atómico (número de protones del núcleo de un átomo) es parte de la esencia del átomo; pero ese concepto no puede aplicarse a un gato (aún cuando este gato esté compuesto por átomos). De igual forma, no podemos decir que que un átomo tenga «ojos», «tome leche» o «maulle». En estos casos, incurriríamos en un error de categoría al interpretar un fenómeno en un plano que no le corresponde, y con conceptos inadecuados.

Esta aclaración es importante, porque algunos médicos alternativos consideran que las metástasis (en el sentido de la medicina convencional) ocurren porque las células de un tumor se comunican con el resto del cuerpo, y le «transmiten» (vía cuántica, según ellos) la información, causando tumores secundarios en el resto del cuerpo. Y esto lo fundamentan en sus especulaciones sobre la «Física Cuántica». Esta visión es equivocada por las siguientes razones:

1) Esa visión presupone que la hipótesis de la medicina convencional sobre las metástasis es correcta, lo que la Nueva Medicina ya ha demostrado que no es así.

2) La Física Cuántica no dice tal cosa sobre las metástasis o las células, ni puede decirlo, porque no es su objeto de estudio. Es el médico alternativo que opina de esa forma quien busca una interpretación «cuántica» a un falso mecanismo biológico en la génesis de las metástasis que el cree que es correcto.

3) Esta visión confunde niveles diferentes de la realidad, al confundir los fenómenos físicos con los fenómenos biológicos. Aún si la noción de que las células de un lugar se comunican con otro sitio fuese consistente con la Física Cuántica, eso no implica que esa comunicación cause las metástasis al margen del conflicto biológico, del cerebro, de la Embriología y de las Leyes Biológicas.

4) En la Nueva Medicina se ha comprobado que el Foco de Hamer no solo existe en el cerebro, sino también en el órgano afectado. Esto puede ser evidencia a favor de la hipótesis de que existe algún tipo de intercomunicación bio-física/bio-eléctrica en el organismo al momento del DHS. Pero esto es consistente con las Leyes Biológicas que interpreta al organismo como una totalidad. En cambio, la visión «cuántica» de las metástasis interpreta este fenómeno de forma no integral, porque omite el conflicto, el Foco de Hamer y los otros criterios de la Nueva Medicina; y limita su presunta «interacción cuántica» a la comunicación de una célula cancerosa con otros órganos para causar las metástasis y destruir al organismo.

En conclusión, si bien debería estudiarse la aplicación o interpretación de la Física Cuántica sobre la Nueva Medicina, es importante que este estudio tome en cuenta los hechos biológicos y descubrimientos empíricos de la Nueva Medicina y otros hechos científicos descubiertos por otras ciencias, para evitar que tal estudio se convierta en una simple elucubración gratuita o en meros juegos de palabras que usen pomposamente términos físicos.

Sobre todo no deben confundirse distintos niveles de la realidad, cuando ésta se analiza. En consecuencia, se debe tener mucho cuidado cuando se extrapolan fenómenos en un plano de la realidad (ej: físico) a otro plano de la realidad (ej: biológico, social, etc.) que responde a leyes, criterios o naturaleza diferentes. Por ese motivo, tales extrapolaciones deben contrastarse empíricamente en el plano o ámbito de la realidad donde se piensa que aplica dicha extrapolación.

Pensamos que la Física Cuántica ofrece una visión de la realidad muy distinta a la que se tenía en el siglo XIX, y que eso puede tener (y de hecho tiene) consecuencias importantes en nuestras concepciones científicas y filosóficas sobre el mundo. Pero eso no impica que cualquier especulación «cuántica» sobre cualquier tema deba ser automáticamente aceptada como cierta de forma acrítica. Hay que evitar el reduccionismo que implicaría interpretar cualquier fenómeno como algo que solo es explicable por la Física Cuántica.

70) «Recientemente ha salido en las noticias que el conocido actor Patrick Sweezy, quien protagonizó las películas «Dirty Dancing» y «Ghost» (La sombra del amor), sufre de cáncer de páncreas y le quedan pocas semanas de vida. ¿Podría la Nueva Medicina ayudar a revertir un caso como ese?»

Al momento de escribir esto (7 de Marzo del 2008), y según informan los diarios, son falsos los rumores sobre Patrick Sweezy y que le quedarían pocas semanas de vida. Al parecer, su pronóstico ha sido positivo porque «ha respondido bien al tratamiento».

Existen diversos conflictos biológicos que afectan al páncreas. El conflicto más frecuente, y que da lugar con mucha frecuencia al diagnóstico de «cáncer de páncreas», es el de contrariedad-disgusto debido a una «lucha por la presa», donde «presa» es algún objetivo u objeto deseado. También «conflictos de herencia», conflictos donde se disputa algo económico o material.

Este es el contenido del conflicto, la emoción básica que se siente en el momento del DHS y a lo largo de toda su evolución, pero determinar exactemente qué situación motivó a un paciente concreto a que experimentara ese tipo de conflicto, requeriría una evaluación individual. En casos de cáncer de páncreas hay que tomar en cuenta varias cosas:

1) Es un tipo de conflicto muy arcaico, muy primitivo. Esto no significa que quien experimente ese conflicto sea alguien primitivo, sino que la emoción que subyace a ese conflicto es muy ancestral en la historia evolutiva del ser humano. Por eso el Foco de Hamer se encuentra ubicado en el Tronco Cerebral.

2) Este conflicto, al igual que otros como el miedo a la muerte, por ser tan primitivos y referirse a necesidades vitales elementales (ej: lucha por la presa), son a veces difíciles de resolver, aún cuando el paciente tome conciencia de ese conflicto. Es decir, su conocimiento intelectual y racional de lo que le sucede no se traduce necesariamente en la habilidad para solucionar ese conflicto biológico.

Por ejemplo, muchas personas que han padecido este conflicto debido a que están luchando una propiedad o herencia contra un familiar a quien consideran abusivo o que injustamente reclama lo que no le corresponde, pueden saber que experimentan ese conflicto y entender que su solución es necesaria para revertir la enfermedad. Pero aún así, este conocimiento no implica que la persona resuelva el conflicto: cada vez que ve o se encuentra o escucha algo sobre el familiar «abusivo», vuelve a reactivar el conflicto, porque lo asocia con la «presa disputada». Esto se produce casi automáticamente.

Este conflicto, sin embargo, tiende a resolverse espontáneamente mediante una solución práctica: cuando se obtiene la presa deseada y ya no es necesaria la «lucha» por ella, el conflicto queda resuelto. El paciente experimenta un gran alivio emocional, aunque puede experimentar unos síntomas físicos y a nivel cerebral que puede ser interpretado por el médico, familiares, amigos y el propio paciente, como un agravamiento de la enfermedad; y en este caso, no tardan en aparecer las temidas «metástasis».

3) Es muy frecuente que este conflicto se produzca por contrariedades con familiares. Se ve mucho en caso de sociedades o empresas donde los accionistas son familiares (hermanos, cuñados, sobrinos, etc.), donde uno de los miembros quiere ser «más vivo» o «más astuto» que el resto, y pretende apoderarse (o logra hacerlo) ilegítimamente de una cuota mayor, de un «pedazo» mayor de la presa. Es por esto que Hamer señala el concepto básico de «lucha por la presa». En el reino animal se ve con frecuencia que los animales que andan en manada luchan con sus compañeros por la presa. Trasladado al campo humano, esa presa frecuentemente es un caudal común, una propiedad compartida con socios, una herencia disputada entre varios, etc.

4) A nivel cerebral y de la psique, este conflicto está asociado al miedo arcaico a morirse de hambre (por carecer de la presa) que afecta el hígado, por lo que es frecuente que aparezcan «metástasis» en el hígado casi simultáneamente con el cáncer de páncreas. Otra zona donde aparecen las «metástasis» del cáncer de páncreas, son los pulmones (conflicto biológico de miedo a la muerte) debido al miedo que se le suele tener a este tipo de cáncer, considerado como uno de los más temibles. Otra zona frecuente para las metástasis es el peritoneo (conflicto biológico de «ataque» contra la cavidad abdominal), que es causado casi siempre, pero no exclusivamente, por el miedo a ser operado en la zona o por ser consciente de que se tiene un tumor en esa zona.

Cuando se le dice al paciente «tenemos que abrirlo para extirparle el tumor» o «usted tiene un tumor en el páncreas» o frases similares; en un contexto de incertidumbre donde el paciente no sabe si el tumor es «benigno» o «maligno», si vivirá o morirá, si tiene probabilidades de curación, etc.; produce efectos devastadores en la psique de las personas y es un caldo de cultivo perfecto para los conflictos biológicos antes referidos. Esto no excluye la posibilidad de que el paciente experimente otro tipo de conflictos adicionales; aquí solo hemos referido los más frecuentes y que causan las llamadas «metástasis» del cáncer de páncreas.

Todos los conflictos biológicos anteriores cuando son resueltos, así sea temporalmente, producirán en el cerebro el correspondiente edema cerebral (Foco de Hamer en curación), que será interpretado como «metástasis cerebral» del cáncer de páncreas. Cuando esto se encuentra y se le informa al paciente, éste recibe esa noticia como el veredicto final: creerá y su médico también, que tiene los días contados. Y esto funciona como una profecía autocumplida al promover nuevos conflictos biológicos o la intensificación de los que ya existían, especialmente del miedo a la muerte.

Esta es la razón por la cuál se considera que el cáncer de páncreas «se disemina rápidamente», ya que al momento del diagnóstico o de la intervención quirúrgica es frecuente encontrar las pretendidas «metástasis», por lo que es tan temido.

Sobre si la Nueva Medicina puede hacer algo por Patrick Sweezy, la respuesta es: no lo sabemos. En principio, la Nueva Medicina ofrece una terapia causal para este tipo de cáncer, y en la medida en que se logre resolver este conflicto y no se reactive más, y se eviten o resuelvan los otros, el paciente podrá revertir el proceso.

Pero en el caso de Patrick Sweezy, que no está siendo tratado por ningún médico de la Nueva Medicina, sino por médicos convencionales, no se puede responder la pregunta en cuestión. Además, se desconoce su estado médico real. Cuando digo «médico» me refiero no sólo a su estado físico o al tamaño del tumor pancreático, sino también al plano de la psique y del cerebro. El lector de debe recordar que la Nueva Medicina enfoca al paciente y su enfermedad en el triple plano: psique-cerebro-órgano.

71) «El que Hamer y sus seguidores critiquen la quimioterapia no prueba que la Nueva Medicina es correcta. Uno no prueba una hipótesis solamente criticando la de los demás».

Esto es totalmente cierto, pero a la vez totalmente irrelevante:

1) Ni Hamer ni sus seguidores afirman que la Nueva Medicina es correcta porque la quimioterapia es ineficaz. Lo que se afirma es que la Nueva Medicina es correcta y en consecuencia, la quimioterapia y otras terapias convencionales, tal y como son usadas en la actualidad, es errada e inconveniente por elegir el blanco equivocado, no ir a la causa de la enfermedad y causar efectos secundarios que son innecesarios y potencialmente letales, al propiciar nuevos conflictos biológicos.

2) Los argumentos y evidencias que Hamer y otros médicos de la Nueva Medicina han presentado en apoyo de ella son independientes de las pruebas sobre la ineficacia de la quimioterapia. Por tanto, criticar la quimioterapia es una cosa; y discutir sobre la evidencia y validez de la Nueva Medicina es otra.

La prueba de ello es que algunos estudios críticos que demuestran la ineficacia de la quimioterapia no se fundamentan en la Nueva Medicina para realizar dicha crítica, sino que se basan en los propios datos estadísticos de la medicina convencional. En consecuencia, aún si la Nueva Medicina fuese falsa o no existiera, la quimioterapia seguiría siendo ineficaz como tratamiento curativo para el cáncer.

Se puede apreciar entonces, que quienes afirman que la Nueva Medicina busca validarse así misma mediante la crítica de la quimioterapia o de la medicina convencional, no solo desconocen la Nueva Medicina, sino que además basándose sólidamente en esa crasa ignorancia, aderazada frecuentemente con una buena dosis de mala fe, prejuicio e irresponsabilidad, buscan desinformar y confundir a las demás personas propagando falsedades, medias verdades, frases descontextualizadas que cambian el sentido, irrelevancias y patrañas.

72) «¿En el caso de infecciones por micobacterias (ej: tuberculosis), debe dejarse que la Fase de Curación se produzca sin realizar tratamiento alguno?

Las micobacterias tienen la función de actuar en la Fase de Curación de la zona endodérmica y mesodérmica (cerebelosa) de los órganos afectados, con el fin de retirar los tumores que crecieron durante la Fase Activa.

Técnicamente, estas micobacterias son ácido-resistentes (ácido-alcohol resistentes) porque poseen en sus cubiertas lípidos de ácidos grasos complejos que forman en su pared celular un material que es resistente a la decoloración en la prueba de tinción ácido-resistente.

Se conoce que estas micobacterias resisten los ácidos gastrointestinales, lo que permite que, por ejemplo, durante la Fase de Curación de un conflicto indigesto o de «no poder digerir la presa», que en Fase Activa causaría un adenocarcinoma de estómago, las micobacterias actúan caseificando el tumor mediante una tuberculosis gástrica. Que no es tan rara como se cree, sólo que se confunde diagnósticamente con algunas úlceras estomacales o con cáncer de estómago si el paciente reactiva el conflicto o si se diagnostica al inicio de la Fase de Curación. Estas micobacterias durante la evolución han adquirido la propiedad de ser resistentes a los ácidos presentes en el tracto gastrointestinal de origen endodérmico, ya que esta es la capa embrionaria donde principalmente realizan su función.

Por este motivo, la «ácido-resistencia» de las micobacterias no se define en función de un test o tinción determinada; sino que se entiende como una propiedad que las micobacterias han adquirido a lo largo de la evolución, y es lo que les permite realizar sus funciones biológicas durante la Fase de Curación en un ambiente rico en ácidos. La Nueva Medicina interpreta este fenómeno desde el punto de vista de la Biología Evolutiva y las 5 Leyes Biológicas, no desde el punto de vista de tinciones o tests médicos convencionalmente empleados.

En la Nueva Medicina por tratamiento no se entiende simplemente dar antibióticos o medicamentos, los cuáles pueden usarse según el caso del paciente concreto, sino además verificar el estado de la psique y del cerebro del paciente. No se descarta el uso de antibióticos y otros medicamentos, pero el empleo de éstos se hace tomando en cuenta las 5 Leyes Biológicas, toda vez que la eficacia de un tratamiento integral depende de que se trate también la psique (ej: para evitar recaídas del conflicto) y del cerebro (ej: para evitar complicaciones debidas al Foco de Hamer, las cuáles pueden requerir el uso de medicamentos como la cortisona).

73) «¿Qué rol juegan los virus en las enfermedades? ¿Cómo puede afirmarse que los virus optimizan la Fase de Curación, si se sabe que muchos virus son mortales? ¿No es contradictorio afirmar que un virus optimiza la curación a la vez que causa la muerte?»

Estas son varias preguntas en una. Con respecto del rol de los virus en las enfermedades, para la medicina convencional los virus son agentes patógenos cuya acción produce una gama de enfermedades conocidas como enfermedades virales. En la Nueva Medicina no se disputan los hechos clínicos conocidos en la medicina convencional sobre las enfermedades virales, sino que se interpretan de forma diferente, basado en las 5 Leyes Biológicas. La 4ta Ley señala que los virus actúan en la Fase de Curación de los órganos regidos por el Ectodermo, para ser más exactos, en la zona ectodérmica de los órganos. Estos virus se pueden transmitir de persona a persona, pero su actividad como «patógenos» comienza con el inicio de la Fase de Curación. Esto explica por qué mucha gente es portadora de un virus, pero no desarrolla la enfermedad viral correspondiente.

Si bien la comunidad científica tiene una visión más o menos uniforme sobre el rol de los virus en las enfermedades, algunos científicos han cuestionado su rol e incluso su existencia, al menos, en lo que se refiere a los virus patógenos. Por un lado, algunos han llegado incluso a negar totalmente su existencia, ofreciendo una explicación alternativa; mientras que otros han puesto en duda el aislamiento de algunos virus específicos (ej: del VIH). Por otro lado, existen científicos que admiten la existencia de los virus pero han evaluado su rol y función en la evolución biológica de una forma diferente a la convencional.

Este es un debate interesante, que debería ser dilucidado por microbiólogos, biólogos y virólogos.

Sobre la optimización de la Fase de Curación y la mortalidad que puede causar un virus no hay contradicción alguna, porque Fase de Curación no es sinónimo de estar curado o de curación eficaz o infalible. Lo que sería contradictorio es afirmar que el virus tiene por función curar totalmente o infaliblemente al paciente, a la misma vez que lo mata. Fase de Curación es el nombre que en la Nueva Medicina se le da al proceso biológico (en tres niveles) que se desarrolla en un organismo que ha resuelto un conflicto biológico. Para la eficacia de este proceso está sujeta a fenómenos de diversa índole que no garantizan que el paciente complete dicha curación en forma exitosa y definitiva. Por ejemplo: la intensidad del proceso, estado general del paciente, recaídas, tipo de virus, etc.

En el contexto anterior es que se afirma que los virus optimizan la Fase de Curación, en el sentido de que hacen que sea más intensa y rápida, lo que en muchos casos facilita la curación. Pero en otros casos, la acción viral puede ser mortal. El paciente fallecería por complicaciones surgidas en el curso de la Fase de Curación.

Por último, me gustaría hacer un comentario personal sobre la 4ta ley. El lector debe entender que esta es mi opinión, que no necesariamente coincidirá o será representativa de la opinión del Dr. Hamer o de otros expertos en la Nueva Medicina:

1) Considero que la 4ta ley biológica es un programa de investigación que está todavía por desarrollar, sobre todo en los detalles. Si bien esta ley ha sido verificada clínicamente en los casos estudiados hasta ahora, pienso que se requiere una investigación más exhaustiva y amplia, en una gran variedad de enfermedades.

2) El papel del sistema inmune debe ser también re-examinado y valorado en sus justos términos. Y esto también requiere de una investigación exhaustiva, que permita interpretar su función real en el marco de las 5 Leyes Biológicas. Se ha visto que la función inmune cumple una función moduladora o reguladora de la función «patógena» de los microbios, haciendo que éstos cumplan su función durante la Fase de Curación en una forma armónica, aunque no siempre perfecta, con el organismo.

3) Habría que investigar con más profundidad si la división que establece la Nueva Medicina sobre los microbios (a los que clasifica según la hoja embrionaria) puede tener excepciones, en el sentido de que se den «solapamientos» en los cuáles algún microbio «actúe» (de alguna forma, no necesariamente provocando los síntomas de una «enfermedad») en una capa embrionaria diferente a la que le corresponde.

4) Investigar si los priones y su actividad biológica patógena puede ser explicada por la 4ta Ley o si requiere la formulación de alguna otra ley, quizás deducible de las cinco ya conocidas o si escapa a la explicación de la Nueva Medicina.

Si inmunólogos, virólogos, microbiólogos y otros especialistas estuviesen interesados en la Nueva Medicina, la conocieran bien, y decidieran investigarla en los detalles en cada caso, se podrían conocer las respuestas a las preguntas antes mencionadas y a otras muchas más. Verían como la Nueva Medicina se aplica en su ámbito especial de experticia, y esto ampliaría enormemente el conocimiento de los detalles de cada programa especial que involucre alguna infección. Por el momento, solo tenemos una respuesta limitada y genérica de muchos de estos fenómenos biológicos.

74) «Cuando Hamer dice que las metástasis no existen, está afirmando algo que no puede demostrar, ya que «no se puede demostrar algo negativo».

Lo negativo no se puede probar directamente pero sí indirectamente. Por ejemplo, yo puedo demostrar que «Hitler no está vivo», probando que está muerto. La prueba positiva directa puede hacerse, y en ese caso se estaría probando a la misma vez, de forma indirecta, la falsedad de su contraria. Dicho en otra forma, si pruebo que Hitler está muerto, estoy también probando que no está vivo, ya que no puede estar vivo y muerto al mismo tiempo.

Así mismo, cuando se dice que las metástasis no existen, entendidas éstas como la hipótesis según la cuál una célula se desprende de su tumor primario y coloniza otros órganos creando allí tumores secundarios, la verdad de tal aseveración negativa se desprende de pruebas positivas: que las células está controladas por una zona cerebral concreta, según sea su hoja embrionaria; y del hecho de que en cada caso puede demostrarse que los tumores llamados «secundarios» se corresponden con un conflicto biológico independiente y con su respectivo Foco de Hamer cerebral.

75) «¿El sentido biológico existe solamente en la Fase Activa del programa especial?»

Según lo que se sabe actualmente, el sentido biológico del programa especial (enfermedad) existe:

a) En la Fase Activa del conflicto correspondiente a las enfermedades del Endodermo, del Mesodermo Antiguo y del Ectodermo. En estos casos, el sentido biológico tiene la finalidad de ampliar y optimizar la función biológica del órgano con la finalidad de que el conflicto pueda resolverse, ya que la optimización de la función del órgano específico aumenta las probabilidades de que la necesidad biológica que quedó insatisfecha (y que dio lugar al DHS) pueda entonces satisfacerse, lo que biológicamente implica la resolución del conflicto biológico.

b) Después de la Fase de Curación del Mesodermo Nuevo. En este caso excepcional, el sentido biológico no tiene por finalidad ayudar al organismo a enfrentar la situación biológica que dio lugar al DHS, sino preparar al organismo para que, en el caso de que resuelva el conflicto, el organismo tenga una capacidad en ese órgano superior a la que tenía originariamente.

Por ejemplo, en un conflicto de desvalorización con descalcificación de huesos en la Fase Activa, el sentido biológico no está en la descalcificación como tal, ya que dicha descalcificación no ayuda a resolver la desvalorización, sino que el sentido está diseñado para producir sus efectos después de que el conflicto quede resuelto: cuando se produzca una recalcificación del hueso, y este sea mucho más duro y resistente que antes de sufrir el DHS originario. En este caso, el organismo sale «fortalecido» del programa especial.

Otro ejemplo, el caso de un conflicto de pérdida de un ser querido (ej: un hijo), y necrosis de ovarios en la Fase Activa. Aquí, como en el caso anterior, el sentido biológico no está en la Fase Activa porque la necrosis de ovarios no ayuda biológicamente al organismo a resolver el conflicto de pérdida. Pero en caso de resolverse ese conflicto, se producirá en los ovarios un quiste con potencial de producción de hormonas femeninas mucho mayor que el que se tenía antes.

Una observación más detallada puede sugerirnos la existencia un «sentido biológico secundario» en algunos casos de procesos biológicos del Mesodermo Nuevo. Por ejemplo, en el caso de la descalcificación ósea durante la Fase Activa, hay que tomar en cuenta que el organismo puede hacer también anemia y los síntomas correspondientes a ésta (fatiga y cansancio). Objetivamente, la fatiga impedirá o reducirá los movimientos bruscos del cuerpo que podrían dada la descalcificación ósea que sufre el hueso en la Fase Activa, provocar fracturas patológicas o espontáneas perjudiciales para el organismo.

Se podría pensar que esta fatiga es una mera casualidad, un mero epifenómeno sin importancia para la superviviencia o la enfermedad, ya que muchos otros síntomas correspondientes a la anemia no parecen, en principio, tener ninguna función útil al organismo durante la Fase Activa. Como la fatiga, pienso que esta objeción puede tener cierta validez; pero ella solo afecta a lo que aquí he denominado «sentido biológico secundario», que no busca resolver el conflicto, sino que tiene una función biológicamente útil reconocible en síntomas individuales, no al sentido biológico tal como lo explica la 5ta Ley Biológica. Por otro lado, es evidente que a los fines de evitar fracturas patológicas, el cansancio parece ser mucho más importante que los otros síntomas de la anemia. Por este motivo, considero que lo que aquí he denominado «sentido biológico secundario» es un área que todavía necesita mayor investigación.

Así mismo, en la Fase de Curación de dicho conflicto, el organismo experimentará un gran dolor en la zona del hueso descalcificada y que se está recalcificando. El dolor se debe al edema de curación que produce una tensión en el periostio o membrana que recubre el hueso. Este intenso dolor, objetiva y biológicamente considerado, obliga al organismo a mantener inmóvil la extremidad o hueso afectado, ya que durante la recalcificación el organismo sigue estando particularmente susceptible a fracturas patológicas, debido a que todavía hay zonas descalcificadas y una edematización con proliferación celular recalcificante. Solo una vez terminada la Fase de Curación, el organismo estará fuera de peligro de este tipo de fracturas patológicas.

Se puede apreciar entonces que los síntomas y signos estudiados en el marco de las Leyes Biológicas tienen un sentido, una función útil al organismo, una «lógica» propia que puede ser estudiada objetivamente y comprendida científicamente, al margen de cualquier especulación filosófica o teórica del intelectual de turno. Reflexiones éstas que pueden ser muy valiosas desde una perspectiva filosófica o para ciertos campos científicos específicos, pero que serán teóricamente estériles para la Nueva Medicina si no toman en cuenta los descubrimientos de ésta.

El sentido biológico que plantea la Nueva Medicina; probablemente el aspecto más incomprendo de ella, conjuntamente con la noción de conflicto biológico; no es una interpretación personal o subjetiva de la enfermedad basada en criterios psicológicos, culturales, metafísicos o religiosos; sino el estudio y desentrañamiento de la función que los síntomas y signos de cada enfermedad presenta, en el marco o contexto específico de las 5 Leyes Biológicas.

link 01 : https://www.pasadofuturo.com/nmg-preguntas01-25.htm
link 02 : https://www.pasadofuturo.com/nmg-preguntas26-50.htm
link 03 : https://www.pasadofuturo.com/nmg-preguntas51-75.htm