¿Se justifica la teoría microbiana de la enfermedad?

Número 129 – Julio – Agosto 2010

Luis Pasteur postularía en 1835 que los microbios son la causa de la mayor parte de las enfermedades y por tanto la única estrategia terapéutica válida consiste en destruirlos así como en prevenir su invasión mediante campañas de vacunación masiva. Convertida en dogma tal teoría es hoy aceptada de forma casi unánime y complementada por una concepción simplista de la inmunidad constituye la base del negocio de las multinacionales farmacéuticas. Sin embargo carece de rigor científico, se basa en una concepción militarista de la vida y sus consecuencias para la salud tras cien años de fumigación antibiótica e intoxicación vacunal son nefastas. Las bacterias y virus tuvieron y tienen un papel fundamental en el origen y mantenimiento de la vida.

“La guerra permanente contra los entes biológicos que han construido, regulan y mantienen la vida en nuestro planeta es el síntoma más grave de una civilización alienada de la realidad que camina hacia su autodestrucción”.
(Máximo Sandín)

Dada la importancia del asunto que en esta ocasión nos ocupa vamos a tratar lo que podríamos denominar la “guerra contra los microbios” en dos artículos que corresponderán a los dos “bandos” implicados en esta guerra imaginada por Luis Pasteur y sus seguidores. En este primero nos ocuparemos del supuesto “bando invasor” -los microbios- y en el próximo hablaremos sobre el “bando defensor” realizando una crítica en profundidad de lo que la Medicina oficial conoce como “sistema inmunitario”.

Debemos pues empezar aclarando que lo que la Teoría de la Infección o Teoría microbiana de la enfermedad propone -aunque sería más correcto decir impone- es que los microorganismos son la causa de muchas enfermedades y, por tanto, la estrategia terapéutica fundamental consiste en destruirlos. Y aunque esta teoría constituye los cimientos del poder económico de las grandes multinacionales farmacéuticas un breve recorrido por sus orígenes, su evolución y su actual implantación dogmática nos revelará no sólo la ausencia total de fundamento científico en sus planteamientos sino las dramáticas consecuencias que su aceptación acrítica tiene sobre la salud de la población.

Quizás no sea posible saber exactamente a quién se le ocurrió por primera vez la idea de que alguna clase de criatura invisible y perversa debía tener la culpa de nuestros males. En distintas culturas de la antigüedad existen referencias a agentes vivos como posibles causantes de enfermedades. Posteriormente los médicos de Al Andalus hablaron de “criaturas” o “cuerpos diminutos” refiriéndose a posibles agentes causantes de graves males al entrar en el cuerpo. Desde entonces la idea de una amenaza exterior caló profundamente en los investigadores.

A mediados del siglo XVI Girolamo Francastoro hablaba de una “seminaria mortis” (semilla de enfermedad) como agente transmisor de enfermedad por contacto directo o a distancia. Y fue pues en esa época cuando apareció la noción de “contagio” en relación con la sífilis. Siglo y medio más tarde Anton Leeuwenhoek consiguió observar los primeros “microbios” lo que le valió el título honorífico de padre de la Microbiología aunque el término “microbio” parece deberse al cirujano Charles Sedillot y se hizo popular durante las sesiones de la Academia de Ciencias de París. Cabe agregar que se considera que el primero en formular la teoría microbiana de la enfermedad fue Agostino Bassi en 1835.

UN MUNDO PASTEURIZADO

Ahora bien, el protagonista casi absoluto de esta desgraciada historia es Luis Pasteur al que la Enciclopedia Británica -propiedad por cierto de los Rockefeller– define así: “Químico francés y microbiólogo cuyas contribuciones estuvieron entre las más variadas y valiosas en la historia de la ciencia y la industria. Fue él quien demostró que los microoganismos causan fermentación y enfermedad. Él quien inició el uso de vacunas”. A estas alturas pocos cuestionarán sus contribuciones a la historia de la industria. Otra cosa es su carrera científica respecto a la cual ha quedado suficientemente demostrado que sus supuestos hallazgos se deben al plagio y al fraude.

Existen tres análisis -desconocidos para el gran público pero absolutamente rigurosos y demoledores- que dejan bien sentado el comportamiento de Pasteur a lo largo de toda su carrera: los libros de Ethel Douglas Hume y Robert B. Pearson, y el Informe de Gerald L. Geison. De estos textos se desprenden dos ideas fundamentales. La primera, que Pasteur plagió a su maestro Antoine Bechamp, riguroso investigador y miembro de la Academia de Ciencias de Francia. Bueno, el problema es que no se limitó a copiar sus ideas sino que las malinterpretó, confundió y tergiversó lanzando la historia de la medicina por un camino totalmente opuesto al que debió recorrer con trágicas consecuencias para la salud de todos como veremos a continuación. Por otra parte, Pasteur “arregló” los resultados de sus experimentos para que se correspondieran con las ideas que quería demostrar y que, contra toda evidencia, aún persisten en los libros de texto escolares y en la cabeza de la inmensa mayoría de la gente, médicos incluidos.

Bechamp había analizado la relación de los microorganismos con determinadas enfermedades siguiendo los pasos de investigadores como Günter Ederlein, Jean Tissot, Raimond Rife o Wilhelm Reich. Lo que hizo Pasteur fue simplificar sus ideas afirmando que los microorganismos son la causa de las enfermedades; una idea sencilla de asimilar y sobre todo rentable, no sólo en términos económicos sino en un terreno mucho más importante: el de la responsabilidad individual y colectiva sobre la salud y la enfermedad.

La Enciclopedia Británica de Rockefeller también adjudica a Pasteur otro descubrimiento que en realidad éste robó a Bechamp: la fermentación del vino y la leche. Bechamp negó la generación espontánea en la que Pasteur creía a pie juntillas hasta que decidió apropiarse de la teoría de su maestro sin entenderla. Es más, por las conclusiones a las que llegó Pasteur no comprendía ni siquiera sus propios experimentos relacionados con los procesos digestivos y fermentativos. Y eso explica que pidiera a su familia que no hicieran públicas sus notas de laboratorio tras su muerte. Solo que en 1975 un historiador de Princeton, el profesor Geison, tuvo la oportunidad de realizar un estudio exhaustivo de las cerca de diez mil páginas que habían permanecido secretas hasta la muerte del nieto de Pasteur y en las conclusiones de su informe -titulado La ciencia privada de Luis Pasteur que presentó en 1993 a la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia – éste aseguraría que Pasteur no sólo publicó información fraudulenta sino que era culpable de “mala conducta científica” al violar reglas de la medicina, la ciencia y la ética. Nada de lo cual ha impedido que se le siga considerando “benefactor de la humanidad” hasta en los anuncios de yogures.

LOS POSTULADOS QUE NO SE CUMPLEN

El otro famoso protagonista de esta historia es Robert Koch. La importancia de su contribución está en el hecho paradójico de que su riguroso planteamiento, lejos de demostrar la validez de la teoría microbiana, lo que hace es literalmente refutarla. ¿Increíble? Veámoslo.

Pasteur fue un hombre práctico mientras Koch fue un teórico; sin embargo ambos tenían en común -quizás desde que se alistaron voluntarios para la guerra franco-prusiana- una visión marcadamente militarista de la vida. Así que en tanto Pasteur aportó a la humanidad sus experimentos manipulados Koch hizo lo propio con un marco teórico que debía servir para legitimar esos experimentos: los famosos Postulados desarrollados por su profesor, el anatomista alemán Friedrich Henle, que Koch modificaría y según los cuales:

Un microorganismo…
…tiene que ser encontrado en abundancia en todos los organismos que sufren la enfermedad pero no en organismos sanos.
… tiene que ser aislado del organismo enfermo y cultivado en cultivos puros.
…debería causar la enfermedad al introducirse en un organismo sano.
…tiene que ser aislado de nuevo en el organismo en el que ha sido inoculado e identificado como idéntico al agente causal específico original.

Como puede verse se trata de un planteamiento caracterizado por una lógica impecable. El problema es que no se cumple en ninguna enfermedad supuestamente infecto-contagiosa. Ya en 1909 la revista Lancet publicaba esta frase demoledora: “Los postulados de Koch se cumplen raramente o nunca”. ¿Qué hicieron entonces estos “benefactores de la humanidad”? ¿Se preguntaron por qué los microbios vivían en el interior de plantas, animales y seres humanos sin causar enfermedades salvo a una minoría? ¿Se plantearon cómo íbamos a protegernos de ellos si viven en nuestro interior? ¿Se preguntaron cómo habían logrado sobrevivir los seres humanos durante dos millones de años sin antibióticos ni vacunas? ¿Renunciaron a la teoría de las infecciones para buscar otra hipótesis que lograra explicar sus observaciones? ¿Se interrogaron sobre el verdadero papel de los microbios en la naturaleza?

En absoluto. La Teoría de la Infección y los Postulados siguen ahí, intactos, tanto como las efigies de Koch y Pasteur. Aunque con “retoques”, claro. Para empezar Koch se vio obligado a renunciar a la segunda parte del primer postulado “pero no en organismos sanos” al encontrar numerosos casos de lo que ellos llamaban “enfermos asintomáticos” que en realidad no eran enfermos sino personas que tenían el microorganismo pero no desarrollaban enfermedad alguna. ¿Y por qué ocurría eso? La idea de infección implica una invasión de agentes externos… pero resulta que los microbios viven normalmente en el interior de todos los seres vivos. Por eso era muy fácil cumplir la primera parte del postulado e imposible cumplir la segunda.

Sin embargo, aquí no acaba el apaño. Koch y sus colegas –Rush, Max von Pettenkofer y Rudolf Virchow– se dieron pronto cuenta también de que no podían causar la misma enfermedad al inocular el microorganismo en otro huésped como establece el tercer postulado. Así que cambiaron el planteamiento original de Henle y “la misma enfermedad” se convirtió en “síntomas similares” . ¡Problema solucionado!

En 1937, cuando se comprobó que las enfermedades supuestamente causadas por virus ni siquiera cumplían el primer postulado, se corrió un tupido velo sobre la exigencia de “presencia absoluta” del patógeno y se utilizaron expresiones como “presencia regular” o “consistencia de la transmisión”.

Ni lo que muchos investigadores estaban comprobando con sus propios ojos, ni las rigurosas refutaciones realizadas por el prestigioso Claude Bernard, ni las múltiples revisiones posteriores han servido para detener una devastadora corriente que llega hasta nuestros días.

Un ejemplo significativo lo constituye la pelagra. En 1913 un investigador inyectó tejidos filtrados de un enfermo de pelagra a varios monos causando síntomas similares de la enfermedad. La conclusión fue que había un virus filtrable en los tejidos y por tanto la pelagra era una enfermedad viral. Un año después una comisión de expertos del Gobierno afirmaba que la pelagra no estaba relacionada con la dieta y se le encomendó a Joseph Golderberg la búsqueda del virus. Bueno, pues ya en su investigación preliminar Golgerberg llegó a la conclusión de que no se trataba de una enfermedad viral sino originada en la dieta. Y se pasó quince años luchando contra el dogma imperante de la teoría microbiana hasta que finalmente consiguió que se reconociera que esa patología la causa la deficiencia de vitamina B.

BECHAMP TENÍA RAZÓN

Mientras tanto las ideas originales que Pasteur había pervertido y simplificado, las ideas de Antoine Bechamp, quedaron olvidadas. Pero los planteamientos de Bechamp y Pasteur no sólo son dos ideas diferentes, dos teorías distintas, son principalmente dos formas de ver la vida con profundas implicaciones y trascendentales consecuencias. La de Pasteur entronca con Darwin y sus seguidores que aplican a la vida la “ley del más fuerte” y consideran que la evolución es el resultado de una competición en la que han ganado los más aptos. La de Bechamp, por el contrario, parte de la idea de cooperación entre los seres que integran la red de la vida.

Y aunque Bechamp fue “borrado” de la historia oficial sus ideas germinaron y hoy existe una corriente de investigadores que continúa explorando el camino que él abrió cuyos hallazgos más recientes confirman sin lugar a dudas que sus intuiciones y propuestas iban en la línea correcta.

Hoy sabemos que las bacterias fueron fundamentales para la aparición de vida en la Tierra creando mediante la fotosíntesis las condiciones atmosféricas adecuadas. Y que posteriormente fue la progresiva unión de diferentes tipos de bacterias lo que condujo a las células actuales, auténticas cooperativas vitales que posibilitaron la formación de organismos pluricelulares.

En suma, las bacterias son elementos fundamentales en la cadena trófica, tanto en el mar como en la tierra y el aire. Según explica el biólogo español Máximo Sandín -profesor de Evolución Humana y Ecología Humana en la Universidad Autónoma de Madrid- citando estudios de los últimos diez años “purifican el agua, degradan las sustancias tóxicas y reciclan los productos de desecho, reponen el dióxido de carbono a la atmósfera y hacen disponible a las plantas el nitrógeno de la atmósfera. Sin ellas los continentes serían desiertos que albergarían poco más que líquenes. En el ser humano su número es diez veces superior al de las células y su biomasa es mayor que la biomasa vegetal de todo el planeta” (entre el lector en http://www.uam.es/personal_pdi/ciencias/msandin/).

Pero el papel de las bacterias no acaba ahí. A continuación veremos hasta qué punto son necesarias para la vida y las dramáticas consecuencias de la guerra declarada contra ellas.

LA CARRERA ARMAMENTÍSTICA

Ante todo debe entenderse que la imposición de las ideas de Pasteur contribuyó al desarrollo de “armas” con las que “combatir” a los supuestos culpables de las enfermedades. Y nos pone en la pista de quiénes son los responsables máximos del triunfo de esas ideas. Porque la historia del desarrollo y consolidación de la teoría microbiana de las enfermedades es la historia de la creación de los grandes imperios farmacéuticos con el clan Rockefeller a la cabeza.

Antibióticos y vacunas fueron las dos principales categorías de armas desarrolladas para combatir las bacterias o prevenir su ataque. Ambos temas se han tratado profusamente en esta revista de modo que aquí vamos a centrarnos en el papel global que han jugado a lo largo de más de cien años: envenenamiento, alteración del equilibrio ecológico, creación de enormes problemas de salud camuflados como “nuevas enfermedades”, claves de un negocio milmillonario, sostenimiento de conceptos destructivos de la salud y la enfermedad…

Los primeros antibióticos desarrollados -penicilina y similares- actuaban en el exterior de las células bloqueando la producción de proteínas y alterando su funcionamiento así como el entorno y la consistencia de la membrana celular lo que afecta a su función como filtro para elementos o partículas tóxicas. Posteriormente empezaron a desarrollarse otros que actúan en el interior de nuestras células: sulfonamidas, cloranfenicol, tetraciclina, quinolona, macrólidos, septrim y un largo etcétera. Estos productos actúan de diferentes maneras, todas ellas con graves consecuencias. Veamos las más importantes –obviamente no suelen mencionarse ni en los prospectos ni en la información disponible en Internet- apoyándonos en las investigaciones que el Dr. Heinrich Kremer recoge en su obra La Revolución Silenciosa de la Medicina del Cáncer y el SIDA. Según éste los antibióticos…

…bloquean la formación de ADN (información genética de las células) impidiendo la formación de nuevas células y provocando mutaciones.

…alteran el equilibrio de los microorganismos que viven en simbiosis en nuestros cuerpos; en particular perturban la especialización de bacterias en el intestino que cumplen importantes funciones de cooperación. E,

…interfieren en los procesos de producción de energía en el interior de las mitocondrias.

No olvidemos que las mitocondrias son antiguas bacterias que en el curso de la evolución se integraron en nuestras células y constituyen sus generadores de energía vital. Son por tanto fundamentales para la vida y poseen su propia información genética trasmitiéndola directamente de madre a hijo. Cualquier daño que sufran no sólo repercutirá pues sobre la producción de energía creando graves problemas de salud sino que pueden trasmitirse de una generación a otra. Y eso es precisamente lo que ha venido ocurriendo a causa de la administración masiva durante décadas de antibióticos y otros productos tóxicos fabricados por la macroindustria farmacéutica que fue creada por los mismos grupos de poder que hoy controlan el petróleo y la energía obteniendo cada año cientos de miles de millones de euros en concepto de patentes y ventas de sus venenos.

Un proceso autodestructivo -auténtico desastre “microecológico”- que ha conducido a la humanidad a un callejón sin salida ya que no hay posibilidad de fabricar antibióticos más potentes para vencer la resistencia desarrollada por los microbios. Siendo en este mismo contexto donde debemos situar por cierto la aparición de los nuevos “antivirales” en el marco del SIDA. Productos que son lanzados al mercado sin los estudios clínicos adecuados y se experimentan utilizando como conejillos de indias a personas aterrorizadas y niños indefensos.

VACUNAS: FRAUDE E INTOXICACIÓN

La otra idea que Pasteur regaló a la humanidad es la de la vacunación. Desde el punto de vista del Modelo Médico Hegemónico -en el que tiene un papel destacado la concepción de un Sistema Inmunitario como ejército defensivo contra los microbios- las vacunas son algo así como si capturáramos un puñado de enemigos para que nuestros servicios de inteligencia les saque la información precisa que permita diseñar una estrategia específica contra él.

Y podemos aproximarnos a la crítica de las vacunas desde dos perspectivas. Una, desmontando la base teórica en la que se apoyan: la Teoría Microbiana y el concepto de Sistema Inmunitario desarrollado por la Medicina oficial. Pero de ello nos ocuparemos en el próximo artículo donde tendremos oportunidad de comprobar que las vacunas carecen del más elemental sentido bio-lógico a pesar de que han sido impuestas con el falso argumento de que sirvieron para erradicar las enfermedades y acabar con las epidemias. Ahora vamos a adoptar la segunda perspectiva que es la de analizar sus efectos negativos y poner al descubierto las mentiras sobre su efectividad que comienzan en el origen mismo de las vacunas de la mano, cómo no, de Pasteur.

El mismísimo Robert Koch, en un trabajo publicado en 1881 sobre el ántrax, criticó las investigaciones de Pasteur y le acusó de falsear los resultados de sus experimentos de vacunación. ¿A qué se refería? Pasteur llevó a cabo un experimento que ha pasado a la historia como la demostración definitiva de que el organismo es capaz de inmunizarse contra una enfermedad si recibe el microbio causante debilitado. Los días 5 y 17 de mayo de 1881 inoculó a 25 de 50 carneros una vacuna contra el ántrax que consistía en bacilos atenuados; unos días después, el 31 de mayo, inyectó a los 50 carneros bacilos virulentos prediciendo que los no vacunados morirían a diferencia de los vacunados que estaban protegidos. Dos días después, en un teatral escenario abarrotado de granjeros, periodistas y científicos, se constató el éxito total: entre los no vacunados había 23 carneros muertos y dos moribundos mientras los 25 vacunados habían sobrevivido.

Hasta aquí la historia tal como la cuentan los manuales, los libros de texto y Wikipedia en Internet. Solo que hay otras fuentes de información menos conocidas que permiten conocer una verdad muy diferente de lo acontecido. Es el caso del libro de H. J. Hudson La gran traición: fraude en la ciencia o los artículos del médico higienista Eneko Landaburu (disponibles en numerosas páginas de Internet). Apenas un año después del “milagro” Pasteur comenzó a recibir informes de numerosos pueblos de Francia y Hungría en los que habían utilizado su vacuna pero las ovejas vacunadas morían por millares. Y lo mismo ocurrió en otros países en los que se intentó reproducir su experiencia: Italia, Alemania, Rusia, Argentina… ¿Qué había sucedido? Se sabría dos años después cuando Pasteur declaró en la Academia de Ciencias que las vacunas llevaban un “activador”. En otras palabras, un veneno (a base de bicromato potásico) que había destruido los bacilos inoculados en los carneros vacunados y por eso habían logrado sobrevivir.

Hoy sabemos que no es cierto que las vacunas hayan erradicado enfermedad alguna. Estudios rigurosos demuestran que los momentos álgidos y las bajadas de intensidad o desaparición de epidemias como la viruela, la difteria, la tuberculosis o la rubeola estaban relacionadas con cambios en las condiciones de vida y no con la introducción o no de vacunas (para una exposición más detallada con numerosos ejemplos y bibliografía entre en
http://saludypoder.blogspot.com/2010/02/puntualizando-sobre-vacunas-y-salud.html .

Es más, un amplio movimiento social -en el que participan numerosos médicos- advierte actualmente de los graves problemas de salud que causan las vacunas
(https://www.dsalud.com/entrada/reportajes/mitos-y-verdades-sobre-las-vacunas). Entre ellos, encefalitis, meningitis, neumonía, tetraplejia, epilepsia, poliomielitis, insuficiencia renal, parálisis cerebral, ceguera, reumatismo articular, adenopatía, convulsiones, osteomielitis, cólera, alteraciones de cromosomas, enfermedades genéticas y malformaciones.

Cabe agregar que las vacunas han contribuido poderosamente a reforzar la irresponsabilidad de las personas ante su salud haciéndoles dependientes de las grandes multinacionales farmacéuticas además de asentar un sistema sanitario aberrante que no sólo no soluciona los problemas de salud de la población sino que desde hace muchos años los agrava cuando no los crea.

OTRA FASE EN LA GUERRA CONTRA LOS MICROBIOS

Pero volvamos de nuevo la vista atrás. Cuando los bacteriólogos pasteurizados tuvieron dificultades para encontrar nuevas bacterias a las que atribuir enfermedades empezaron a pensar que quizás hubiese microbios más pequeños que no podían ver ni siquiera con el microscopio óptico. Así que decidieron resucitar un término acuñado a finales del siglo XIV para referirse a posibles entidades invisibles venenosas: los “virus”. Unos microbios que en principio se pensó podían ser de naturaleza líquida –y por eso se les denominó “contagium vivum fluidum”- aunque posteriormente se determinaría que se trata de “partículas”.

El caso es que hasta la invención en 1931 de la microscopía electrónica los virus fueron pura conjetura. Resulta que en 1884 el microbiólogo Charles Chamberland había inventado un filtro que permitía retener las bacterias contenidas en un suero y pensó que todos los “agentes infecciosos” eran retenidos en él pero algunos investigadores llegaron a la conclusión de que había “agentes filtrables”, microbios que lograban traspasarlo y se mantenían en el suero. De ahí que dedujeran que debía haber “minibacterias” o “ultravirus”. No sería sin embargo hasta la invención por Ernst Ruska y Max Knolldel microscopio electrónico cuando se les pudo ver por primera vez… y de inmediato se les comenzó a culpar de nuevas enfermedades. Comenzaría así una nueva fase en la guerra contra los microbios surgiendo una nueva estirpe de “cazadores”: los virólogos.

Bueno, pues seamos pragmáticos y tomemos como ejemplo el caso de la poliomielitis, primera enfermedad que se “demostró” estaba causada por un virus, para mostrar hasta qué punto la Virología está dominada por el dogmatismo, las ideas preconcebidas y los intereses de las multinacionales y los grupos de poder. Pero antes hagamos un breve repaso, de nuevo con la ayuda del profesor Sandín, sobre el papel que los virus tienen en la Red de la Vida: “Hay ¡entre 5 y 25 veces más virus que bacterias!–explicó Máximo Sandín en el reportaje ¿Realmente son las bacterias y virus responsables de la mayoría de las enfermedades?
(https://www.dsalud.com/entrada/reportajes/realmente-son-las-bacterias-y-virus- responsables-de-la-mayoria-de-las-enfermedades) que apareció en el no 125 de esta revista-. Vivimos en suma inmersos en un mar de bacterias y virus que, insisto, son esenciales para el funcionamiento de la vida. Poca gente conoce que los virus que existen en el mar en cifras astronómicas controlan la base de la pirámide trófica, son un reservorio de información genética, intervienen en procesos biogeoquímicos entre los que está la contribución a la nucleación de las nubes, que el genoma de los seres vivos está formado por una suma de genes bacterianos y genes virales. Y menos aún sabe que cuando se secuenció el genoma humano lo que en realidad se secuenció fue sólo la parte codificante de las proteínas y eso es sólo el 1’5% del genoma en el que se han identificado cientos de secuencias de origen bacteriano y miles de elementos móviles y retrovirus endógenos enteros y fragmentarios. El resto, el otro 98,5%, son elementos móviles, virus endógenos, exones, secuencias repetidas… todo de origen viral. Y todo ello lleva a una singular conclusión: ¡son los virus y las bacterias los arquitectos de la vida!”. A lo que añade en su web: “La mayor parte de los genomas animales y vegetales está formada por virus endógenos (internos) y elementos móviles y secuencias derivados de virus”. Sandín habla de lo que hasta ahora ha venido llamándose “ADN basura” por los genetistas que desprecian todo lo que no conocen. Cuando resulta que en esa “información basura” se encuentra genes homéoticos fundamentales para el desarrollo embrionario cuya disposición en los cromosomas revela que son de origen retroviral. De hecho en sucesivos trabajos -publicados en los últimos quince años- se ha establecido ya que determinados virus endógenos tienen en los mamíferos la misión de formar la placenta y suprimir las reacciones inmunitarias para que durante el embarazo el feto no sea rechazado por el cuerpo de la madre. El profesor Sandín también ha documentado que “los virus en estado libre son absolutamente inertes y es la célula la que utiliza y activa los componentes de los virus”.

EL EJEMPLO DE LA POLIOMIELITIS

En suma, la “poliomielitis” -palabra de origen griego que significa “médula gris”- se caracteriza por la inflamación de la médula espinal y por afectar a las neuronas motoras produciendo parálisis y, en casos graves, la muerte. Y al dar lugar a finales del siglo XIX a auténticas “epidemias” que afectaron principalmente a niños de clase media los bacteriólogos pasteurizados se lanzaron rápidamente a la búsqueda de la bacteria culpable. Solo que como no encontraron ninguna resucitaron la vieja idea de los “agentes filtrables”, es decir, de los virus.

De hecho el ex presidente Teodoro Roosevelt decidió iniciar una “guerra contra la polio” porque acababa de verse él afectado por ella comenzando así una carrera cuya recompensa sería para quien la ganara la elevación a los altares de la Ciencia (por no mencionar los sustanciosos beneficios de una vacuna que se comercializaría a escala planetaria). Es más, la poliomielitis llegó a ser incluida en la Ley de Salud Pública como “enfermedad infecciosa” siguiendo criterios como el de B. Sach (publicado en el Journal of. Obst. & Gynec., 63: 703.710, April 1911): “En general, que cualquier enfermedad se produzca de forma epidémica es suficiente para probar su carácter infeccioso o contagioso”. Sin comentarios. Obviamente la inclusión de la poliomielitis como enfermedad infecciosa implicaba que la investigación, descartadas las bacterias, quedaba ya exclusivamente en manos de los virólogos. Y los virólogos, como su propio nombre indica, se dedican a cazar virus. De modo que en 1909 se produjo otro de esos “hitos” en la Historia de la Medicina: nada menos que la primera vez que se “demostró” que una enfermedad estaba causada por un virus. ¿Y en qué consistió esa “demostración”? Sencillamente, Karl Landsteiner y Erwin Popper partieron de la base de que puesto que los virus eran elementos muy pequeños filtrando el suero de un enfermo y retirando todas las posibles bacterias lo que quedaba tenía que ser ¡el agente culpable! A cualquiera se le ocurriría hoy plantearse la posibilidad de que otras partículas igual de pequeñas permanecieran allí pero estos “grandes científicos” no sólo no lo consideraron así sino que se referían a ese suero como “virus aislado”.

La presunta identificación del virus culpable no se produciría hasta casi cuarenta años después. En 1948 Gilbert Dalldorf y Grace Sickles -del Departamento de Salud de Nueva York- encontraron en heces de niños enfermos un “agente filtrable no identificado” al que posteriormente se denominaría “poliovirus”. Nadie pudo explicar cómo un habitante habitual de nuestros intestinos lograba llegar a la columna vertebral y atacar los tejidos nerviosos del cerebro pero se decidió pasar por alto ese “detalle” y comenzó una competición para encontrar la vacuna, algo que dirían haber logrado Jonas Salk -de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburg– y Albert Sabin -investigador del Instituto para la Investigación Médica, organismo propiedad… de Rockefeller.

Evidentemente el hallazgo de Dalldorf y Sickles fue “providencial” para los buscadores de vacunas ya que hasta ese momento se habían dedicado a cultivar el virus a base de inyectar a decenas de miles de monos y chimpancés. De hecho el enorme retraso en la investigación a pesar de los millonarios fondos invertidos se debe a que se centraron en experimentar con los monos aún cuando estaban observando que el curso de la enfermedad era diferente a la del ser humano. Y miles de monos fueron sacrificados en la mesa de vivisección en nombre de la Ciencia. De hecho habían calculado que, de encontrar una vacuna, inyectarla a la población de Estados Unidos exigiría sacrificar a 50.000 monos.

El primero en conseguir una “vacuna” fue Salk a partir de las heces de tres niños que ¡no estaban enfermos! Pero al parecer eso tampoco era relevante. Sin embargo, a punto de lanzar la vacuna, sí encontraron algo preocupante: tres variantes del supuesto poliovirus en intestinos de enfermos. Y eso implicaba que una vacuna fabricada a partir de uno de ellos no protegería enteramente de la enfermedad. Hasta donde he podido investigar ese escollo lo salvaron sencillamente ¡olvidándose del tema! Más adelante la vacuna de Sabin se presentaría como “trivalente”, es decir, afirmando que protegía de las tres variantes del virus.

Entretanto los buscadores de vacunas montaron un nuevo desastre: para producir cantidades importantes de virus de modo barato utilizaron células cancerosas de una paciente llamada Henrietta Lacks muerta en 1951. En poco tiempo 600.000 cultivos de esas células se hallaban repartidos por todo el país siendo utilizados para todo tipo de investigaciones y experimentos. Obviamente se temió que las vacunas estuvieran contaminadas con elementos cancerígenos pero su fabricación no se detuvo por eso.

En 1954 Salk probaría su vacuna en 400.000 niños norteamericanos y “sólo” 112 enfermaron de polio a los pocos meses de recibir tres dosis. Sin embargo Salk no contabilizó a los que enfermaron con menos de tres dosis o dentro de las dos primeras semanas tras la tercera dosis. A todos ellos les consideró “no vacunados” alterando así completamente los resultados de la prueba. ¡Realmente un digno discípulo de Pasteur! La conclusión oficial de su informe fue que la vacuna ofrecía una protección de entre el 30 y el 90% pero públicamente se anunció como un gran éxito y el 12 de abril de 1955 la Fundación Nacional para la Parálisis Infantil la declaraba totalmente segura afirmando además que ofrecía protección total contra la polio. Salk recibió la Medalla del Congreso de manos del entonces presidente Eisenhower y seis fabricantes lanzaron al mercado las 27 millones de dosis que tenían preparadas a la espera de obtener la aprobación confiando en las presiones de la fundación.

Dos semanas después de iniciarse la vacunación se registraron 260 casos de niños con polio de los que 11 murieron con lo que el Cirujano General de Estados Unidos suspendió de inmediato la vacunación en todo el país y convocó una reunión urgente con Salk y los fabricantes. Estos le aseguraron que todo estaba controlado y que las próximas dosis serían seguras. Sabin, el competidor de Salk, propuso la paralización total de las vacunaciones pero éste tenía buenos contactos en puestos de poder claves y la campaña se reanudó a pesar de las advertencias de John Enders -que había recibido el Premio Nobel en 1949 por cultivar el virus en tejidos humanos- sobre posibles agentes no detectados en la vacuna.

La epidemia se agudizaría. Solo en Boston aparecieron 2.000 casos a los cuatro meses de reanudarse las vacunaciones cuando en los años anteriores no se había superado nunca la cifra de 300 casos. En Nueva York y Connecticut se dobló asimismo el número de casos. Y en Vermont se triplicó. En Massachusetts el 77,5% de los casos de parálisis habían recibido tres o más dosis de la vacuna. En Canadá decidieron finalmente suspender las vacunaciones -en Otawa los casos habían aumentado un 700%- al igual que en varios países europeos. En 1957 la mitad de quienes sufrieron polio en Estados Unidos ¡estaban vacunados! De hecho en los cinco estados donde se pusieron en marcha las campañas más compulsivas de vacunación el aumento de casos fue de un 400%. Finalmente cuatro de las compañías fabricantes se retiraron del mercado ante el estrepitoso fracaso y el temor de posibles demandas legales por los afectados.

“¡LA VACUNA FUNCIONA!”

Sin embargo de repente, en esa atmósfera creciente de descrédito, la epidemia comenzó a ceder. En poco tiempo los casos descendieron… ¡hasta cero! ¿Qué había sucedido? ¿Había por fin funcionado la vacuna? Desde luego así fue como se anunció en grandes titulares y como puede verse hoy en cualquier enciclopedia o manual. Sin embargo investigaciones críticas desvelan otra historia muy distinta, casi espeluznante. La vacuna no sólo no funcionó sino que se había convertido ¡en la primera causa de parálisis en niños y adultos! “Utilizar las vacunas de Salk o Sabin incrementará la posibilidad de que su hijo contraiga la enfermedad. Parece que la forma más efectiva de proteger a su hijo de la polio es asegurarse de que no se pone la vacuna”, manifestaría el Dr. Robert Mendelsohn, presidente de la Federación Nacional de Salud y profesor de Pediatría, Salud Comunitaria y Medicina Preventiva en la Universidad de Illinois además de autor de varios libros sobre salud pública y vacunaciones, entre ellos Confesiones de un médico herético y La bomba de tiempo médica de la inmunización contra las enfermedades. Luego, ¿por qué descendieron entonces los casos de polio?

En primer lugar porque los Centros para el Control de las Enfermedades (CDC)
(https://www.dsalud.com/entrada/reportajes/la-politica-sanitaria-mundial-la-determina-un- grupo-de-agencias-estadounidenses)-de los que hablamos ampliamente en un artículo publicado en el no 128 (https://www.dsalud.com/revistas/numero-128-junio-2010/) de la revista- ¡cambiaron los criterios de diagnóstico! Antes, si la sintomatología se presentaba durante 24 horas se diagnosticaba polio; a partir de ese momento para que así se determinara los síntomas tenían que persistir al menos ¡60 días! Y encima se decidió que si los casos se producían dentro de los 30 días siguientes a la administración de la vacuna se consideraban ¡“preexistentes”!

Por si fuera poco hasta ese momento una de las manifestaciones clínicas más significativas de la polio era la inflamación de la membrana del cerebro y los nervios. A partir de entonces eso se diagnosticaría como meningitis… incluso en presencia del poliovirus.

¿El resultado? Que entre 1951 y 1960 se habían diagnosticado 70.083 casos de polio y ninguno de meningitis pero tras la entrada en vigor de los nuevos criterios se reportaron entre 1960 y 1980 sólo 589 casos de polio ¡y 100.000 de meningitis! El dato es tan brutal que no puede haber médico en el mundo que una vez constate por su cuenta que lo que aquí se dice es verdad no dude de todo lo que le han hecho creer no ya sobre la vacuna de la poliomielitis sino sobre cualquier vacuna.

Agregaremos que los pacientes con los síntomas de parálisis típicos de la polio serían diagnosticados a partir de entonces provisionalmente como Parálisis Fláccida Aguda en espera de las pruebas para detectar el poliovirus. Lo curioso es que a partir de ese momento la mayoría daba negativo a los tests; es decir, que el virus culpable no aparecía.

El sentido común, en suma, apuntaba que había que revisar la teoría viral de la poliomielitis y buscar otras causas pero lo que se hizo fue utilizar la estrategia como demostración de que la vacuna funcionaba puesto que ya no se diagnosticaban casos de polio. Es más, la desfachatez llegó al extremo de que como en las estadísticas no se daban datos de la Parálisis Flácida Aguda eso se interpretó como que no había ningún caso.

Supongo que a estas alturas al lector no le sorprenderá saber que antes de la introducción de la vacuna la Fundación Nacional para la Parálisis Infantil pagaba 25 dólares a los médicos por cada diagnóstico de esa enfermedad pero que tras la implantación de la vacuna las directrices fueron en sentido contrario.

Ni le sorprenderá saber que la mayor parte de los médicos no informaron de las reacciones adversas de la vacuna. La propia FDA terminaría admitiendo que el 90% de los casos de reacciones adversas a la vacuna no se habían comunicado.

El Dr. Bernard Greenberg, un experto en Bioestadística que presidió la Comisión de Evaluación de la Asociación de Salud Pública Americana en los años cincuenta, aseguraría en 1962 en una audiencia del Congreso que la reducción estadística de casos de polio se debió en realidad al cambio de los criterios utilizados para comunicarlos: “Antes de 1954 cualquier médico que diagnosticara poliomielitis estaba haciendo un favor al paciente al subvencionarle los costes de hospitalización (…) Simplemente, el cambio en los criterios de diagnóstico fue lo que predeterminó el descenso de casos entre 1955 y 1957. Se usara o no la vacuna”.

En otros países se utilizarían tácticas similares. En China por ejemplo los casos de poliomielitis se “convirtieron” en casos de Síndrome de Guillem Barré que es indistinguible de la parálisis considerada hasta ese momento síntoma de la polio. En Alemania se “arreglaron” los criterios siguiendo el método de los CDC. Y así sucesivamente…

Al final si algún diagnosticado daba positivo al test se montaba de inmediato una campaña de vacunación a nivel estatal. Y si volvían a aparecer casos, revacunación.

¿Le extraña que en el International Journal of Emidemiology apareciera un estudio de Kohler titulado Inyecciones innecesarias asociadas con parálisis o que en la propia web de la Organización Mundial de la Salud (OMS) apareciera un texto bajo el epígrafe de Doce millones de inyecciones al año, la mayoría innecesarias?

LA POLIO, EFECTO DE UN ENVENENAMIENTO

Mientras todo eso sucedía los médicos e investigadores que llevaban afirmando desde hacía cincuenta años que la polio se debía a un envenenamiento por insecticidas -en especial por el DDT- y otros tóxicos fueron sistemáticamente despreciados y silenciados. Y eso que desde la más remota antigüedad existen informes de parálisis causadas por diferentes clases de venenos: arsénico, fósforo, monóxido de carbono, plomo, cianuro, anilina, benzeno… De hecho se han tratado con éxito casos de poliomielitis mediante sustancias reductoras conocidas por su eficacia en anular venenos como el azul de metileno, el ácido ascórbico (vitamina C) o el dimercaprol.

La verdad es que la polio se ha relacionado sistemáticamente con fumigaciones, el uso cotidiano de DDT, la utilización de pesticidas en cultivos, ríos, bosques y calles e, incluso, con su lanzamiento por aviones o pulverizando con espráis a los niños. Asimismo se ha relacionado con inyecciones de antibióticos y con la extirpación de las amígdalas. Y las reducciones de casos coinciden -¡qué casualidad!- con las retiradas de esos productos del mercado.

Actualmente se afirma que la poliomielitis ha sido erradicada en la mayor parte del planeta pero la verdad es que se conocen 45 términos derivados de la palabra polio para describir los efectos del envenenamiento por pesticidas; entre ellos los de polioencefalomalacia, poliradiculoneuritis, poliomalacia espinal o poliomielomalacia multifocal.

Visto lo visto, ¿no le parece vomitivo al lector que la Organización Mundial de la Salud mantenga aún programas de vacunación masiva contra la polio justo en los países en vías de desarrollo donde paralelamente hay programas para fumigar grandes extensiones de terreno con DDT? Seguiremos con este asunto el mes que viene.

Jesús García Blanca

TOMADO DE : https://www.dsalud.com/reportaje/se-justifica-la-teoria-microbiana-de-la-enfermedad/

Si yo fuera padre

Por Lucas Sánchez En Uncategorized 07/06/2011
6 Minutos de tu tiempo

Si yo fuera padre y tuviera la certeza de que las vacunas son peligrosas no vacunaría a mis hijos. Pero si fuera padre y en mi poder estuviera la salud de mi hijo lo primero que haría sería documentarme profundamente para buscar dichas «certezas». Me darían igual los comentarios y las habladurías en general. Iría a los datos. Buscaría que es lo que podría hacer dañina a una vacuna. Y seguro que me encontraría que lo considerado «peligroso» de las vacunas son los excipientes. Entonces me gustaría saber qué son los excipientes y, entonces, aprendería que hay tres tipos; conservantes, adyuvantes y aditivos.

Ahí me daría cuenta de que la gran polémica ha recaído sobre los conservantes, en concreto sobre los derivados del mercurio, como el Thimerosal, que se utilizaba en varias vacunas para evitar que se contaminaran las preparaciones con bacterias. También vería que no existe relación entre estos derivados con el autismo, como muchos antivacunas han intentado aleccionarme. Aprendería que la vida media de estos compuestos no supera una semana en sangre, no toda la vida como dicen «por ahí». Entendería como acto de buen hacer su retirada del mercado «por si acaso» en todas las vacunas posibles. Y podría seguir leyendo meses sobre esto hasta quedarme tranquilo.

Leería por el camino que los adyuvantes pueden causar efectos secundarios leves, pero que son necesarios para potenciar el efecto de la vacuna. Que los aditivos son sustancias tan normales como azúcares, aminoácidos y proteínas residuales o añadidos para dar estabilidad. Que salvo si uno es alérgico a uno de esos azúcares, aminoácidos o proteínas, no se debe preocupar. Y me creería los datos de los que, cuando tienen el más minimo indicio, advierten, por si acaso.

Si yo fuera padre y no tuviera ni idea de historia no vacunaría a mis hijos. Porque en caso contrario me habría dado cuenta de que mi movimiento ultrarevolucionario naturalista es tan antiguo como la vacunación misma y bastante anterior al desarrollo farmacéutico-satánico que no soporto. Porque en 1900 ya había antivacunas a los que se les multaba o se les encarcelaba por negarse a vacunarse de viruela. Porque el sistema sanitario de entonces desafió a cualquier mayor de edad (nada de experimentar con sus propios hijos) que aceptara el reto de no vacunarse y se expusiera a pacientes infectados con viruela. Porque el Dr.Immanuel Pfeiffer respondió a la oferta y tras meterse en un hospital con 100 pacientes de viruela se la llevó puesta. Y los periódicos del momento se hicieron eco publicando un titular que decía «Pfeiffer tiene viruela, los antivacunas no pueden vivir».

Si yo fuera padre y no estuviera atento a las noticias no vacunaría a mis hijos. Porque justo «la gran mentira» antivacunas actual salió de la boca de Andrew Wakefield, un médico inglés que lo que quería era denunciar a compañías farmacéuticas multinacionales y hacerse de oro. Y se inventó lo de la triple vírica y el autismo. Y cundió el pánico porque se publicó en The Lancet, una revista altamente prestigiosa. Y no le costó nada maltratar a niños por el camino, en concreto a amigos de sus propios hijos. Practicar en ellos técnicas invasivas y abusivas. Poner su salud en riesgo para nada. Y porque, al final, hasta la revista científica que publicó sus resultados ha tenido que retractarse y pedir disculpas.

Si yo fuera padre y no tuviera ni idea de cómo funciona una vacuna no vacunaría a mis hijos. Porque entonces sabría que el objetivo de vacunar es estimular clones de linfocitos T o B que corren por las venas y linfa de mi hijo, que son específicos para una parte de un patógeno. Que mi hijo ya los tiene y que lo único que necesita es prepararlos para una futura batalla. Que para ganarla necesita que la calidad y la cantidad de esos linfocitos sea suficiente. Y ojo, que no hace falta tener muchos estudios, que ya lo dejaban bien riguroso y mascadito en «Érase una vez la vida«. Y también hay campañas del Ministerio de Salud, con datos recientes, QUE NO SE DEBEN PERDER.

Si yo fuera padre y no tuviera ni idea de lo que es la inmunidad de barrera no vacunaría a mis hijos. Porque lo que me importan son mis hijos y no los hijos de los demás. Pero resulta que la inmunidad de barrera es la que no sólo protege a mis hijos sino TAMBIÉN a los de los demás. Porque para que la barrera funcione todos los niños tienen que estar vacunados. Porque así nos evitamos males mayores. Porque no solamente puedes provocar epidemias, sino también tener que acabar, como diría el Dr.House, comprando ataúdes de pino de un metro de largo.

Si yo fuera padre y no tuviera sentido común no vacunaría a mis hijos. Porque hace falta no tener sentido común para pensar que las vacunas son veneno cuando millones de personas en el mundo reciben más de 15 inoculaciones en su vida sin efectos secundarios. Porque hay que tener poco sentido común para pensar que la industria farmacéutica puede sobornar a toda la OMS, a todos y cada uno de los investigadores que trabajan en el desarrollo de vacunas y a todas sus familias. Porque nadie que sepa de vacunas ha salido para decir lo contrario. Porque pagarles millones por su silencio no acabaría siendo un negocio. Porque si yo quisiera engañar al mundo entero con algo que no funciona, lo que haría sería venderle agua. Haría lo que hacen los homeópatas, irme a casa con la conciencia tranquila de que no voy a matar a nadie, ni a curarlo tampoco. Nunca le sacaría dinero a un veneno porque podrían pillarme cuando empezara a morir gente. Agua, o como mucho agua y edulcorante, y a dormir tranquilo sobre fajos y fajos de billetes.

Y por último:

Si yo fuera padre y no supiera buscar información, leer algo de historia, estar atento a las noticias o dejarme aconsejar por los expertos antes de jugar con la salud de mis hijos…quizás no debería ser padre.

Y por favor, tanto si usted es padre/madre como si no lo es, antes de entrar a los comentarios a defender lo indefendible haga usted el favor de leerse los links, de buscar certezas y de criticarlas si hace falta, pero después de leer un poquito. Ya verá como seguramente no le haga falta.

Pasteur vs Béchamp – diez mil mentiras pueden ocultar una verdad

Escrito por Ronald Modra
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Más información en:

http://www.whale.to/a/b/pearson.html
http://www.ronaldmodra.orgfree.com –>(no es valida)

Cuando una mentira puede crear billones de dólares y es enseñada a cada siguiente generación como un hecho, es un asunto bastante serio; es más, es un acto revolucionario confrontarla.

Incluso la peor mentira puede vestirse con un manto de respetabilidad si no ha sido públicamente expuesta por un tiempo considerable.

Hubo un tiempo en el que Pasteur no gozó del respeto divino concedido a él hoy, y en vez de eso, se le consideró un fracaso en casi todos sus experimentos, causando muerte e inmensas pérdidas financieras a aquellos que siguieron sus creencias. Actualmente, la teoría de los gérmenes de la enfermedad, incluyendo la vacunación y la intervención farmacéutica, ha sobrevivido para convertirse en la base de la industria de las enfermedades…..

pasteur vs bechamp –bajar pdf

articulo tomado de la web https://materialdenmg.com/pasteur-vs-bechamp/

PASTEUR: PLAGIARIO, IMPOSTOR, ASESINO

(O “EL SUEÑO Y LA MENTIRA DE LOUIS PASTEUR”)
LA TEORÍA DE GERMEN REFUTADA.
R. B. PEARSON. (Publicado por primera vez en 1942)

PREFACIO DEL AUTOR.
Atacar la reputación de un hombre famoso es un asunto serio, especialmente uno que ha posado, y ha sido aceptado, como uno de los mejores científicos del mundo. Durante muchos años, Pasteur ha sido considerado como un fundador y un líder en serología; pero siempre es pertinente examinar los comienzos de cualquier asunto sobre el cual haya una diferencia de opinión, con la esperanza de encontrar la verdad del asunto.

El escritor ha hecho un esfuerzo en sus anteriores libros y folletos para mostrar que la teoría de los gérmenes es falsa, y que la enfermedad se debe casi siempre a errores de la dieta o de la forma de vida, los gérmenes están presentes únicamente como carroñeros de tejidos y alimentos muertos y de desecho, y no como la causa de la enfermedad … fragmento del libro .

Louis Pasteur: plagiario impostor y asesino – R B PEARSON –> bajar pdf

Informe COVID-19 Médicos y Biólogos por la verdad –> bajar pdf

Para acabar con Pasteur

Escrito por Eric Ancelet
¡ Comparte este artículo !
Decir que Pasteur se equivocó y que todos los dogmas que erigió son falsos, obviamente, necesita justificación.
Existe, por cierto, para numerosos terapeutas, así como para numerosos pacientes, la evidencia de que la medicina nacida de las ideas de Pasteur, del siglo de Pasteur, es una medicina metida en un callejón sin salida; una medicina que no llega, en absoluto, a la curación global de los seres humanos, es decir, a un bienestar que sea a la vez psíquico, emocional, físico y que permita a los seres humanos seguir evolucionando.
Más allá de este aspecto empírico, es decir, de la toma de conciencia de esta evidencia, esta medicina no cura, no curaba y nunca podrá curar la evidencia ─como mucho, suprime síntomas. Es paliativa pero no sabe generar una auténtica curación, aunque sí producir sumas colosales para los laboratorios. Por encima de esta constatación de base, finalmente, poner en tela de juicio los dogmas pasteurianos es aceptar cambiar totalmente su visión del mundo. Este cambio radical de visión del mundo podemos exponerlo en varios puntos. … (bajar el documento)

para acabar con pasteur – ERIC ANCELET –> bajar pdf

PORQUÉ HAN MUERTO TANTOS ANCIANOS

Abel Muñoz
1 de julio a las 20:01
PORQUÉ HAN MUERTO TANTOS ANCIANOS – El Crímen Perfecto.
«Cuanto más se desvíe una sociedad de la verdad, más odiará a aquellos que la proclaman» George Orwell
Si analizamos lo ocurrido, bajo el conocimiento de las leyes de la naturaleza, podrías caer en la cuenta de que; si los que manejan los hilos saben de estás leyes; podrían cometer el crimen perfecto:

Me explico:
GENERAR ESTADO DE MIEDO CON ALGO QUE PUEDE INVADIRNOS. Cuando una persona o mamífero siente que un «depredador» puede invadir su territorio, conflictúa con los bronquios. Estos se ulceran mientras se tiene el conflicto. La úlcera, hace que el diámetro de los bronquios (la luz) aumente. Por lo que, entra más oxígeno y llega más rápido a los músculos. Esto lo hace el organismo de manera automática, para que se pueda defender mejor el territorio, de la amenaza externa. Cuando ya está resuelto el conflicto (p.ej: ya me siento seguro con las medidas de protección) comienzan a rellenarse las paredes de los bronquios. Aquí es cuando tosemos, y podemos notar la falta de aire. Se podría diagnosticar como una bronquitis.

Si a esto le añadimos:
AISLAR DE GOLPE A UNA PERSONA. Como p.ej: no dejarla salir, no dejar que la visiten, o internarla en un hospital con fuertes medidas de aislamiento, para no contagiar. Si una persona se siente como «pez fuera del agua» su organismo automáticamente activará los túbulos colectores del riñón y la persona comenzará a retener líquidos. Este cuadro puede ser diagnosticado como neumonía. Porque ahora, mientras se rellenan las úlceras, hay más líquido en los pulmones. En este estado, cualquier otro programa que esté en curso inflamará y agravará muchísimo más los órganos y tejidos del cuerpo, haciendo peligrar la vida de la persona. Es lo que en Nueva Medicina se conoce como; El Síndrome.

La fómula es bien simple:
AISLAMIENTO + MIEDO = PELIGRO de MUERTE
Y para llevarla a cabo, sólo se necesita controlar los medios de información; televisón, prensa y redes sociales. ¿Te suena de algo?
El Quién, el Para qué y el Porqué, ya es cosa tuya… #investigaportucuenta y #piensaportimismo
Abel Muñoz

 

DOCUMENTOS

NO ME VACUNO por chemtrails larioja

Alerta de Acción contra la vacunación obligatoria

 

 

PANDEMIA POR COVI-19

Por qué comenzó Covid 19 en Wuhan? Explicación desde la N.MG. (Por Ilsedora Laker)
COVID-19 (Por Ilsedora Laker) Traducción (Iván Mendieta)

Durante el último mes he recibido innumerables correos electrónicos preguntando de qué se trata la «pandemia» de COVID-19, así que pensé que podría ser una buena idea bloguear sobre el tema en lugar de explicar a qué se refiere el enfoque de GNM sobre el tema todos y cada uno de los que me formulan la pregunta..

Afortunadamente, un amigo me envió algunos enlaces sobre lo que estaba sucediendo en la ciudad de Wuhan con una población de más de 11 millones de personas, a principios de febrero, lo que me ayudó a comprender el clima político en esa región que podría haber sido responsable de un «miedo de agresión «que afectó a miles de personas y luego se resolvió aproximadamente al mismo tiempo.

Para aquellos de ustedes que recientemente se encontraron con el trabajo del Dr. Hamer pero saben que algunas condiciones ocurren en la fase de curación de un conflicto, esta es una de ellas.

El conflicto
Esencialmente, cuando un individuo tiene miedo de una agresión contra ellos o sus seres queridos, entra en una «alerta máxima» o una situación de lucha o huida. En los hombres llamamos a esto un conflicto de «miedo territorial» que implica una agresión desde el exterior, y en las mujeres tiene más que ver con su «nido», que consideramos el territorio interior. El Dr. Hamer describe esta reacción en el reino masculino como una respuesta para tratar de proteger su entorno de las fuerzas externas, mientras que la reacción femenina tiene que ver principalmente con asegurarse de que el nido esté protegido.
Es durante esta situación de lucha o huida que específicamente el revestimiento bronquial comienza a ulcerarse. Biológicamente, esto es significativo porque ese proceso permite que el oxígeno ingrese a los pulmones en mayores cantidades a través de este ensanchamiento ulcerativo del tejido para ayudar a facilitar la respuesta necesaria de lucha o huida.
¿Qué pasa físicamente?
Este «miedo a la agresión» puede durar semanas o meses y, en algunos casos, años, por lo que cuando se presenta la resolución del conflicto, el tejido bronquial ulcerado comienza a reparar creando inflamación en los bronquios y comienzan síntomas similares a la gripe.
En la mayoría de los casos estamos viendo fiebre, pero en este caso la fiebre no es por actividad microbiana, es porque los bronquios están «conectados» a la corteza sensorial en el cerebro donde las fiebres son parte del proceso de curación en la mayoría de los casos.
Junto con la fiebre, hay fatiga, que también es parte de la fase de curación de la mayoría de las afecciones. Entonces, por supuesto, tenemos dolores y molestias musculares que en el la Nueva Medicina Germánica atribuimos reparación muscular puesto que, «tuvimos que salir de aquí para salvarnos».
En otras palabras, los dolores y molestias musculares son el resultado de un aspecto de «auto desvalorización e impotencia» frente al escenario del conflicto. Entonces, por supuesto, comienza la tos, lo que significa que la fase completa de curación / reparación está en progreso en los bronquios.
La primera semana suele ser la peor, pero dependiendo de lo que esté sucediendo en el individuo, puede extenderse hasta la segunda semana antes de que la fiebre y los dolores musculares disminuyan.

Neumonía
La mayoría de estas fases de curación respiratoria normalmente duran de 3 a 4 semanas como máximo antes de que desaparezcan los síntomas. Sin embargo, si tenemos otro conflicto activo que afecta los túbulos colectores del riñón, que es un mecanismo de supervivencia que implica la retención de líquidos, los pulmones comienzan a llenarse de líquido en esta fase particular de curación de los bronquios que transportan oxígeno a los pulmones. Esto es lo que causa la neumonía.
Los túbulos colectores renales conservarán el fluido corporal en una reacción a una «amenaza contra la existencia». Esta reacción es un mecanismo de supervivencia porque necesitamos agua para sobrevivir. Podemos estar sin comida durante un par de semanas, pero sin agua nos deshidratamos muy rápidamente, por lo que en una situación como esta nuestros cuerpos conservan el agua que ya contiene..
En la NMG, los túbulos colectores del riñón reaccionan a los conflictos de abandono / aislamiento, refugiados y existencia, por lo que siempre es importante descubrir el conflicto renal para evitar que este factor de complicación cree una fase de curación más desafiante.
Este conflicto puede ser preexistente o puede comenzar con el diagnóstico de cualquier enfermedad «potencialmente mortal» dada, que en este caso es la posibilidad de tener el corona virus.
Una señal de que los túbulos colectores del riñón están en «modo de supervivencia» es una boca seca y sed y la necesidad de beber tanto como sea posible.
El problema con esto es que cuando estamos en una fase de curación, el exceso de líquido irá exactamente a esa parte del cuerpo que está experimentando la curación. En una fase de curación respiratoria, los pulmones se llenan de líquido. Esto es lo que se llama neumonía.
Me doy cuenta de que lo que estoy describiendo suena complejo, pero realmente es bastante simple. El hecho es que cualquier inflamación respiratoria que se vea comprometida por la actividad de conflicto de los túbulos colectores renales se presentará como neumonía.
Sin embargo, la medicina tradicional, en casos de neumonía, epecialmente cuando aparece repentinamente, y un número tan pequeño como 10 personas en cualquier comunidad, lo llamará una epidemia y culpará a un virus que la medicina tradicional ha llevado a creer que es la causa de estas manifestaciones respiratorias.
Cuando aparece en cientos o miles de personas en un solo país o en todo el mundo, se denomina pandemia.

¿Cómo se diagnostica un virus?
Antes de ir allí, necesito explicar que los virus nunca se han visto realmente bajo un microscopio electrónico o se han aislado y fotografiado.
Dado que este «sistema de creencias» es muy difícil de romper y nunca es cuestionado por nadie que estudie medicina, ya sea tradicional o alternativo, tengo que referirme al trabajo del Dr. Stefan Lanka, un virólogo y biólogo alemán que realmente descubrió el primer y único virus que se visualizó con éxito bajo un microscopio. Sin embargo, se vio dentro de un alga marina, no en un humano o animal. Lo más importante es que descubrió que las algas marinas y el virus tenían una relación «saludable» y que no había reacciones destructivas o tóxicas entre las dos entidades.
El Dr. Lanka también ganó un argumento innovador en la Corte Federal en Alemania hace 4 años, donde fue declarado por el juez después de haber visto toda la evidencia científica existente que fue proporcionada por el Dr. Lanka, que el virus del sarampión nunca se ha demostrado que exista.
Como científico, el Dr. Lanka estaba tan seguro del hecho de que el virus del sarampión no existía que ofreció 100.000 euros a cualquiera que pudiera probar lo contrario. Posteriormente fue llevado a los tribunales por un estudiante de medicina que afirmó que el Dr. Lanka no tenía pruebas de lo que estaba diciendo y que le debía 100.000 euros. Por supuesto, el caso fue a los tribunales y ganó el Dr. Lanka.
Eso nos deja con la pregunta de a qué se refieren estas imágenes que encontramos en internet si no son virus. La mayoría de las imágenes en los libros de medicina y en Internet son CGI, esto es especialmente cierto si están coloreadas. Sin embargo, en estos días la tecnología ha encontrado una manera de permitir que los colores se tomen imágenes de una fotografía tomada con un microscopio electrónico. Sin embargo, no es lo que se dice que representa, ya sea de color o en blanco y negro.
Estas imágenes son muy convincentes, especialmente si están etiquetadas como Hepatitis, Polio, Sarampión o VIH, etc., pero en un examen más detallado nunca se ha dicho que las imágenes que se nos muestran son virus, sin embargo, están etiquetadas como tales para llevarnos a creer que son responsables de una «condición» que se supone que es el resultado de un virus.
¿Qué es lo que ven bajo un microscopio electrónico?
Como nunca se ha visualizado un virus con un microscopio electrónico, se tuvo que idear una metodología para «extraer» sustancias que supuestamente fueron el resultado de la actividad viral.
Usemos el ejemplo de la Polio, que supuestamente fue el primer virus identificado y luego fotografiado bajo un microscopio electrónico. Lo que se nos muestra son, de hecho, «partículas artificiales» que implican el complejo proceso de succionar una masa indiferente a través de un filtro muy fino en un vacío que luego se fotografía. ¡No es algo que realmente se ve en la sangre o en una muestra de tejido!
Esta forma de investigación está altamente contaminada y, sin embargo, es aceptada y publicada en la comunidad científica. La pregunta es por qué. ¿Hay alguna agenda?
Como se diagnostica un Virus?
Por supuesto, conociendo toda esta información antes del «brote» del llamado corona virus, tuve que mirar qué tipo de métodos de prueba se utilizan para confirmar que una persona realmente tiene el virus.
No me sorprendió cuando descubrí a través de mi investigación que ya había kits de prueba disponibles para este llamado virus a través de la FDA en los EE. UU. Desde mediados de 2019.
Hmmm, ¿se anticipó este «brote»? Esto huele a la misma teoría en torno a la epidemia de VIH en la década de 1980, que era otro virus que ha sido imposible de identificar con un microscopio electrónico … pero eso es para otro blog.
Sobra decir que China no estaba preparada para esto y que no tenía nada listo para «diagnosticar» lo que estaba causando esta crisis de salud masiva. Sin embargo, dado que la FDA ya tenía kits de prueba para tal evento, se convirtieron en el proveedor de estos kits en China.
Nuevamente, dado que nunca se ha aislado un virus de ningún tipo, tuvieron que idear diferentes formas de prueba, que en este caso implicaron el uso de secuenciación de ADN a través de muestras de sangre o saliva de los individuos afectados.
Mi pregunta es si nunca han identificado ningún tipo de virus bajo un microscopio, ¿cómo es que tienen la secuencia de ADN?
¿Qué indica eso realmente? Esencialmente, lo que dicen que pueden determinar son «marcadores», pero luego tenemos que preguntar «marcadores de qué», especialmente si no se ha aislado nada en forma de virus.
Nuevamente, nos enfrentamos a otra hipótesis que realmente no ayuda a la persona enferma, pero en el futuro, estoy seguro de que presentarán una vacuna contra algo que no han podido aislar.
Pruebas poco confiables
En lo que respecta a este método de prueba, en realidad resultó ser poco confiable. Hubo muchos falsos positivos. Como resultado, tuvieron que encontrar otra manera de diagnosticar el coronavirus en cualquier persona que tuviera síntomas similares a la gripe o incluso tos, por lo que recurrieron a la tecnología existente, la radiografía de tórax y la tomografía computarizada.
La conclusión fue que cualquier persona que tuviera líquido en los pulmones fue designada como sospechosa de tener el virus y fue puesta en cuarentena de inmediato.
Esto también fue cuando el número de individuos «afectados» aumentó dramáticamente en un lapso de unos pocos días. La pregunta es, ¿todos tenían el llamado virus o algunas de estas personas experimentaron neumonía bacteriana o insuficiencia cardíaca ya que esas afecciones también involucran líquido en los pulmones?

Tasa de mortalidad
Como soy de Toronto y he vivido aquí la mayor parte de mi vida, fui testigo de otro tipo de brote del corona virus que se designó como SARS. Este fue supuestamente otro virus que se originó en China y comenzó con un avión lleno de personas que regresaban a Canadá a través de Toronto desde China.
Como ya llevaba 10 años involucrada en la NMG, comencé a prestar atención a lo que se decía, cómo reaccionó el público en general, cómo lo manejaron los medios de comunicación y luego comencé a mirar las estadísticas sobre la tasa de mortalidad. Incluso entonces nunca habían aislado el corona virus que aparentemente era responsable del SARS.
Por cierto, se supone que el corona virus se deriva de un «virus de gato», otra hipótesis que nunca se probó.
En cualquier caso, no me sorprendió descubrir que la tasa de mortalidad no era más alta que cualquier otra temporada de gripe. Cuando hice los cálculos, el 2.1% de las personas que habían sido diagnosticadas con SARS era exactamente igual que en todas las otras temporadas de gripe.
No hace falta decir que esta también fue la tasa de mortalidad exacta al comienzo del brote de COVID-19. Sin embargo, cuando se implementó el método de prueba «nuevo y mejorado» de usar TC de tórax, la tasa de mortalidad también aumentó porque ya no se trataba solo de personas con gripe, sino que también incluyó otras condiciones que eran «sospechosas» de estar relacionadas con un virus .
Aun así, aquellos que sucumbieron al llamado virus o, más bien, aquellos que probablemente sucumbirán a cualquier síntoma de gripe son los ancianos, aquellos que están debilitados por otras predisposiciones como afecciones cardíacas, afecciones renales o personas que están desnutridas. También es un hecho conocido que las personas que toman opioides para el dolor crónico corren el riesgo de una posible insuficiencia respiratoria porque los opioides suprimen el sistema respiratorio.

¿Qué grupo no se vio afectado?
Cuando leí este dato tenía que decir que no me sorprendió. La noticia de China la semana pasada fue que el único grupo de personas que no se enfermó por este llamado brote de virus fueron los niños. ¿Cómo es esto posible dado el hecho de que nadie era «inmune» a este virus que se ha «transmitido» a las personas en todo el mundo? En el contexto de la NMG, esto no es sorprendente porque los niños están protegidos de los problemas «políticos» por sus padres, por lo que, naturalmente, no tendrían el mismo tipo de temores territoriales.

EL CONFLICTO EN WUHAN
Dado que Wuhan es un área tan grande, es difícil precisar realmente sin mencionar que cualquier noticia de China también será controlada. La información que recibí fue difícil de obtener. Después de todo, los chinos son muy protectores de qué tipo de noticias permiten en el dominio común. Dicho esto, cuando me presentaron varios artículos, comenzó a tener sentido.

Lo siguiente fue tomado del «Informe Bloomberg» del 23 de enero de 2020: Cuando el primer ministro Li Keqiang declaró una «guerra contra la contaminación» en 2014. Unos cientos de residentes de la ciudad de Wuhan en el centro de China lo tomaron como una señal. Imprimieron las palabras de Li en una pancarta de seis metros y protestaron frente a una planta incineradora de mal olor que temían que causara enfermedades en la comunidad. Animados por la convicción de que estaban respondiendo a la llamada del liderazgo, los residentes fueron acosados ​​por policías locales que derribaron el letrero y lo pisotearon.

«Estábamos preocupados y enojados cuando nos dimos cuenta de lo que causaba el hedor y enfermaba a nuestros hijos», dijo Zhang Xijiao, de 44 años, quien estuvo detenido durante una semana por hacer la pancarta. «Pero somos como hormigas, el gobierno local puede aplastarnos como quieran».
El episodio inició una pelea de seis años que ha visto a Zhang acosado y monitoreado por las autoridades locales, sin ninguna señal de que el gobierno planee reubicar el incinerador a pesar de sus repetidas peticiones y publicaciones en las redes sociales sobre la contaminación.
El hecho de que este asunto es defendido por el líder chino más poderoso desde Mao, lo hace aún más delicado, lo que lleva a los funcionarios locales a tratar de silenciar a los activistas que podrían exponer la degradación del medio ambiente bajo su supervisión.
En septiembre del año pasado, un grupo de cinco residentes llegó a Beijing para solicitar audiencia con funcionarios, solo para descubrir que esa noticia había sido enviada con anticipación. Fueron recibidos en la estación de trenes por una docena de hombres vestidos de negro, quienes les dijeron que habían acordado ver a algunos funcionarios para discutir el tema, y ​​los condujeron a tres autos. En lugar de llevarlos a un edificio del gobierno en la capital, los autos los llevaron de regreso a Wuhan, un viaje de más de 10 horas.
Como los residentes de campaña de Wuhan se dieron cuenta que encarar a las autoridades era un asunto serio, recientemente, cambiaron de táctica para tratar de llamar la atención del gobierno central sobre su difícil situación. Pero según Zhang, los funcionarios de Wuhan han bloqueado sus intentos de llegar a Beijing, monitoreándolos cuando reservan boletos para viajar a la capital. Zhang, quien habló antes del brote actual del virus, se reserva su desprecio por las autoridades locales y lo que considera una falta de voluntad para proteger la salud de las personas. «El secuestro inesperado me hizo perder la fe nuevamente en el gobierno local y cuán irrazonables pueden ser», dijo.

La resolución
Los 1.400 millones de personas de China producen montañas de basura que necesitan ser tratadas con urgencia. Según el Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano-Rural, el volumen de basura doméstica tratada en las áreas urbanas alcanzó 215 millones de toneladas en 2017. Los medios estatales a menudo citan una cifra de la Asociación de Medio Ambiente y Saneamiento Urbano de casi mil millones de toneladas de desechos cada año.
Un programa piloto de reciclaje entró en vigencia en Shanghai en julio que se expandirá a 46 megaciudades para fines de 2020. Sin embargo, los resultados hasta ahora han sido mixtos, ya que la ley de clasificación de basura codificada por colores de cuatro niveles desconcertó a los residentes. Hasta que el reciclaje despegue, los vertederos o la incineración siguen siendo las únicas alternativas listas.
Para diciembre, el sitio estaba cubierto de malezas y el suelo rojo en gran parte desierto. Un trabajador reunió los pocos materiales que quedaban y dijo que le habían dicho que los guardara hasta que se tomara una decisión sobre si continuar con el proyecto.
Dijo que se había regocijado ante la noticia de la suspensión de la planta, y agregó que nunca debería haber sido construida tan cerca de la población.

En conclusión
Es un hecho conocido que China tiene un historial de uso de tácticas de mano dura para controlar a la población. Como se puede leer aquí, no solo se aplica a las opiniones políticas, sino también a las cuestiones ambientales.
En este caso particular, las personas temían por sus vidas debido a sus protestas contra una planta incineradora existente que era una grave preocupación ambiental para la población.
Además de eso a fines de junio de 2019, salió a la luz que se iba a construir otro incinerador en la parte superior de la tierra que se había prometido como un parque para los residentes en esa área.
Este tipo de plantas son responsables de emitir cantidades sustanciales de dióxido de carbono, dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre que no solo afectan a Wuhan sino que también pueden flotar en las corrientes de aire a través del Pacífico y llegar hasta los Estados Unidos.
El temor inicial puede muy bien haber estado en torno a las plantas de incineración de desechos tóxicos, pero luego se extendió al temor a represalias de una naturaleza más física cuando las personas comenzaron a protestar a fines de junio de 2019. La resolución se produjo al cerrar dicho sitio «hasta nuevo aviso» en la región de Wuhan. No hace falta decir que los residentes dieron un suspiro de alivio. (nota del traductor: es aquí cuando los residentes empiezan a desarrollar sintomatología respiratoria severa, como fase de reparación bronquial o laríngea, esto sumado al conflicto activo de los túbulos colectores renales puede convertirse en neumonía).

Pandemia mundial
Debo decir que con los años me he vuelto bastante crítica acerca de estos eventos y siempre busco la agenda que se encuentra debajo. Aparentemente, la OMS vive en el bolsillo de grandes farmacéuticas y es responsable de una gran cantidad de alarmas de miedo y la población en general simplemente se rinde.
Si solo las personas sacaran sus rostros de sus teléfonos celulares y dispositivos y miraran de vez en cuando para ver lo que realmente está sucediendo en el mundo, podrían comenzar a ver las cosas más claramente.
La mayoría de las personas se encuentran en un estado de hipnosis inducido por sus dispositivos y cuando están constantemente en ese estado, ya no piensan por sí mismas ni cuestionan lo que está sucediendo en el mundo. Simplemente están de acuerdo con lo que se les dice. «Si está en Internet debe ser cierto».
Para mí es evidente que la comunidad científica hace la vista gorda y no cuestiona la metodología que se utiliza para determinar la causa de las llamadas enfermedades infecciosas.
Si lo cuestionan, se les llama charlatanes y disidentes y se intenta desacreditarlos destruyendo su reputación. Por supuesto, nuestro querido Dr. Hamer fue víctima de la comunidad científica durante más de 35 años porque desafió el paradigma médico existente.
Para mí está claro que todos estamos siendo manipulados por «los poderes fácticos» y que ellos tienen su propia agenda para controlar a la población de una forma u otra. Esta es la verdadera pandemia y ya es hora de que la gente empiece a cuestionar todo.